Decimotercero

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Por algunos segundos, creo que mi respuesta ha sido algo desvergonzada, pero al final, solo me encojo de hombros y me mantengo firme ante mi palabra

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Por algunos segundos, creo que mi respuesta ha sido algo desvergonzada, pero al final, solo me encojo de hombros y me mantengo firme ante mi palabra.

Liam se ve muy seguro de sí mismo. Veamos cuanto tiempo le dura la confianza.

Mantengo mi mirada fija en la ventana, mientras nos trasladamos a una carretera menos transitada, donde podamos realizar nuestra carrera sin temor a multas o accidentes.

Si yo gano, quiero un beso como premio

Muerdo mi labio inferior, mientras mi mente revive el encuentro de nuestros labios en aquel parque. Mi piel se eriza, y casi puedo sentir las salpicaduras de lluvia contra mi cuerpo, tal como ese día.

Me siento con el derecho de identificar aquel momento como mi primer beso, es decir, he tenido dos besos robados en un pasado, pero ninguno de los dos han sido correspondidos, este ha sido el único que me ha hecho entregarme por completo a aquella experiencia que en un pasado, recordaba de manera negativa.

—Bien —giro mi rostro, y observo a Liam verificando los alrededores con precaución mientras detiene el auto—. Esta vía es lo suficientemente segura.

Asiento con rapidez, pues concuerdo totalmente con su opinión.

—Aprovechemos que estas en el asiento del conductor —exclamo mientras le doy un golpe al espaldar de su silla—. Conducirás cinco kilómetros en el menor tiempo posible, y luego yo hare el mismo recorrido pero de regreso.

—Entendido Dulzura — me guiña un ojo mientras coloca su pie en el acelerador.

Pone el auto en marcha, y aumenta la velocidad conforme pasan los segundos. Una sonrisa se dibuja en mi rostro de manera instantánea, la adrenalina empieza a recorrer mi cuerpo y me hace llegar al éxtasis total. Adoro esta sensación.

—Las damas primero —comento entre risas—, mi querido princeso.

La carcajada que escapa de sus labios retumba en el pequeño espacio, grave y varonil. Desvió mi mirada y lo observo por el rabillo del ojo, con su vista enfocada en la carretera y una sonrisa de diversión en su rostro. Los rasgos de su cara, su melena rubia, su nariz perfilada, y la tela de jean que cubre sus bien formados brazos. Todo lo hace ver tan guapo y varonil, que ni siquiera debe esforzarse para lograrlo.

Regreso mi vista a la carretera, y busco el interruptor para bajar los vidrios del auto. La brisa ingresa de inmediato, y agita mi cabello.

Una gran sonrisa se enmarca en mi rostro, mientras estiro los brazos con diversión, sin importarme que uno de ellos quede fuera del auto.

Esta soy yo echando a la mierda todas las medidas de seguridad. Aunque, pensándolo bien, nos encontramos haciendo una carrera a velocidades que sobrepasan las reglamentadas.

Liam detiene el auto, cuando este marca los cinco kilómetros.

Libera el manubrio y me observa con orgullo, de seguro cree que será imposible para mí superar el tiempo que ha alcanzado.

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⏰ Última actualización: May 10, 2020 ⏰

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