Tercero

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Liam

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Liam

La observe marcharse y me quede paralizado por unos cuantos segundos. ¿Por qué había aceptado hacer esto?

–¡Mierda! –Me gire y observe a Matt entrar mientras miraba la pantalla de su teléfono– no salió como esperábamos –exclama mientras me muestra la fotografía tomada.

Me acerque y después de verificar lo que ya había notado desde lejos, tuve demasiadas ganas de darle un sopetón a Matthew.

–Al final fue una hermosa pérdida de tiempo –menciono mientras paso mi lengua por el interior de mi labio. Arde brutalmente y puedo sentir el sabor de la sangre dentro de mi boca.

–Lo siento, fue algo tan fugaz que no tuve tiempo de tomar la foto –simplemente lo escuchaba, mis ojos seguían en aquella fotografía en la que se veía a la chica a punto de darme una bofetada.

–Hubiese sido mejor un video –pronuncie y aparte mis ojos de la pantalla. Pase una de mis manos por mi mejilla izquierda, me dolía el rostro.

–Esa chica por poco te destruye –comenta de forma burlona mientras me observa. No podía decir nada en mi defensa, mis mejillas enrojecidas y doloridas, mi labio sangrando y mi entre pierna lastimada daban claras pruebas de la verdad en sus palabras.

Todo este teatro fue formado gracias a la grandiosa idea de Matthew. Esta se constituiría de la siguiente forma: Yo llegaría al salón e intentaría hablar con ella, después de un vibrante fracaso empezaría a discutir con la chica teniendo el principal objetivo de ¨nublar su mente¨, según Matthew eso era fundamental. Por último me encargaría de robarle un beso en medio de su descuido. Matt estaría al pendiente de capturar el momento con la cámara y así ambos estarían a la par.

No sé por qué razón accedí ante tal ridiculez, pero al menos puedo decir que lleve a cabo todo lo planificado a la perfección. El que termino metiendo la pata fue Matthew.

Mi mente vaga entre aquellas palabras... ¨Hasta ahora me entero que los príncipes azules maltratan a las damas. Si la situación es así, mejor que se los devore el dragón¨

Mi actuación se había sobrepasado un poco, o tal vez demasiado.

Ambos encaminamos nuestros pasos hacia los vestidores, tenemos práctica de futbol esta tarde.

El futbol era un bonito pasatiempo, los chicos del equipo me agradan y la evidente ayuda que brinda ser deportista al momento de ingresar a una universidad me interesa totalmente. Aceptare que aquello fue la principal razón por que la decidí unirme al equipo.

La tarde paso rápidamente, actualmente me encuentro dentro de mi auto conduciendo de regreso a casa. Las prácticas terminaron a las 4 de la tarde, pero con estos chicos el tiempo nunca podía ser medido perfectamente. Todos se mantuvieron en la cancha jugando a ¨la traes¨, al final terminamos súper agotados y hambrientos por lo que decidimos hacer una merienda grupal. Todo sucedió tan rápido que más de uno se sorprendió cuando al salir notamos que estaba oscureciendo.

Miradas de chocolateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora