Prólogo:

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Lunes por la mañana, ¿qué significa eso? Primer día de clases. Para otra niña de mi edad, esto sería el día más feliz de mi corta vida. Dejaré de estar en casa para finalmente ir a hacer amigos y a aprender sobre nuestra cultura lo que mis padres no quisieron contarme. Déjenme ponerlos en contexto.

¿Qué somos? Ni siquiera yo lo sé. Se supone que somos mitad lobo pero no por eso somos "hombres-lobos" y aunque sería fantástico poder transformarte a un enorme y lindo lobo, no es así. Nuestra sociedad se divide en tres rangos; alfa, beta y omega, no entraré en detalles pero pronto verán como vivimos. La cosa es así, nuestra parte lobo es la que nos maneja la mayoría del tiempo mientras que la parte humana...existe para no hacernos ver "animales". Pero vamos, todos en esta sociedad somos animales.

Al cumplir los doce años de edad, mas o menos, los niños descubrimos lo que somos y para que "serviremos" ya que lamentablemente, ante la ley, los omegas sirven a sus alfas mientras que ellos pueden hacer lo que quieran con sus omegas y los betas...ellos existen y son felices; no pueden casarse con un alfa, pero saber vivir sin depender de ellos. En cambio los omegas, no sobrevivirían un día sin su alfa; así son las cosas y así lo seguirán siendo por muchos años más.

-___, cariño. Baja del auto, se te hace tarde- Habló mi madre sacándome de mis pensamientos-.

Me limité a bajar sin despedirme y cuando me giré, choqué con un niño aparentemente de mi edad el cual provocó que me cayera al suelo.

-Perdón, iba distraído- dijo el niño extendiendo su mano para ayudarme a levantar-.

+Descuida- dije fingiendo ser amable y tomando su mano. ¿Qué? Para tener seis años, soy demasiado madura; mis padres a veces piensan que podría ser alfa. Pero yo se que no, mi físico determina que seré omega y estoy bien con eso; no considero importante ese tema-.

-Soy Maryan- dijo el niño extendiendo nuevamente su mano-.

+___-dije seria aceptando el saludo-.

-¿En qué curso estás?

+Primero- dije restando importancia al tema y comenzando a caminar. Si el chico quería seguir hablando, me comenzará a seguir seguro-.

-¿Enserio? Estamos en la misma clase entonces-sonrió parándose frente a mi-.

+Que suerte- dije con ironía, la cual el chico no entendió- Bueno, si no quieres que lleguemos tarde, camina más rápido- dije siguiendo mi camino-.

Llegamos a lo que parecía ser nuestro salón, así que me dispuse a entrar. Puse mi mejor cara sería y entré, tenía que intentar verme imponente para que nadie se me acercara y lo logré, ah claro...a excepción del chico que me viene siguiendo desde la entrada de la escuela. Me senté  en una de las bancas del final y él se sentó justo a mi lado. La profesora entró, nos presentamos y no hicimos nada más hasta que llegó el recreo. Salí a comer mi almuerzo y ¿adivinen qué? El chico seguía detrás mío.

-¿Qué trajiste de comida?- preguntó interesado en mi comida-.

+Una manzana- dije sin más. Estaba acostumbrada a comer mucho en el desayuno así que no me daba hambre hasta la hora de comer-.

-Oh...-dijo en un susurro- ¿Quieres de mi comida?- dijo mostrándome una bolsa de papel- Mi mamá me dio suficiente por si hacía un amigo y...

+Estoy bien, gracias- dije sin dejarlo terminar su frase-.

-Vale...-dijo y fue lo último que dijo por unos diez minutos cuando yo me decidí a hablar-.

+Dime...¿por qué eres tan...sumiso?- cuestioné-.

-Oh...bueno, mis padres me dijeron que no moleste a un alfa- dijo él, provocando que me gire a verlo-.

+Pues yo no soy un alfa- aclaré- Es muy poco probable un alfa hembra y además...bueno, da igual.

El alfa que lo cambió todo-[Arsilex y tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora