Alexandra, una vampira en una manada.
Se resignó a su vida permaneciendo alejada y callada.
Hasta que cosas cambian inexplicablemente.
Su hermana asesinada, su hermano vuelve, a quien conoce desde pequeña se transforma.
Todo cambia, pero su vida ti...
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—Nate— llama una voz de hombre de tono bajo —¿Trajiste para alimentarnos? —
Un hombre que sé que es mayor aparece en la oscuridad del lugar, él se detiene al verme, a pesar de que estoy segura de que es el abuelo, solo aparenta unos 50 años, aunque debe de tener más de 100.
—Alexandra— se acerca besándome en ambas mejillas —Que gusto verte por fin—
—Alex, él es nuestro abuelo— presenta Nate, como si no fuera obvio.
Lo miro aún sin tener nada para decir.
—No te preocupes, cuando tengas mi edad te verás como una mujer de 30, está en los genes— habla el abuelo, como si yo lo hubiera preguntado.
—Claro, porque es mi mayor preocupación ¿no? — hablo al fin.
—¿Alexandra? — escucho la voz femenina.
No necesito verla para saber que le pertenece a mi madre.
—Hija— aparece ella en un intento de abrazarme.
La dejo unos segundos sin realmente tener ganas de corresponder a pesar de sentir el corazón en la garganta.
—Mi niña, estás tan grande y hermosa— toma mi rostro —No tienes idea de la sorpresa que nos llevamos al saber que sobreviviste al ataque de la manada, pero no en...—
—No— la interrumpe mi padre —Acaba de llegar, aún no es momento de revivir recuerdos— él me abraza.
De alguna manera me siento tan incómoda, no puedo corresponderles con sinceridad.
—¿Han estado por meses aquí encerrados? — miro el lugar —Como ratones—
—Por desgracia, Beacon Hills sigue siendo un lugar peligroso para nosotros— responde el abuelo.
Ellos caminan más dentro del lugar, hay más oscuridad del lado derecho que del izquierdo, así que supongo que utilizan el izquierdo.
—Pero son vampiros— recalco —Sé que saben defenderse—
—Revivir vampiros requiere esfuerzo y energía, no estoy fuerte— aclara él.
—Y nosotros estamos volviendo a acostumbrarnos a esto— añade mi padre —A la vida—
—Bueno, pero Nate se la pasa fuera de aquí ¿Cuál es la diferencia? — pregunto.
—¿Viniste a interrogarnos? — devuelve el abuelo la pregunta —Tienes una pésima educación con tus mayores—
—Bueno considerando que han sido meses desde que están aquí y no sé nada de ustedes, no pueden evitar que pregunte— aclaro.
—Somos familia, no debes de temer— sonríe mi mamá.
—He estado años sin la familia Brown y de la nada aparecen con vida, más claro mi abuelo, a quien no conocí nunca, ni siquiera de pequeña—
—Mi padre y yo no estábamos en buenos términos— explica mi padre.
