CAPITULO ESPECIAL

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Maratón 3/?

CAPITULO ESPECIAL

Ryan


Día del abuelo, es una fecha especial para todos los Rahman. Una fecha sagrada donde todos los primos, tíos, sobrinos y los demás parientes se hacen presentes en la casa de la abuela. Siempre me han dicho que nuestra abuela es importante porque es el pilar de la familia.

Este año llevo por primera vez a Samira para que ella le conozca y pueda darle su bendición, es un viaje largo y no sé si aguantaría. Suspiro al verla dormir porque yo también deseo hacerlo. Tengo todo preparado para irnos, pongo todo en el auto y a mi hija en la parte trasera. Una llamada de Luke se hace presente y ruedo los ojos, contesto el teléfono.

— ¿Qué paso? — pregunto mientras pongo en alta voz

— ¿Vas a venir a buscarme? — cuestiona.

— Estoy en camino, trae tu carpa — digo

— Está bien — habla y cuelga. Estamos frente a la casa y Luke todavía no sale, observo a mi pequeña, sonrío al ver que está dormida.

Que suerte porque este viaje será un poco largo hasta la casa de la abuela.

Minutos más tarde...

— Rápido Luke — digo entre dientes ya que me estoy impacientando.

Si me ayudas estaría genial- grita. Observo a mi hija de nuevo para ver que esté dormida todavía. Escucho que se abre la puerta y miro mal a Luke y pronuncia un Lo siento. Escucho mi teléfono y contestó enseguida.

— ¿Dónde estás? — pregunta directamente mi madre.

— Buscando a Luke enseguida iniciamos el viaje — suelto

— Necesito que le traigas a Liam de la oreja, No quiere venir y a ti sólo te hace caso — ordena y cuelga. Suspira.

—Tenemos que buscar a Liam — hablo entre dientes.

Le mataré a Liam por esto.

Dos horas después...

Estamos en la casa de Liam tratando de hacerle entrar al auto, mi hija se ríe de nosotros ya que se despertó hace una hora atrás. Estamos tratando de que Liam se vaya pero no quiere y me estoy cansando de su actitud.

— ¿Sabes qué? Quédate, pero la abuela se molestará mucho y lo sabes. Ella nunca te ve, Liam. Te extraña — digo y Luke asiente concordando conmigo. Arranco el auto para irnos, pero escucho a mi hija llorar y extender a Liam para que la alce, el entra y Luke rápido baja del auto, cierra la puerta y pongo tranca para que no se escape.

Mi hija es una manipuladora.

Observo a Samira estirar el cabello de su tío. Escucho de nuevo mi celular y atiendo sin mirar

— Hijo necesito que pases por el supermercado — habla con un tono de cansancio.

— Mamá, No podré más. No tenemos más lugar — le cuento.

— No te pregunté — dice y me cuelga

— Me colgó — me quejo

— Se habrá enojado — dice Liam cerrando sus ojos.

O esta cansada de la abuela.

Horas después...

Mi hija se aguantó todo el camino en el brazo de Liam quien se quedó dormido en el camino y me siento orgulloso por ella.

Es una Rahman y nosotros aguantamos todo.

Llegamos en la noche en la casa de mi abuela, justo para la fogata. Mis primos nos están ayudando a poner las cosas en su lugar, saco a mi hija de su asiento y se queja, pone su cabeza en mi cuello, escucho su respiración que está tranquila, se quedó dormida, no me preocupo porque es su hora de dormir. Miro que mis primos tapan su boca por el asombro y sus miradas están en mi pequeña.

— Dejen de mirarla —rugo y alzan la mano en forma de rendición, mi hija se queja y maldigo mentalmente.

— Entremos hace mucho frío — dice la abuela apareciendo en la puerta con una sonrisa y mira a mi hija asombrada

— Que hermosa niña, vamos adentro. Me contarás todo lo sucedido mientras preparan tus tíos la fogata — habla con dulzura. Entramos a la casa y mi abuela me indica donde puede dejar a Samira, le pongo almohadones y pongo esa cosa que me avisa cuando llora también tiene una cámara.

— ¿Ahora me contarás? -— pregunta entusiasmada mi abuela como una niña de 5 años y asiento

— Lo haré abue — afirmo comienzo a contarle cada detalle de lo sucedido.

— No sé cuánto meses tendrá, pero mamá sospechó como 5 meses, pero no sé exactamente — termino de contarle todo lo sucedido en esta semana y ella me mira callada sin ninguna expresión y me preocupa

— ¿Abuela? ¿Estas bien? — pregunto y asiento

— Estoy bien cariño — afirma

— Está niña es tu perdición, será todo para ti. Esta niña tiene tres meses recién de nacido antes — dice mirando a ni hija.

— ¿Cómo lo sabes abuela? — pregunto confundido

— Porque yo conocí a la madre — responde.

¿Qué carajos?

Ryan

— ¿Conociste a la madre? — pregunto levantándome de mi silla y ella comienza a reírse

— He tenido más bebés que tú por eso se estas cosas, niño idiota — dice parándome para ir hasta la heladera.

— Abuela, yo podía hacer eso... — interrumpe mi queja cuando escucho a Samira llorar y suspiro, me levanto para ir hasta ella, entro a la habitación y alzo a mi niña, beso su cachete

— Es hora de tu leche, pero antes cambiaremos tu pañal — hablo comienzo a cambiar el pañal y miro con asco porque huele muy feo

— ¿Qué has comido hija, Dios? — me quejo. Una vez limpia, me encamino hasta la cocina.

— Todos están afuera haciendo la fogata, quiero ir, pero estoy muy cansada. Hace mucho frío y la niña no puede todavía ir afuera — dice

— Haré la leche de Samira y me voy junto a vos — digo y ella asiente mientras mira a mi hija. Preparo la leche y doy a la niña, me voy hasta la habitación de la abuela, observo que está acostada. Me acuesto despacio ya que mi hija está con los ojos cerrados.

Horas más tarde...

Me levanto al escuchar las canciones de la fogata, Samira no está en mis brazos y frunzo el ceño, no tampoco a mi abuela por ninguna parte entonces me levanto de la cama, escucho la risa de mi hija en la cocina y sonrío.

Este fin de semana será genial

Días después...

Es el día de irnos y mi hija la está pasando mal. No quiere separarse de la abuela.

— Samira, no hagas esto — digo tratando de no explotar toda la paciencia que tengo. Ella me ignora y suspiro, rasco mi nuca.

— Espera un segundo querido — habla mi abuela y le miro con confusión, asiento. Ella dice algo a la niña en su oído, mi hija sonríe, me mira con una sonrisa y hace que la cargue. Pongo a ella en su asiento y emprendemos el largo viaje hacia casa.

Me quedo pensando en unos minutos en mi abuela, una mujer que hoy en día tiene una fuerza de voluntad increíble. Hay una frase para ella que me encanta y creo que es cierto.

"Un jardín de amor creció en tu corazón"

Ella ha cultivado en su corazón el amor de cada persona en la familia hasta cultivó una nueva semilla para mi hija, con los años mi niña sentirá también amor hacia ella como yo lo hago.

Mi abuela es la mejor, nadie le cambiará a ella.

Los Hermanos Rahman (#1 H.R)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora