capítulo doce

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... Tú corazón...

- Hablemos -pide o más bien ordena Joseph.

He ahí una de las cosas que más odio - pienso.

- Claro - respondo con algo de ironía mientras me siento en forma de india.

- ¿Por que lo hiciste? - pregunta algo enojado.

¿Tanto le importa?

- Por que puedo, quiero y me lo merezco - Respondo a la defensiva.

Podías decirle que era una espía – opina Angeline.

Si, pude hacerlo – respondo – pero no lo hice...

- Te dije que no podías hacerle daño - dice crugiendo los dientes como si se estuviera controlando para no enojarse más de lo que está.

- Uju ¿Y? - respondo viendo mis uñas.

- No puedes matar a todo el mundo Hade - Advierte - Esta es una manada unida y el echo de que estés por ahí asesinando a quien se te plazca no te hará de confianza para que seas la luna - explica más calmado - así no se hacen las cosas aquí -

- Era una espía ¿Bien? -

ODIO SEVERAMENTE QUE ME DEN SERMONES. No soy una niña, se lo que está bien y lo que no, no hace falta el discurso.

- No era una espía, era una bruja de las mejores y tu la mataste - afirma. Suspiro frustrada por la facilidad que tuvo la zorra para engañar a todo el mundo.

- Era una vampiresa que usaba la sangre de un licántropo para ocultar su olor y la de una bruja en un collar para hacerse pasar por una bruja - explico - y si alguna vez hizo un hechizo, la sangre de la bruja puede utilizarse para eso -

Me cruzo de brazos y alzo una ceja por que se que no tiene argumentos para refutar lo que acabo de decir.

- Lo siento - se disculpa.

- No te voy a perdonar tan fácil - declaro seria.

Si que sabes hacerte la enojada ¿No Leah? - escucho la voz de Kevin.

No te habías ido? - pregunto

No responde así que vuelvo a la realidad en la cual sin darme cuenta estoy a horcadas sobre mi Alfa mientras esté reparte besos por mi cuello.

¿En qué momento llegamos aquí?

- O-Oye - intento hablar pero en esta situación es un tanto difícil - ¿Q-Que haces? - pregunto.

- Creo que es algo obvio lo que estoy haciendo - responde para luego morder levemente el lóbulo de mi oreja - Me gano tu perdón - dice con vos ronca.

Un gemido suave sale de mis labios recibiendo un gruñido de su parte.

Sus besos antes en mi cuello fueron subiendo hasta mis labios donde mi lengua y la suya bailaron durante unos minutos hasta que nos separamos por falta de aire y en seguida Joseph volvió a mí cuello repartiendo besos y mordidas.

Demonio De AngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora