CAPÍTULO 14: así fue la noche de Navidad para Clío.

111 7 3
                                    



Uno de las peores noches de mi vida había llegado, ¿pero quién me iba a decir a mí que iba a empezar de una manera tan romántica?

-Ven conmigo –me pidió Seungmin tendiéndome la mano.

Acepté su invitación y me sacó de nuestro refugio, llevándose conmigo la catana. Me llevó hasta una habitación que estaba en la primera planta. Entramos rápidamente por miedo a ser descubiertos. Todo estaba tan oscuro que no podía ver nada.

-Espera un segundo aquí. -me pidió- Aunque encienda la luz no dejes de mirar hacia la pared.

Esperé nerviosa y finalmente me dio luz verde para girarme. Vi la mesa de un despacho

convertida en un comedor iluminado por dos lámparas pequeñas y unas cuantas velas.

Toda la comida que había en él era precocinada, pero aun así todo me parecía tan perfecto que seguiría sin cambiar nada a día de hoy.

-Creía que habíamos decidido ignorar nuestros sentimientos –dije con un hilo de voz.

-Lo sé –se acercó a mí. -Pero sigo debiéndote una cena.

Sonreímos y nos sentamos a comer.

-¿Cuándo has preparado todo esto?

-Esta mañana le pedí ayuda a uno de los doctores mientras tú seguías durmiendo. Pero digamos que todo comenzó en la excursión al supermercado. Le pedí a Chan que cogiera velas y tu postre favorito.

-¿Hay hojaldre de chocolate? –pregunté entusiasmado buscando a mi alrededor.

-Tranquila. Lo he escondido para que no te lo comieras antes de tiempo.

Entonces empecé a comer el arroz con pollo y verduras que había calentado Seungmin con tanto cariño para poder tomar lo antes posible mi ansiado hojaldre. Al verme Seungmin se rió.

Durante el primer plato de nuestra cena compartimos algunas palabras y miradas

cómplices.

-En realidad, no parecía precocinado. Estaba delicioso –comentó él.

-¿Sabes que más puede estar bueno ahora que nos lo hemos acabado? –le pregunté con una mirada picarona.

-Déjame adivinar.

Se levantó y abrió un armario de donde sacó el postre.

-Tiene buena pinta –observé mientras él se sentaba de nuevo.

Lo contamos y empezamos a degustar aquella obra del Señor.

-Nunca te había visto tan feliz –me dijo.

-Error. Cuando os vi en persona por primera vez estaba mucho más feliz. Pero como soy medio tontita me quedé paralizada y no lo notasteis.

Cuando acabamos continuamos charlando.

-Gracias por esto. No sé cómo agradecértelo.

-No tienes porqué. Yo también necesitaba escaparme de la realidad aunque solo fuese por unos minutos.

Le tomé una mano tratando que su sonrisa no se desvaneciera del todo.

-Oye, ¿y Chan no ha preparado nada para Dahyun? –pregunté para cambiar de tema.

-Me faltan la mitad de las velas, ¿tú qué crees?

Hicimos una pausa en nuestra conversación para ir recogiendo. Metimos toda la basura en una bolsa y le hicimos un nudo.

BIENVENIDOS AL FINAL DE MI MUNDO  |  Imagina Kim Seungmin y Stray KidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora