Aria extorsiona al amigo de Liam, y Liam, le persigue para frustrar sus planes. Eso resume toda su relación, al menos hasta el momento.
ღღღღღ
Liam y Matthew son dos personas muy diferentes, pero, a pesar de eso, son buenos amigos. Liam no se enorgu...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Aria
Faltan cinco minutos para que la campana suene y anuncie el final de las clases.
Observo al profesor mientras golpeo ligeramente mi cuaderno con el borrador del lápiz. Las matemáticas nunca han sido mucho problema para mí y agradezco inmensamente a Dios por ello.
El retumbar de la campana se expande por toda la escuela e inmediatamente todas las personas presentes en el aula de clase se levantan con sus mochilas en mano. Permanezco sentada mientras admiro aquella devoción que tiene todos por salir lo antes posible, básicamente hay un tumulto de personas en la puerta, algunos incluso quedaron atascados debido a la cantidad de gente que intentaba salir al mismo tiempo. Suspiro y paso mi mirada por el salón. Quedo vuelto un desastre.
Me levanto y empiezo a organizar los asientos tranquilamente. Recojo algunas envolturas que se encuentran regadas en el suelo y dejo el salón lo más decente posible. La idea de tener una sanción grupal debido al desorden no me cae para nada bien.
Tomo mi mochila y me coloco mis auriculares para posteriormente buscar una canción para reproducir. Después de aquello encamino mis pasos hacia la puerta, pero cuando estoy a dos pasos de llegar hasta ella, es cerrada abruptamente.
Doy un ligero brinco hacia atrás, me ha tomado por sorpresa. Me acerco y al intentar abrirla noto que ha sido cerrada con llave desde afuera.
—¡Que carajos! —exclamo. Al otro lado de la puerta logro percibir algunas risas femeninas— ¡Abran la maldita puerta! —No recibo respuesta. Esas arpías me han dejado encerrada aquí a propósito.
Camino hacia el escritorio del maestro y dejo caer mi mochila sobre este mientras inatento marcar el número de mi padre, el cual debería estar afuera esperándome.
Su saldo no es suficiente para realizar esta llamada.
—¡Mierda! —Estoy a punto de estrellar el teléfono, pero me detengo a mitad de camino. Tranquilízate Aria, el celular no tiene la culpa, además, no tienes dinero para comprar otro.
Me acerco hacia las ventanas intentando encontrar a alguien que pueda rescatarme, pero no logro localizar a ninguna persona. Me cruzo de brazos y frunzo el ceño con total frustración, ¿Qué más puedo hacer?, al parecer mi única opción es quedarme aquí hasta que alguien llegue a salvarme.
Me dejo caer en el asiento del profesor y busco aquella lectura que estoy a punto de terminar. Esa historia será mi única salvación en esta enorme aburrición.
Las horas pasas y mi estómago comienza a rugir. Son las 3:21 de la tarde, muero de hambre y como si fuera poco tengo ganas de ir al baño.
Esta escuela tan solo maneja una jornada, por tal razón, ser salvada por los próximos estudiantes nunca fue una opción. Lo más desesperante es que debido a eso, los aseadores se toman su tiempo a la hora de realizar la limpieza. Aquella es la razón de que lleve tantas horas aquí sin recibir señal de vida de alguna persona.