Elsa ha desaparecido, su familia y amigos están perdiendo la cabeza por no encontrarla y la policía no puede con las pistas del secuestrador.
Jack Frost, había decidido retirarse de la policía luego de un terrible incidente pero ahora que Elsa ha de...
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28 de Noviembre del 2020, Inglaterra.
Una platinada yacía tirada en el piso llorando, a su lado, un rubio le tocaba el brazo e intentaba animarla.
—No va a quererme, Kristoff...
—Él te ama, Elsa. ¿Por qué piensas eso?
—Le mentí... no va a querer verme... Emma... pude haberla salvado...
—No sabías que...
—Me ha de odiar ahora — la chica cubrió el rostro con sus manos llorando. El sonido de una puerta al abrirse hizo que ambos miraran a ver a la persona que estaba en la entrada.
—Querida, Elsa... no me gusta verte así — la chica se hizo ovillo y se escondió detrás de Kristoff.
—¿Qué es lo que quieres de Elsa ? — la persona miró al rubio con el ceño fruncido
—Tú no estarías aquí de no ser por culpa de Gothel, así que cállate si no quieres que algo malo te pase— caminó hacia ellos.
—¿Por - por qué? — preguntó la platinada con miedo llevando su mano a su vientre.
—¿Por qué? — la persona rio — Porque tú debías ser mía, debías quedarte conmigo... no con el estúpido de Frost.
—Y-yo lo amo...
—¿Crees que él te quiere todavía? — se burló — Le rompiste el corazón y escuché que ya sabe la verdad sobre su hermanita, yo creo que te odia...
—Jack nunca la odiaría, él la... — el rubio no terminó de hablar porque recibió un golpe en el rostro que lo hizo girar la cara.
—¡Kristoff! — Elsa se asustó por el acto.
—Te dije que cerraras la boca, chico. A menos que quieras morir, no hables — miró a la platinada y sonrió — Tú y yo pudimos haber sido felices juntos, sólo tenías que aceptarme — su sonrisa desapareció y dio paso a una mueca — Pero preferiste seguir tu corazón y correr a los brazos de tu novio... ¡yo daría todo por tí!
—¡Yo nunca te hubiera amado, Pitch! — el hombre cerró los puños tratando de contener su enojo.
—Volveremos con tus padres y te casarás conmigo, te guste o no...
—¡Nunca estaría con alguien como tú! ¡Estás enfermo! — la mejilla de Elsa se tornó roja, Pitch le había pegado al escuchar esas palabras.
—¡Déjala en paz! — Kristoff se abalanzó sobre el peli negro logrando que ambos cayeran al piso, el rubio sobre él y pegándole en el rostro.
—Kriss... Kristoff... — pronunció la platinada logrando que el chico se distrajera para verla y así Pitch le dio un golpe en el abdomen. Elsa tocó su vientre, le dolía mucho.
