Capitulo 2: Una pequeña broma

42 3 0
                                    

- ¡Riley, espera! -gritó Esteban.

- ¡No, lo siento! Es una carrera -le gritó Riley

Bueno, al fin y al cabo terminé ganando. Llegamos cansados.

- Vez.... te... dije... que iba a ganar -le dijo Riley agitada.

- Si... lo se... siempre me ganas en .... estas cosas. -le respondió Esteban, de igual manera agitado.

- Bueno chicos. Vengan, las hamburguesas están listas.

Hamburguesas dijo. Dios, amo las hamburguesas. Salí corriendo, directo a sentarme. ¡Jamás! me perdería comer hamburguesa.

- Provecho chicos -dijo la mamá de Esteban.

*Al día siguiente*

- A levantarse mis amores. Vamos para el río -gritó Tía Kelly

Esteban es uno de los que cuesta levantar, así que se me ocurrió hacerle una pequeña broma.

- Esteban, Esteban...

- Que.... Cinco minutos más -dijo Esteban soñoliento.

-..... Corre, vamos al río

- No me interesa, vayan ustedes.

Esteban, como bien saben, el ama los cerditos.

- Ah ok, entonces iré solita a ver los cerditos. Pasaremos por una granja a ver unos cerditos.

- A que si perdón. ¿Ya te bañaste? ¿A que hora nos vamos? Necesito mirarlo.

Lo sabía, jaja se levantó. Aplausos, gracias gracias. Lo se, soy una genio.

- Nos vamos en este instante. Así que, apúrate a bañarte y alistarte.

- Ok -se levantó como rayo veloz.

*a los minutos mas tarde*

- Bueno, ya estoy listo familia. Ya nos podemos ir - dijo Esteban muy entusiasmado.

- ¿Que? Aún no nos vamos. Falta media hora para irnos. -le dijo Damian

Esteban volvió a ver a Riley con una cara de enojo. Osea, Riley, corre por tu vida.

- Perdón, perdón. A mi me hicieron lo mismo. -dijo Riley quitándose el tiro.

- Mas te vale, señorita Adams.

Aún no termina la broma, no vamos a pasar por una granja. Ya quiero ver su cara.

- Ya niños, vamos.

Nosotros vamos caminando al río, en realidad no queda tal lejos. Tal vez a unos 5 minutos. 
Íbamos caminando y Esteban preguntó

- ¿Cuando llegamos a la granja? Ya me estoy cansando -con una voz de cansado

- ¿Cual granja? ¿De que hablas hijo? -muy confusa Tía Lisa

- A la granja que Riley...... -en ese instante me volvió a ver, se estaba poniendo rojo como un tomate de la furia que tenía 

- Hola... je. -dije muy nerviosa, y aguantandome la risa.

- ¡Riley!  ¿¡Porque con los cerditos!? -me dijo muy furioso

- Emmm.... si. Adiós -salí corriendo y Esteban venía detrás mío. Jamás lo vi correr tan rápido.

Después de tanto correr, llegamos al río.

Loca historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora