Alexandra, una vampira en una manada.
Se resignó a su vida permaneciendo alejada y callada.
Hasta que cosas cambian inexplicablemente.
Su hermana asesinada, su hermano vuelve, a quien conoce desde pequeña se transforma.
Todo cambia, pero su vida ti...
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Mantengo mi cabeza hacia atrás apoyándola a la pared y mis ojos cerrados, un hospital no es lugar para dormir, eso me queda muy claro.
—Alex— escucho al mismo tiempo que tocan mi hombro.
—¿Ah? — me muevo en alerta —Scott— me relajo al verlo.
—¿Se quedaron de nuevo toda la noche? — pregunta.
—Sí, creo que estoy enloqueciendo— respondo.
—¿No estás cansada? — pregunta ahora la señora McCall.
—Mentalmente sí, este lugar no brinda calma ni paz en absoluto, nadie podría dormir plácidamente—
—¿Tú crees? — suelta Scott para luego señalar a mi lado.
Lina está con sus brazos cruzados sobre su pecho y su cabeza ladeada hacia la derecha, su respiración es tan relajada que puede pasar por muerta.
—Es increíble— comento.
—¿Qué sabes de Isaac? — miro de nuevo a Scott y me encojo de hombros.
—No me dejan verlo, no se rinden, aunque me vean aquí constantemente, solo familiares pueden verlo— suspiro —Les dije que no tiene a nadie—
—Nos tiene a nosotros— me corrige Melissa —Y yo tengo una llave—
Ella abre la puerta de la habitación y nos mira.
—No se tarden— pide.
Miro a mi amiga la inconsciente.
—Yo la despierto, tú ve a verlo— asiento a Melissa.
Entro a la habitación siguiendo el paso de Scott, me detengo una vez cerca del costado derecho de la camilla donde Isaac está. Scott se mantiene en el costado izquierdo.
Muerdo mi uña del pulgar al ver el lado aún quemado del rostro de Isaac y su pulso es tan débil.
—Yo creí que ya estaría sanando— mi voz sale menos audible de lo que esperaba.
—Yo también— asiente Scott.
Él toma el brazo de Isaac y su ceño se frunce.
—¿Le duele mucho? — pregunto, él asiente.
En realidad, no era necesario preguntar, tengo más que claro que le duele, pero mis palabras solo salen. Scott aprieta el brazo de Isaac, sus venas se resaltan al empezar a tragar parte de dolor de Isaac.
Isaac se remueve, no pude evitar tocar su rostro al verlo de esta manera, Scott se queja ante el dolor. Yo realmente estoy conteniendo mis ganas de llorar, la impotencia que siento es horrorosa y saber que yo no puedo quitar el dolor como los lobos me molesta.
—No lo va a curar, pero lo ayudará con el dolor— me habla Scott —Es todo lo que puedo hacer—
