CAPÍTULO 18: del 27 de diciembre al 5 de enero.

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La doctora que me estuvo tratando era realmente agradable y joven, incluso me recordaba a Pía. Al cabo de dos días me atreví a llamarla unnie. A pesar de ella llevar un traje parecido al de un astronauta y de poder conversar solamente a la hora de la comida y de la medicación, las únicas razones por las cuales yo me despertaba, nos acabamos volviendo un tanto cercanas. Lo suficiente al menos para que ella osara hacerme una pregunta bastante personal.

-Se rumorea que Kim Seungmin y usted están saliendo, ¿es cierto?

-¿Me preguntas por un hombre mientras estoy aquí muriéndome?

-No exagere, no se va a morir. Tiene usted un sistema inmunitario de hierro, igual de fuerte que sus brazos. Volviendo a lo de antes, disculpe si he sido demasiado chismosa. Me dejé llevar por mi fanatismo, pero aun así me gustaría saber...

-Vale, unnie, te lo cuento todo si me das tú la sopa.

Aceptó. Se lavó los guantes con agua y jabón y tomó el bol y la cuchara. De repente me sentía como un bebé de nuevo. Durmiendo veinte horas al día y queriendo que me consientan.

-La vedad es que no somos novios, pero algo hay, o había. No lo sé, como ya no hablamos.

Mi doctora se emocionó. Ella era stay, igual que yo, y le alegraba la idea de que un integrante de Stray Kids pudiera estar ilusionado con alguna chica. Sobre todo, teniendo en cuenta que él no era su bias, sino Hyunjin. Por lo tanto, no había posibilidad de que surgieran malos sentimientos por su parte.

-No se preocupe. Si no la llama es porque él también debe estar pasándolo mal por el virus.

-Ojalá tengas razón.

Durante toda mi estadía en el hospital solo hablé con esa unnie y con mi madre, que llamaba una vez al día. Solo me preguntaba que tal estaba yo, ni siquiera mencionamos a Pía. Sin ella me sentía totalmente sola. Cuando me acordaba de lo que era tenerla a mi lado ni siquiera la doctora unnie, como me gustaba llamarla, era capaz de hacerme sentir arropada por alguien.

Todos mis días eran iguales: me despertaba, desayuno, medicinas, charleta de diez minutos, siesta, comida, medicinas, conversación telefónica con mi señora madre, siesta, cena, más medicinas y de vuelta a dormir para al día siguiente hacer exactamente lo mismo. Tan siquiera me cambiaban aquel menú insípido donde lo único que me levantaba el ánimo era un yogur de coco de postre al medio día. Sin azúcar, por supuesto.

Los primeros días fueron más entretenidos. A veces vomitaba, a veces me faltaba el aire, pero hacía días que no pasaba nada interesante. Incluso ya era capaz de comer con normalidad, sin la sensación de asfixia que sentía antes y que muchas veces me impedía comer. Sin embargo, tanto aburrimiento se acabó el día de nochevieja, en el que recibí una llamada entonces para mí totalmente inesperada.

-Clío, tiene una llamada –me comunicó la doctora unnie.

Era la hora del desayuno. En España aún era de madrugada. Contesté a la llamada del teléfono fijo inalámbrico extrañada.

-¿Sí?

-Hola Clío, soy Seungmin. Siento no haber contactado contigo antes, pero no encontraba las fuerzas para hacerlo.

-Tonto.

-¿Qué?

-¡Eres un tonto por no llamarme antes! Yo también estoy enferma y he podido llamar a mi madre. ¡Tan solo había que ponerle un poco de ganas! -hice una pausa para toser y tomar aire- ¿Sabes lo sola que me he sentido? Pensé que ya te habías olvidado de mí...

BIENVENIDOS AL FINAL DE MI MUNDO  |  Imagina Kim Seungmin y Stray KidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora