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En el camino hasta mi casa no puedo hacer otra cosa que pensar en Matías. Quiero seguirlo en Instagram pero me da vergüenza pedirle su nombre de usuario, y a la vez todavía no hay confianza como para hablar tanto, eso quedó bastante claro hoy.

Entro a mi casa, tiro la mochila en el pasillo y dejo mis llaves en el mueble de la entrada.

- Maaaaaa, llegueee - grito.

Agarro mi celular y me dirijo a la cocina, mi mamá no me responde por lo que chequeo mi WhatsApp y veo que tenía un mensaje de ella, avisandome que tuvo que irse más temprano al trabajo. Aprovecho la soledad de la casa y voy a mi habitación. Abro el placard y saco una caja que tengo escondida. Después del primer día de clases creo que tengo merecido prender un p0rro.

Pongo música baja desde la computadora mientras voy a la cocina a ver que tengo para almorzar.

Me preparo un plato con tres porciones de pizza y los meto en el microondas. Mientras espero a que termine de calentarse la comida, reviso mi celular. Decido ver si puedo encontrar el usuario de Matías en Instagram, solo para ver sus fotos, no pienso seguirlo.

"Ni siquiera sé su apellido" pienso, y trato de hacer memoria para ver si puedo recordar el nombre completo de algún compañero del curso, pero no hay caso, no me acuerdo.

Me dirijo a mi habitación con el plato de pizza y me siento a ver Netflix.

No presto atención a la serie, solo puedo tratar de recordar el apellido de Matías. No entiendo cuál es su problema conmigo, evidentemente no entiende que al ser nueva tengo que tratar de ser simpática con todos. No me causó gracia que Ramiro se refiera a él como "el emo" pero tampoco supe que decir, y por eso preferí reírme.
Pero evidentemente eso le molestó.
Después de terminar de almorzar, resuelvo los ejercicios de Química para la clase siguiente.

Minutos más tarde veo que la pantalla de mi celular se enciende.

"Instagram: @ramiro.grego ha comenzado a seguirte" dice la notificación.

Entré  a su perfil y lo stalkee un poco. Fotos tomando Smirnoff, fotos en Villa Gessel con los amigos, foto con familiares, y en la mayoría de ellas él está en cuero. También tiene varias fotos con Franco, dónde se comentan típicas cosas como "vamos brother" y demás. Típico cheto, típico. Pero debo admitir que por más que sea el típico cheto, me parece un lindo pibe. Seguramente no tengamos nada en común, pero hay algo en él que me atrae bastante. Para que se den una idea, Ramiro es un chico alto, tiene piel morocha, unos ojos color miel divinos y unos rulos bastante alborotados. Además tengo que aclarar, que se viste muy bien.
Después de haber revisado su perfil por un buen rato, lo sigo.

El resto del día transcurre con normalidad, Ramiro subió varias historias a Instagram y subió una foto con su perro bulldog. Pensé en likearla pero después me dio un poco de vergüenza por lo que no lo hice.

Tal vez mi idea de formar una amistad con mi compañero de banco no funcione, pero por ahí podía formar una amistad con Ramiro.

genial - candia y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora