S FOR SILENCE

S... is for SILENCE (Parte 1)

Tic-tac, tic-tac, tic-tac...

Los ojos del rubio se clavaron en la deslustrada pared de la sala. Sus manos gruesas frotaban sus ásperos nudillos mientras repasaba mentalmente los acontecimientos del día. El reloj de aguja marcaba la hora contundentemente al compás rítmico del minutero y Erick no podía estar más nervioso... Su carrera policial le había enseñado a desconfiar de todos y de todo, pero también a arriesgarse cuando fuera necesario, y esas dos sensaciones tan contradictorias, peleaban incesantes en su interior esa noche.

Tal vez recibir una llamada sospechosa de una mujer desconocida, ofreciéndole valiosa información sobre el Caso S, no era lo que esperaba, pero sí lo que deseaba profundamente. ¿Estaría diciendo la verdad?, no podría confirmarlo hasta hablar con ella en persona.

El nombre de Silvia le vino a la mente y Erick negó con la cabeza... las posibilidades de que la prostituta ebria y evidente aduladora del perverso club, fuera la incógnita delatora del día eran bajas. Tenía que ser una persona involucrada con Renzo Salvatore... una persona muy cercana a él y a su negocio.

Suspiró recordando la frase que tal vez le hizo creerle.

"Recuerde detective... solo hago esto para proteger a mi familia"

¿Una mujer amenazada de muerte por los asesinos de Salvatore? ¿Tal vez la esposa de algún mafioso endeudado?, ¿un hombre peligroso cuya familia terminó pagando las consecuencias de un retorcido mundo sin ley?

Miró el reloj nuevamente que ahora marcaban un cuarto para las ocho. Levantádose del sofá caminó hasta la mesita de estar, donde su arma reposaba tranquilamente y la sostuvo entre sus manos verificando que estuviese cargada.

No quería precipitarse pero... ¿y si era una trampa? Toda posibilidad racional apuntaba hacia ese hecho... Era una absurda coincidencia que justamente unos días después de haber visitado el club Doble S, donde fue amenazado y reconocido a simple vista, se le presentara una llamada telefónica anónima de una mujer asustada, que lo advierte de ser vigilado y tener información relevante.

Tal vez sólo querían engañarlo, acorralarlo desprotegido en su apartada casa del lago, para luego matarlo silenciosamente y en secreto, tal como a todos los idiotas
que se habían involucrado demasiado con Salvatore y su agujero...

Miró la estantería llena de información y documentos policiales. Esa vieja casa era el espacio ideal para reflexionar sobre su trabajo. La utilizaba como "guarida" cuando necesitaba pensar en tranquilidad y todas sus investigaciones yacían ocultas en ese apartado lugar.
Por suerte había logrado abandonar la estación policial sin ningún percance. Otro hecho extraño que llamaba su atención, pues luego de cortarse la inesperada llamada, el auto de color crema estacionado a unos metros en la calle, desapareció sin dejar rastro.

Tal vez la mujer era una cómplice del supuesto vigilante, tal vez debió alertar a sus colegas de la sospechosa llamada, tal vez debió delatarla y no haber corrido riesgos.

Tic-tac, tic-tac, tic-tac...- ahí estaba reloj...

Las agujas negras seguían su camino.

Donovan le advirtió sobre ello pero muy testarudamente lo ignoró, ahora el tiempo corría incesante. Había guardado silencio, depositando ciegamente su fe en una desconocida...todo por un simple presentimiento. Una víctima infortunada de las maldades de ese mundo, una mujer valiente capaz de arriesgarse para contar con la ayuda de personas como él: un policía, un detective, un buscador del bien y la justicia, quien más allá de la fama y de los créditos por atrapar a alguien tan poderoso como Renzo Salvatore, quisiera ayudar, hacer lo correcto, convertir la ciudad en un lugar mejor...