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16 de Noviembre del 2020, Stonehenge, Inglaterra.

—¿Qué hacemos aquí, Hans? — una chica rubia miraba confusa a su pareja, el peli naranja bajaba del auto sin prestarle atención — Te dijeron que no debemos salir de la ciudad...

—A mí me vale mierda lo que esos policías me digan, no pienso obedecerlos — le respondió — Espérame en el auto, por favor, As ¿quieres? — la rubia asintió. Hans comenzó a caminar hacia el atractivo turístico del lugar, dejando su auto a la orilla de la carretera, se acercó a las piedras y sonrió al ver a la persona frente a él

—¿Querías verme? — la persona se volvió a mirarlo con indiferencia

—¿Qué te pasó en el rostro?

—Frost, eso me pasó.

—¿Qué fue lo que dijiste ahí dentro?

—Ellos me tienen en la mira, creen que fui yo el que mató a esa niña y el que tiene a Elsa...

—¿Hablaste?

—No, si eso era lo que realmente te preocupaba no dije nada... además ni siquiera sé dónde está ella ¿lo olvidas?

—Le escribiste a Frost — el peli naranja bufó

—Ese tipo me golpeó y no pude hacer nada, sólo quise jugar con él un poco... — no pudo seguir hablando porque sintió el dolor en su rostro, el golpe que había recibido había sido fuerte y le sacó sangre de la boca.

—¿Entiendes lo que hiciste? ¡Pueden descubrir todo! ¡Eres un imbécil! — Hans tocó su barbilla, ya eran dos días seguidos que recibía golpes en el mismo lugar.

—No soy tan tonto, fue de un número privado y por más que lo intenten no podrán dar conmigo — de su bolsillo sacó un chip — Si por casualidad llegaran a poder rastrearlo no encontrarán nada — lo arrojó lejos de ellos

—Te saliste del plan, ellos debían ir solamente a la cabaña para hallar la pista que los guiara al teatro...

—Pero, al final ambas pistas los llevaron allá ¿no? Seguí las instrucciones, no me salí de contexto ni nada... — otro golpe lo hizo callarse, éste había sido ahora en el abdomen

—Espero que no haya próxima vez porque si vuelves a hacer algo estúpido, el siguiente cadáver que encontrarán será el tuyo ¿está claro? — la persona se alejó del peli naranja

—¿D-dónde está? — preguntó con dificultad el joven, la persona lo miró

—No pienso decirte, no voy a arriesgarme a que en cualquier momento corras a contarle todo a la policía

—Tú estarías más años en la cárcel, no tengo mucho que perder...

—Eres cómplice de secuestro y homicidio, no lo olvides. Si se te ocurre hablar, tu novia pagará — Hans miró al auto donde la chica rubia miraba a otro lado, agradeció que no estuviera mirando hacia él — No vuelvas a preguntar y haz tu trabajo — la persona se giró y siguió su camino sin mirar atrás. Hans se levantó con dificultad y se dirigió al auto con su novia.

—¿Estás bien? Te ves mal...

—No pasa nada, vamos a casa — dijo prendiendo el carro — As, tienes que prometerme algo

—Lo que sea...

—No le vas a decir a nadie que salimos de Londres ni que vine acá, si te preguntan algo debes decir que todo el tiempo la pasamos en casa ¿de acuerdo? — la rubia quiso preguntar más, la curiosidad le ganaba, pero, no podía

¿Dónde está Elsa? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora