S... is for STATUS

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15 AÑOS DESPUÉS

Presente...

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Bip, Bip, Bip, Bip- resonaba el pitido en su cabeza...

Bip, Bip, Bip, Bip- una y otra vez...

El escandaloso despertador digital sonó en la habitación mientras la luz se filtraba por las cortinas, incomodando a la chica dormida en la cama. El ruido de la puerta al abrirse la hizo estirar sus extremidades y flexionar perezosamente sus esbeltas piernas.

Otro día en el paraíso- pensó internamente, cubriendo sus ojos.

-Despierta mi niña que hoy es tu día especial- susurró una voz suave en su oreja.

Las manos cálidas de la mujer visitante se enredaron en su cabello, acariciando las hebras oscuras y depositando un sonoro beso en su mejilla. Por más que trató de ignorar sus palabras amables, solo pudo cubrir su rostro y soltar una risita que intentaba ocultar su mal humor.

-Diablos Nany ¿Por qué eres tan atenta?- sonrió sin remedio colocándose sus pantuflas acolchadas de conejito. Odiaba la atención extra, pero hoy tal vez podía hacer una excepción.

-¿Y como no serlo? No todos los días cumples 17 años- habló añorante- ¿Puedes creerlo? En tan solo un año serás una mujer legalmente- sonrió con cariño y tomó su mano e invitándola a seguirla.

La palabra "legalmente" la hizo reir y poner los ojos en blanco. ¿Es que acaso había algo legal en su vida? ¿Ya podría ir a la cárcel y hacerse responsable de sus acciones? ¿Beber hasta no recordar su nombre, o tal vez follar con diez hombres en una noche sin ser juzgada?

Definitamente no había nada en su lista de "mujer legal" que no hubiera hecho ya. Ese número no significada nada para ella, solo unas cuantas ventajas de ser considerada una niña con una cara bonita e inocente. Tan inocente que podía tener en la palma de su mano a quien quisiera, a todos tal vez... excepto a su familia.

Se levantó sin dudarlo y la siguió por las escaleras tratando de igualar su evidente entusiamo. Sin embargo no tuvo que fingir por mucho tiempo. Sus ojos se abrieron con impresión cuando bajo el último escalón hasta la sala y visualizó un enorme y colorido desayuno servido en la elegante mesa de mármol. Era especial, y diferente...

Globos de colores, de todos los tamaños, adornaban el lugar con alegría.

-Feliz cumpleaños mi pequeña- canturreó la voz de la mujer, mientas estiraba los brazos y le mostraba entusiasmada todos los detalles que había preparado para ella. Sonrió sintiéndose amada y suspiró ahuyentando los malos pensamientos.

Un día bueno quizás...

Su platillo preferido de waffles con crema batida y chocolate derretido la invitaba tentadoramente a la mesa, pero la emoción duro muy poco. Unos pasos apresurados y ruidosos se escucharon por la escalera rompiendo la paz y el silencio del ambiente. El rostro de la persona que menos quería ver apareció ante sus ojos ignorándola completamente.

-¡Oye! Yo también tengo hambre- se quejó como un niño pequeño, mientras bebía escandalósamente un vaso de jugo de naranja recien hecho.

Bueno, no podía esperar otra cosa de él.

Su hermano aún en pijama pasó una mano por su impecable cabello castaño y le dedicó una de esas tormentosas miradas que la hacían querer vomitar una y otra vez.

S FOR SILENCEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora