CAPÍTULO 5: Noche del 21 de diciembre del 2019. Estallido del apocalipsis.

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Al empezar la última actuación del programa, un dueto compuesto por Sejeong y Kim Jae Hwan, mi hermana se volvió a emocionar y se concentró profundamente en ellos. Sin embargo, sin saber muy bien porqué, yo comencé a mirar a mí alrededor y me sumergí en mis pensamientos. Notaba que algo iba mal. Vi como unos policías entraban a plató por la entrada del público. Parecían buscar a alguien. Les acompañaba una señora. Intenté mirar la hora en mi teléfono, pero me había quedado sin batería. Para no distraer a Pía, cogí el suyo sin permiso. Eran las 20:57 y vi que tenía un mensaje. Al abrirlo lo primero que apareció en pantalla fue una noticia que le había enviado una amiga de la facultad.

"Un nuevo virus llamado COVID-19 es descubierto por el equipo médico de Wuhan. Dicho virus es altamente contagioso y supone..."

Dejé de leer.

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-Hola buenas. Me llamo Yeni Chen y soy médico. Necesito hablar con la señora Park inmediatamente.

-Aquí estoy –dijo mientras salía detrás de una cortina que separaba el plató del backstage.- ¿Ocurre algo?

-Necesitamos localizar a su hijo. ¿Es posible que haya venido hoy a visitarla o a ayudarla en el trabajo?

-Sí, pero se encontraba mal y hace un rato le dije que volviese a casa. ¿Se puede saber por qué lo buscan exactamente?

-Doctora, ¿no será ese señor extraño de ahí? –preguntó uno de los agentes.

-¡No puede ser!

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Vi como la señora escoltada estaba hablando con la mujer mayor de antes. De repente se horrorizaron al ver algo que estaba sobre el escenario: un hombre que tenía pinta de estar pudriéndose se estaba balanceando en uno de los focos que estaban justo encima de los dos cantantes. Finalmente cayó encima de la chica y de un mordisco le arrancó medio cuello. La sangre salió sin cesar hasta que se desangró. El hombre empezó a comérsela. Tan solo le había dado un par de mordiscos cuando decidió ir en busca de otra víctima.

-¡Hay que salir de aquí! –grité mientras echaba a correr con mi hermana agarrada de la mano dejando los lightsticks atrás.

Pasamos entre las personas del público. Burlamos a los policías y los miembros de seguridad que estaban tratando de controlar la situación y accedimos al backstage. Allí, alguien se chocó conmigo.

-¿Chan?

-¿Clío? ¿Pía? Gracias a Dios. Vámonos.

Me cogió de la mano y nos llevó fuera del recinto, donde nos esperaban dos furgonetas negras. En la nuestra nos acompañaban Seungmin y Changbin.

-¿Estáis bien? –nos preguntó Seungmin.

-Sí –recuperé el aliento- ¿A dónde vamos?

-A la agencia, ahí estaremos a salvo –contestó Chan.

-No –corrigió el conductor.

-¿Cómo?

-La agencia está demasiado cerca de todo este lio. Os llevaremos a vuestra casa y pondremos esa alarma tan cara que contratasteis. Así estaréis más seguros.

El coche se detuvo en un semáforo. Justo entonces vimos como una mujer corría hacia nosotros. Empezó a golpear mi ventana.

-¿Sejeong? –dijo mi hermana.

-¡No puede ser! –exclamé.

-¡Arranca! –gritó Changbin.

En tan solo 15 minutos llegamos a una finca de pisos muy elegante por fuera. Lee Know y Chan insistieron a los conductores que podían subir y quedarse esa noche. Volver a su casa en ese momento era demasiado arriesgado. Ambos accedieron. Una vez arriba:

-¡No me puedo creer lo que ha pasado! –exclamó Han.

-Yo estoy muy asustado. ¿Qué deberíamos hacer? –preguntó I.N. –Voy a llamar a mi madre para decirle que no se acerqué a Seúl.

-¡Buena idea!

Todos cogieron sus teléfonos y empezaron a marcar.

-¡Chicos, relajaros! –gritó Seungmin.-Si llamáis a vuestras madres así las vais a preocupar más de la cuenta asique por favor, calmaos antes de hacerlo.

Los chicos obedecieron. Esperaron un par de minutos y llamaron a sus respectivas familias para aconsejarles que deberían hacer. Hyunjin y Seungmin tuvieron que pedir a sus familiares que se encerraran en casa y que, en cuanto pudieran, se fueran de Seúl. Les dijeron que se cuidaran y que ellos estarían bien. Colgaron. Se sentaron todos con nosotras en el salón de la casa y pusimos las noticias.

Se mostraban imágenes en directo. Más de una persona de las que habían estado presente esa noche aparecían atacando a gente por la calle. Las autoridades trataban de retenerlos a la vez que pedían al resto de los ciudadanos que se quedaran en casa y que esperaran a que un agente de policía les ayudara a evacuar.

-Ahora sí, ¿qué deberíamos hacer? –repitió I.N mirando a los conductores.

-Yo hablaré con JYP. Espero que para mañana tenga un plan que garantice vuestra seguridad –contestó mientras se alejaba para hacer esa llamada.

-Yo creo que lo que deberíamos hacer ahora que ya nos hemos alejado lo suficiente es tratar de pasar la noche tranquilos y mañana, con más calma, decidir –sugirió Changbin.

-Tienes razón. Este piso está a unos 20 kilómetros del plató y a unos seis metros de altura. Estaremos bien hasta mañana–dijo Lee Know.

-¿En serio? –pregunté enfadada –¿Acabáis de ver cómo han degollado a una compañera vuestra y os vais a quedar de brazos cruzados? ¿A qué esperáis? ¿A acabar vosotros igual? ¡No podemos simplemente irnos a dormir!

-Clío tiene razón. Quizás no haya un mañana –añadió Seungmin.

-¿Y qué propones que hagamos? –preguntó Han.

-Podríamos confiar en la alarma e improvisar armas para poder defendernos en caso de que suene por culpa de uno de esos bichos. –propuso Félix.

-Es una opción, aunque... -me interrumpió Chan.

-Deja de jugar a los militares. Has dicho que es una opción, ¿no? Pues vamos a llevarla a cabo.

Cogimos cuchillos de la cocina, bastones que tenía Félix guardados de cuando practicaba con más frecuencia taekwondo y más armas que guardaba por afición.

-Wow, no sabía que tuvieras una catana –dijo Han.

-Hay que afilarla. ¿Tenéis con qué? –pregunté.

-Sí. Los afiladores están en la cocina. –dijo Félix. -¿Vamos?

Al cabo de un rato, los chicos sacaron unas mantas para los conductores. Ellos dormirían en el sofá.

-Clío, tú puedes dormir en mi habitación con tu unnie si quieres –se ofreció Seungmin.

-Gracias.

-Un momento, ¿y yo donde se supone que voy a dormir? –preguntó Felix, su compañero de cuarto.

-Yo dormiré en la antigua cama de Woojin. Tú vete a dormir con quien la tenga más grande.

-¿Eh?

-¡La cama!

-¡Ah! Eso es más fácil de averiguar. Y menos traumático...

Nos hubiéramos reído con más ganas si no fuera por la pesadilla que estábamos viviendo.

Y tan solo era el principio.

BIENVENIDOS AL FINAL DE MI MUNDO  |  Imagina Kim Seungmin y Stray KidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora