¿Dónde está Elsa?

II

13 de Noviembre del 2020, Salisbury , Inglaterra.

En las afueras de la ciudad se encontraba una joven peli roja guardando unos papeles en un tablón del piso de su casa que estaba roto, varias fotografías cayeron y la chica maldijo en bajo, tenía prisa por escobder todo lo relacionado con esa chica, cuando las recogía el timbre de la casa sonó con desesperación, se apresuró en  guardar todo y colocar un tapete encima, se asomó por la ventana y sonrió de lado antes de abrir.

–¿Alguien te ha seguido? – preguntó la chica mientras arrastraba al castaño dentro de la casa y así, poder cerrar con llave

–No lo creo, atacaron el auto de uno de ellos y fueron a revisarlo para hallar pistas – el chico abrazó por los hombros a la mujer apegándola asu cuerpo

–Estoy preocupada... ¿qué tal si ya descubrieron algo de mi relación con ella? –  preguntó ella al separarse del abrazo

–No tendrían por qué, se supone que nadie sabía ¿o sí? –

–No, ella me prometió que no le diría a nadie y confío en su palabra – la peli roja negó varias veces, el castaño la miró por varios segundos –¿En qué piensas? –

–¿Y si... si le decimos a Jack la verdad sobre...? –

–¡No! ¡No debe saberlo! –

–¡Yo no puedo arriesgarme a que te tomen como una sospechosa por su desaparición! ¡Lo único que hiciste fue ayudarla! –

–¡Le hice una promesa! ¡Nadie, ni Frost deben saberlo! – el castaño miró  a otro lado, la peli roja suspiró, entendía la desesperación y el temor que sentía, tomó su mano con delicadeza y luego, su mejilla – Sé que es difícil, pero prometo hacer lo posible para que me dejen de lado – el castaño la miró – También sé que te duele mentirle a Jack, pero, entiéndeme, si la policía se llega a enterar también esa persona lo hará y no quiero que Elsa sufra – el castaño juntó sus frentes

–¿Ya te han citado? –

–Debo ir en unos días, aún no lo hacen pero me voy a adelantar –

–Prométeme una cosa, Mer –

–Lo que sea –

–Si esto empeora, dirás toda la verdad y seremos cuidadosos, que sólo él lo sepa – la peli roja lo miró, tenía razón, tarde o temprano los secretos de Elsa saldrían a la luz

–Lo prometo – los dos se besaron, un beso lleno de angustias y preocupaciones por lo que sucedería después...

Londres, Inglaterra.

–¿Por qué estoy aquí? ¿Han descubierto algo de mi hermana? – la menor de las Arendelle estaba sentada en una oficina de la comisaría, frente a ella estaban Tadashi, Aster y Jack

–Hemos buscado algunas fotos, mensajes o llamadas que pudieran ayudarnos a saber qué hacía Elsa antes de desaparecer... – decía Tadashi

–Al parecer, tu hermana se llevaba mucho con ella – Aster mostró una fotografía de una joven peli roja – Mérida Dumbroch, la psicóloga más destacada de Londres – la chica se sorprendió

–¿Q-qué...? –

–¿Sabías algo de esto? – Anna negó ante la pregunta de Jack

–N-no... nunca me dijo que iba al psicólogo o algo por el estilo –

–¿Sabes si Elsa conocía a Mérida de alguna parte? –

–Fueron juntas en la escuela, antes de entrar a la universidad – los tres se miraron entre sí – Eran grandes amigas, pero, después perdieron conexión por la falta de tiempo... al menos eso me dijo... –