Alexandra, una vampira en una manada.
Se resignó a su vida permaneciendo alejada y callada.
Hasta que cosas cambian inexplicablemente.
Su hermana asesinada, su hermano vuelve, a quien conoce desde pequeña se transforma.
Todo cambia, pero su vida ti...
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Marco mi cumpleaños 16, tengo varias razones para odiar mi cumpleaños, las dos esenciales son, que estoy sola y que el incendio fue un día antes de cumplir. Llevo la mirada a la gran ventana de mi "casa", la luna totalmente brillante, volteo a mirar mis manos, en unos días habrá luna llena y he notado que me pongo más pálida y fría en esas noches.
Tomo mi celular para contestarlo luego de que no para de vibrar, extraño porque nadie me llama nunca.
—¿Sí? — hablo.
—Alexandra— responde.
—¿Laura? — pregunto —¿Eres tú? ¿Cómo estás? Me alegra oír tu voz...—
—Alex escúchame— me interrumpe —Estoy en Beacon Hills, solo quería avisarte, ya llamé a Derek así que espero contar contigo también— dice ella.
—¿Sucede algo? — pregunto ante lo extraño de sus palabras.
—Te llamaré de nuevo mañana ¿sí? me alegra oír tu voz— su tono cambia a tierno —Te he extrañado—
—Yo también, llámame y me dices donde vernos— pido.
—Esperaré que llegue Derek y te llamo... feliz cumpleaños hermanita— suspiro ante eso —Descansa tranquila, te quiero mucho—
—Yo igual, me alegra que estés aquí, te veo luego— termino.
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Dos días desde esa llamada y no pasó nada luego, intento llamar a Laura, pero no responde y la verdad eso me inquieta, no sé dónde buscarla o que hacer.
Esta noche me dedico a prepararme para el inicio de clases, de alguna manera solo duermo si estoy muy cansada, de lo contrario mis energías se mantienen, otra habilidad vampira supongo. Me quedo esperando la mañana y me encamino a la escuela.
Guardo los libros en mi locker y camino a clase de historia. Mi atención está en la profesora mientras golpeo los dedos en la mesa suavemente.
—Bien, iniciemos contestando el cuestionario de práctica de la página 10, háganlo en parejas con su compañero de al lado— ordena ella.
Llevo mi mirada a la ventana, me remuevo al ver a Derek del otro lado de la calle, él me mira desde allí con ambas manos en sus bolsillos.
—Entonces... ¿Qué hacemos? — escucho a mi lado.
Miro a mi lado al loco chico que corre por todos lados, por quien me sentí estúpida hace unos meses dado a que jamás había asociado su apellido con el del sheriff. Me sorprendí cuando lo vi en la comisaría y recordé quien es.
