BIENVENIDOS AL FINAL DE MI MUNDO | Imagina Kim Seungmin y Stray Kids

CAPÍTULO 7: 22 de diciembre. Segunda parte.

Me volví a asomar a la cornisa y vi a cuatro extraños más que estaban a punto de llegar a la azotea. Entonces supe que nuestra salvación de había convertido en una ratonera.

-¡Chicos, vienen más! ¡Hay que irse! –grité.

Juntos evacuamos a las chicas de Twice, que eran las únicas idols que quedaban a parte de ellos. Volvimos a entrar al edificio con los bichos pisándonos los talones.

-¡Changbin, cierra bien, por el amor de Dios! –le pidió Momo desesperadamente al último en entrar.

-Ya está. ¡Vamos!

Corrimos escaleras abajo. Eran tantas plantas que al llegar al vestíbulo estábamos agotados.

-¿Qué deberíamos hacer ahora? –preguntó Jihyo a uno de los dos trabajadores que estaban con nosotros, el otro era nuestro querido conductor. –Ahora que saben escalar podrán entrar por cualquier parte.

-Tiene razón. Las autoridades dicen que no debemos salir de casa asique...

-Creo que ya es un poco tarde para eso –dije.

-Clío... -dijo mi hermana a modo de regañina.

-Por lo poco que la conozco se que ella no se quedará quieta –avisó el conductor.

-Oh, ¿y entonces que propone la niña que hagamos? –preguntó el señor señalándome.

-Relájese, trabajador Kim –le ordenó Seungmin.

-De acuerdo. Te haremos caso. Ahora la agencia es nuestra casa. Si salimos estaremos, estaremos en igual peligro que si nos quedamos aquí con esos bichos en la azotea. Por lo tanto creo que lo mejor será quedarnos aquí y asegurarnos de que ninguno de ellos pueda llegar a nosotros. Eso sí, debemos darnos prisa. Ahora mismo podrían estar intentando entrar.

-¿Bichos? ¡Qué palabra más infantil!

-Oiga... -se quejó Félix.

-Está bien. ¿Entonces ahora deberíamos ponernos por parejas e inspeccionar este lugar igual que en las películas? –me preguntó el señor como si le estuviese hablando a una niña de cinco años.

-Yo voy con Clío –dijo Seungmin sorprendiéndome.

-De acuerdo –contesté- Entonces Pía va con Félix.

-¿Por qué? –me susurró.

-Es el único que parece ser capaz de defenderse realmente. Con él estarás bien.

-Y yo voy con el trabajador Kim –dijo Dahyun para evitar que Chan quisiese ir con ella.

-Muy bien. Yo iré con Nayeon –anunció Chan a modo de respuesta- ¿Vamos?

El trabajador Kim ya se había agotado de nuestras intervenciones espontáneas. Estábamos perdiendo un tiempo muy valioso.

-Un segundo, chicos –dijo el trabajador Kim. -No sean tan impulsivos. Este sitio es demasiado grande. Sería algo estúpido. Vengan.

Nos acercamos al mostrador del principio del pasillo, donde él se estaba dirigiendo.

-El edificio está hecho de tal manera que se pueden bloquear todas las puertas del edificio desde aquí, desde el panel de control. El problema es que en algunos pasillos hay ventanas enormes de cristal.

-La puerta principal también es de cristal –añadió Momo señalándola.

-No podemos quedarnos en esta planta –dijo Nayeon.

-¿Y si vamos a una de las salas de baile? Ahí no hay ventanas. –sugirió Hyunjin.

Todos estuvimos de acuerdo con su idea, sobre todo cuando vimos a un grupo de extraños acercarse a la puerta. El trabajador Kim cerró con seguro todas las puertas del edificio. Ahora solo se podían abrir con una llave electrónica de la que ni mi hermana ni yo disponíamos. Empezó a correr por delante de nosotros con Dahyun y nos gritó que mantuviésemos las parejas que habíamos formado para desplazarnos. No entendí la razón hasta que noté que toda la agencia estaba hecha con largos y estrechos pasillos, por los cuales nos desplazábamos lo más rápido que podíamos. Fuimos a la sala Michael Jackson, allí donde graban habitualmente los dance practice. Nos sentamos en el suelo aliviados. Mi hermana y yo nos abrazamos para reponernos del momento de tensión que acabábamos de vivir. Dahyun, una de las que más solía tener contacto con las miembros de Itzy, se echó a llorar. Chan trató de acercarse a ella. Le preguntó si estaba bien. Ella se secó las lágrimas, respiró hondo y le contestó que sí. Seguidamente se levantó y se alejó. Después se fijó en nuestras manos y preguntó: