Los Hermanos Rahman (#1 H.R)

CAPITULO 20

Maratón 2/5

Ryan

Unas horas más tarde...

El robo ha sido un éxito. Llegamos a la bodega, contamos con el dinero y rompimos todos los aparatos que tenían el dinero, nos repartimos cada uno el dinero cada uno se fue a la casa. Llego al departamento y miro a mis dos mujeres dormidas en el sofá de la sala. Suspiro al observar la hora, son las 8 de la mañana. Escucho que mi teléfono suena y atiendo enseguida

— ¿Hola? — pregunto al no reconocer el número.

¿Quién será?

— Ryan ¿mi hermana está en tu casa? — cuestiono frustrado su hermano.

— Así es — confirmo y cuelga sin decir nada más, me confundo por lo sucedido. Escucho que tocan la puerta y me pongo pálido porque mi dinero tengo todavía en mis manos comienzo a buscar un lugar donde poner. Lo pongo en una encimera donde no se usa, escondo la bolsa y abro la puerta principal.

¿Qué hace aquí y a esta hora?

— mi hermana — suelta seria.

— Está dormida con mi hija — explico y asiente. Me mira con recelo

— Lo diré así de sencillo. Aléjate de mí hermanita sé que estará a salvo contigo, pero eres peligroso Rahman, mi hermana es la única chica de mi familia y no la quiero perder. No ahora que mi padre no está con nosotros. Aléjate de ella o habrá consecuencias — dice advirtiéndome.

Típico del hermano celoso.

Ahora que está prohibido, la quiero más

— Bueno este todo aclarado. Dile a mi hermana que venga a casa necesitamos hablar con ella — habla serio y asiento. Se da la vuelta y se marcha, cierra la puerta.

¿Solo me quería hablar de eso? Que absurdo venir hasta acá por eso.

Minutos más tarde...

Aiza se ha despertado y sorprendentemente mi hija todavía no. Le conté que su hermano lo llamó y vino a la casa a buscarla entonces comenzó a buscar sus cosas.

— Hablamos más tarde — dice besando mis labios y asiento. Le agarro por la cintura y profundizo el beso, espero que desaparezca cuando se cierre el ascensor.

Ella me gusta, es mi debilidad y no lo puedo negar, aunque lo quiera. Ella es mi amor prohibido, mi todo. Lucharé por ella y trataré de que mis cuñados me quieran.

Escucho el llanto de Samira y suspiro, cierro la puerta del departamento.

Es hora de mi hija justo cuando Aiza se va.

Aiza

Llego a la casa, mis hermanos me esperan con los brazos cruzados y con el ceño fruncido. Miro a todos confundida

— Necesitamos hablar — dicen todos enojados y miro confundida.

— La abuela llamó que te vayas junto a ella por 3 años — dice Andrew y le miro asombrada.

— ¿Por qué? — pregunto

— Porque el abuelo está enfermo — miente con descaro

— Qué casualidad — digo con sarcasmo. Ellos tratan de hablar, pero les detengo.

— El abuelo me llamó ayer me dijo que estaba perfectamente y la abuela también, quiere que este tranquila. Estoy tratando de hacer mi vida con un hombre maravilloso y ustedes me quieren arrebatar no pensé eso de ustedes — gruño enojada.

Me canse de que ellos quieran controlar mi vida.

Entro a la casa y voy directo a la habitación comienzo a buscar mi maleta y poner todas mis cosas. Escucho los pasos de mis hermanos, pero hago caso omiso.

— ¿Qué haces? — pregunta Clark

— Me voy — contesto y ellos bufan.

— No puedes irte a Aiza ¿Dónde te quedarás? — pregunta Clark y miro enojada por su actitud.

— Iré a un hotel hasta encontrar un lugar, no puedo creer lo que están haciendo para que no sea feliz. Me mienten para alejarme de él y su hija, sé que es peligroso por sus negocios, pero él nunca me haría daño, soy una mujer adulta que sabe tomar decisiones que le gusta los dos trabajos que tiene— alzo la voz mientras meto mi última ropa, observo y agarro la foto de mamá y papá, pongo en la maleta y me dirijo hasta la salida de la casa.

— Por favor Aiza, no te vayas — dice mi hermano menor.

Y la manipulación de él comienza de nuevo.

Ignoro, no miro atrás para que no vean las lágrimas que salen camino hacia el taxi y le indico la dirección.

Espero que por una vez entiendan que no soy una persona que pueden controlar.