CAPÍTULO 15: así fue la noche de Navidad para Pía.

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[Narra Pía]

Después de la inesperada visita de Clío, traté de olvidar el enfado que me había generado su desobediencia. Me había venido tan de sorpresa que incluso olvidé pedirle a Chan los permisos. Ella ya había actuado de más por las dos y ahora me tocaba a mí protegerla a ella. Eso sí, a mi manera.

Una vez acabaron de curar y hacer la larga serie de exámenes que habíamos decidido que nos brindarían la información necesaria al paciente desconocido, fui a analizar los resultados. Como era de esperar, presentaba el mismo tumor que I.N. y Lisa. La doctora Chen, que estaba al mando debido a su proximidad a la enfermedad, dictó que era un momento de reflexión y que nos fuéramos comer. Eran las cuatro de la tarde y nos esperaba un largo día por delante, sin descanso.

Al fin pude quitarme aquel espantoso traje de plástico. Mientras comía pensaba en que

estaban siendo la Navidad más aburrida de mi vida. Tampoco podía sacarme de la cabeza a I.N. y Lisa. Me sentía responsable de su futuro, en caso de que existiera la mínima posibilidad de que pudieran tenerlo. No habían pasado más de treinta minutos cuando volvimos a ponernos en marcha. La doctora Chen recibió una llamada de los médicos que estaban en el laboratorio. Ordenó que trajeran el prototipo que habían creado y lo probamos en el individuo que tan amablemente nos habían conseguido los chicos. Desgraciadamente, pasaron horas, y a pesar de verse algunas mejoras en la piel, los efectos "zombi" no cesaban. Seguía intentando atacar a la gente.

-¿Qué hacemos ahora doctora? –preguntó una médica apellidada Seo.

-¿Alguien ha visto las noticias hoy?

-Sí. Predicen que los norcoreanos no pararán hasta tener el control de toda Seúl y que en poco tiempo pasarán el rio Han. Los estadounidenses han mandado tropas para apoyarnos, pero los chinos han hecho lo mismo con los del norte, asique no ha habido ningún gran cambio.

-Se nos acaba el tiempo... -murmuró. –Vamos a extirparle el tumor –decidió.

-Pero señora...

-No tenemos otra opción. El campo de guerra cada vez está más cerca. Y en caso de no ser ese el problema, lo sería el virus. No sé si con este nivel de exposición acabaremos mutando, pero el COVID, al menos, lo acabaremos teniendo la gran mayoría de aquí. Por suerte, tarda en incubarse, pero seguimos estando contrarreloj. Asique háganlo.

Eliminarlo causó en el paciente una parálisis de cintura para abajo. Pero su piel volvió a la normalidad por completo. Solo faltaba esperar a que volviera en sí. Algunos lo tomaron como una solución definitiva del virus, mientras que otros no parábamos de preguntarnos como sanar a los demás sin exponerlos a un riesgo tan elevado. Por mi lado, decidí trabajar de forma independiente y tomé prestado un trozo de lo que habían separado del cerebro de aquel hombre y le hice una biopsia. Aquel tumor era algo nunca visto, igual que el virus, pero presentaba muchas semejanzas con el tejido cancerígeno. Corrí al encuentro de nuestra doctora al mando, antes de que ordenara alguna operación más.

-Doctora, tiene que ver esto.

Le enseñé lo que había descubierto.

-Doctora Cortés, el cáncer no tiene cura. Además, el paciente 0 no padecía dicha

Enfermedad, que yo sepa.

-Tal vez aun no lo supiera ni él. Y no hay cura para el cáncer, pero existe la quimioterapia. Creo realmente que si añadimos algunos de los fármacos que se utiliza en ella en la inyección, tal vez se pueda conseguir lo que hemos conseguido con el primer individuo, pero sin necesidad de intervenir quirúrgicamente.

-No parece mala idea –refeccionó unos instantes. -De acuerdo. Lo probaremos.

Pasaron horas cuando los químicos nos dieron luz verde para probar el nuevo prototipo.

Esta vez se iba a probar en la tailandesa. Durante la espera, apareció Clío acompañada por algunos de los chicos y un médico. Al escuchar el acto deleznable que había tratado de llevar a cabo ese hombre, sentí el impulso de querer matarlo. Por suerte, el hecho de que el doctor Kim empezase a tomar medidas en su contra hizo que volviera a mis sentidos. El tener a Seungmin desangrándose también ayudó a que me enfocara en algo bueno, ayudar a una persona, que era justamente a lo que me dedicaba y lo que mejor se me daba.

Después de darles puntos a Clío y a Seungmin, y de hacer una trasfusión de sangre de uno al otro, los mandamos a todos a la habitación. Esta vez no se me escapó Chan y al fin obtuve el consentimiento por escrito de los Yang. Inyectamos a Lisa la posible cura y la dejamos toda la noche en observación.

-Si todo va bien, mañana lo probaremos en el chico –dijo la doctora Chen antes de mirar su reloj. –Váyanse a dormir y mañana a primera hora vuelvan. El doctor Kim y la doctora Seo se quedarán vigilando a la joven. Cuando haya pasado la mitad de la noche los sustituirán el doctor Lee y la doctora Jung. ¿Alguna duda? –no hubo respuesta. –Genial. A descansar entonces. Buen trabajo señores.

Y así acabó mi tan esperada Navidad de 2019.

Al cabo de unas horas averiguaría si solo había sido un festivo lleno de trabajo o el gran día en el que Pía Cortés descubrió la cura para el zombi-coronavirus.

BIENVENIDOS AL FINAL DE MI MUNDO  |  Imagina Kim Seungmin y Stray KidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora