Un Año Antes

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- Sí, me encantaría - respondió sonriente.

El chico al frente de ella se acercó y la abrazó. Todos alrededor los vitoriaban. Después del abrazo se dieron un beso y los demás gritaron alegres.

Al separarse ambos reían.

- Eso ha sido difícil, pensé que me rechazarías - le dijo Marcos.

- No podría - respondió Miranda.

Se dieron otro beso. Los demás seguían aplaudiendo.

El día transcurrió normal. Ambos fueron a sus clases. Marcos espero a que Miranda saliera de una clase extracurricular que tenía para acompañarla aunque sea a la salida del instituto.

- ¿De verdad te quedaste esperándome? - preguntó asombrada Miranda al salir del salón de clases y verlo afuera sentado.

Marcos se levantó y se acercó diciendo:

- Pues claro, tenía que esperar a mi novia.

Ambos sonrieron y se dieron un tierno beso. Luego empezaron a caminar juntos a la salida.

- Muero por decírselo a mis padres - anunció Miranda.

Por primera vez en el día el rostro de Marcos reflejó un sentimiento negativo.

- ¿Qué? - preguntó Miranda deteniéndose.

- No creo que a tu papá le guste la noticia.

Miranda resopló, retomó el camino y dijo:

- No te preocupes por eso. No creo que te odie.

- Vamos Miranda, el día que fuimos con los chicos a tu casa a hacer el trabajo y él estaba allí me miraba muy mal.

Miranda lo miró de reojo con algo de fastidio.

- Pues tendrá que acostumbrarse. Yo soy quién escojo con quién quiero estar.

- ¿Al menos me dirías por qué le caigo tan mal?

Ella se detuvo, Marcos hizo lo propio. Miranda no decía nada solo lo miraba a los ojos.

- Debe saber que soy becado - exclamó finalmente él con fastidio, retomó el camino.

Miranda lo tomó del brazo y lo detuvo.

- Eso para mí no es problema.

- Pero para tu padre si.

- Vamos Marcos, no eres un vagabundo.

- Lo sé, solo que tu padre debe estar preocupado de que no sea tan afortunado como tú.

Hubo un momento de silencio en el que Miranda lo miraba fijamente con algo de tristeza.

- Dile a tu padre que mi familia puede fácilmente pagarme la matrícula acá. Solo que conseguí la beca por mis méritos. No me gusta que todo lo que tenga me lo den mis padres.

La mirada de Miranda cambió. Marcos entendió el porqué y su repentina ira se disipó inmediatamente. Esta vez él tuvo que detenerla.

- Cariño...

- ¿Tú piensas entonces que soy una consentida? - lo interrumpió.

- Perdón, no quería ofenderte, yo no te veo así.

Miranda cerró los ojos, respiró hondo y luego dijo:

- Esta bien, no pelearé contigo en nuestro primer día de novios. Ven conmigo te doy un aventón.

- No te preocupes. Traje mi auto.

- Esta bien.

Ambos siguieron su camino a la salida y allí se despidieron con un beso frío. Luego cada uno tomó su camino.

282 DíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora