1.- Yo tengo miles de responsabilidades con el mundo, sobre todo, restaurar los templos aire, cosa que sería imposible si estuviéramos juntos, además nuestra posición no haría más que llegaran miles de críticas hacia nosotros. Pero eso no hizo que lo quisiera menos.
Aquella revelación cayó sobre Aang cómo un balde de agua helada, debía recordar quien era y cuál era su responsabilidad con el mundo, era el último maestro aire. Era el único que podría salvar toda una cultura. Mientras aquello le daba vueltas en la cabeza mareándolo un poco, se acercó a su amiga Katara quien parecía perdida en su mundo, como si Zuko fuera la única persona en la habitación.
—Creo que si estoy enamorada —le susurro Katara al oído luego de jalarlo de forma brusca del brazo, llevaba una gran sonrisa en la cara y un pequeño sonrojo que lo hizo recordar una vieja platica. Ella estaba tan perdida en su mundo que no noto que su mejor amigo se rompía en mil pedazos, pero él también hacía un gran esfuerzo para ocultarlo.
—¿En serio?—dijo sin mucho ánimo el avatar tratando de disimular lo mejor posible —¿De quién podrá ser?
—Creo... que me estoy enamorando de Zuko — confeso Katara.
Sintió como si le hubieran clavado una espada en el pecho, aunque ya lo sabía, aún albergaba la pequeña esperanza de estar equivocado. Pero ahora se volvía algo real de lo que no podría escapar.
—No lo hubiera imaginado —mintió Aang tratando de sonar lo más neutro posible, aunque sentía que su voz estaba a punto de quebrarse, sin lograr del todo regular su respiración —, tal vez deberías intentar algo.
—No considero que sea buena idea.
—Tal vez pueda intentarlo yo —dijo Aang tratando de dedicarle su mejor sonrisa y empezaba a acercarse al Señor del Fuego.
Incluso mientras caminaba podía sentir una parte de las miradas que lo seguían, el mundo lo observaba aguardando por lo que iba a hacer ahora, era solo un adolescente, pero ya sentía como si las expectativas pensaban sobre su espalda. Llego junto a Zuko y con toda la amabilidad que poseía lo separó de uno de los nobles con los que hablaba.
—Gracias, ya estaba buscando alguna excusa para alejarme.
—No hay problema, es cosa de amigos, ¿no? —contesto Aang tratando de convencerse a sí mismo que no sentía nada más por Zuko.
Luego de eso no pudo decir mucho, se formó un ambiente extraño y pesado a su alrededor. Aang trataba de alejarse de su amigo y este no entendía el repentino cambio, todo fue un poco incómodo hasta que se acercaron a Katara para incluirla en la conversación. ÉL sonreía mucho y ella se sonroja bajando la mirada, todo parecía ir bien con ellos. Se veía como la típica pareja de cuento de hadas.
—Bueno, yo debo retirarme, así que los dejo —dijo Aang para empezar a alejarse, aunque no estaba seguro de que lo notaran irse.
Se acercó a la mesa donde servían las bebidas y le dio un largo trago a una de las copas sin importarle el sabor amargo que bajaba por su garganta. Eso lo ayudaba a olvidar el dolor en su pecho que apenas lo dejaba tragar.
Empezaba a sentirse miserable mirándolos desde su rincón, solo respiró hondo y se alejó lo más posible de ellos; sabía que aunque quisiera negarlo, se arrepentiría de esa noche por el resto de su vida. Ya lo hacía un poco, en realidad.
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satisfecho (zukaang)
RomantizmEra el día de la boda, todo estaba perfecto y la gente parecía divertirse mucho. Todos parecían felices excepto el, Aang tenia el corazón roto.