S... is for SHY

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1 semana antes...

La cálida luz del sol iluminaba el enorme jardín de la mansión. La piscina relucía azul y templada mientras las flores rojas y amarillas contrastaban espléndidamente con la lujosa morada. Era domingo y el aura del ambiente parecía sentirlo, pues la tranquilidad y armonía del lugar burlaban vilmente a la mujer solitaria en la cocina. Era el único día que su jefe estaba en casa, sin trabajo y dispuesto para su familia. Pero ella... ella solo podía sentir fuego y nostalgia en su interior.

Los ojos azules de Alexa miraron con atención a través del cristal de la ventana, contemplando la perfecta estampa en frente de ella.

Victoria jugaba con sus hijos sentada en una mesita campestre a unos metros de la piscina. Los pequeños reían y degustaban sus coloridas galletas, cuando una silueta conocida se acercó hasta la mujer, quien recibió gustosa una caricia amorosa y un delicado beso en sus labios.

Alexa apartó la vista mientras mojaba la esponja en su mano y frotaba nuevamente el cristal en la ventana. Ya estaba limpio, pero muy poco le importaba. No podía dejar de observar la causa de su tormento mientras los celos la invadían.

Ella quería tenerlo.

Apartó la vista de la familia, solo para descubrir que Renzo la miraba en secreto. Una sonrisa de satisfacción se formó en los labios del italiano al descubrir a la chica curiosa en la ventana.

Rapidaménte soltó la esponja en el balde con agua y se quitó el delantal que la cubría. Fingiendo demencia se apartó de la ventana y subió las escaleras, tomando el primer plumero que encontró. No quería darle el gusto de verla consternada, porque él conocía su deseo.

Caminó por el pasillo y entró a la sofisticada habitación del matrimonio cerrando la puerta tras de sí. Admirando el cálido lugar rozó con el plumero los costosos muebles. Era perfecto e irrealista.

Sintió las sabanas sedosas con la yema de sus dedos y casi de repente, los recuerdos dolorosos invadieron totalmende la capacidad de su mente. Sintió una extraña tristeza mezclarse en la profundidad de sus deseos. La añoranza de lo que nunca tuvo. La ambición y los lazos de la envidia consumiéndola lentamente. Sin proponerselo, alcanzó el cepillo dorado del velador y lo enredó en sus cabellos, peinando las hebras pelirrojas sintiéndose alguien más.

El recuerdo de su madre muerta, decrépita y consumida por la enfermedad la invadió dolorosamente. Recordó su cabello pelirrojo, el cual perdió lentamente mientras esperaba pacientemente su muerte. La dejó a una edad muy temprana, vulnerable y sola sin un padre para protegerla, pues el muy bastardo las abandonó a su suerte sin la más mínima de las culpas antes de llegar a conocerlo.

Sin dinero alguno y completamente desamparada, solo tuvo que esperar la inminente partida de su madre, para finalmente unirse a la soledad de las calles y vagar en la pobreza, esperando, entre algunos trabajos insanos, ser encontrada por su señor y salvador.

Con tan solo quince años, ya sabía más del mundo que cualquier joven mal portada, y aunque nunca conoció a su padre, conocía perfectamente como complacer el deseo de los hombres.

Lo sabía... y Ray también. La encontró una noche oscura al fondo de un callejón abriendo su boca para el sexo. Ambos coincidieron intentando complacer al mismo cliente, obtener ganancias de manera rápida y fugaz. Ray a través de las drogas y Alexa a través del placer.

-¿Intentas robar mi dinero linda?- pronunció muy seductor, evaluándola fijamente con la mirada. Alexa sonrió en desazón limpiando sus labios de forma inocente como si hubiera degustado un enorme y cremoso helado. Tal vez no intentaba robar su dinero pero después de algún tiempo, sí su corazón...

S FOR SILENCEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora