San desastre
San Valentin es el día donde mas trabajo, generalmente me levanto a las tres de la mañana, para esperar las flores que llegan a las cuatro y que no son de producción local, por lo cual no puede ver a Eros hoy; seguramente me preguntaran ¿Que paso con las alas?, bien, estas dejaron de sangrar cuando salio la estructura completa que es gigante, mientras esos dos días fui su enfermera aunque me dijera que no era necesario porque el sanaba solo.
Cuando les dije que no puede ver eros, tampoco pude ver como terminaron sus alas, y es que el no puede hoy trabajar en el café, pues debe dedicarse a sus labores como cupido, el salio de casa a las doce de la madrugada y lo supe por el fuerte aleteo que escuche y una parte me tranquiliza ser la única que lo puede ver en esa forma.
la llegada de las flores es casi un ritual , esas pequeñas llegan, las personas que contrate para que me ayudaran las sacan de los paquetes, las ponen en agua dentro de unos baldes y ahi mismo las colocamos en neveras especiales para que se conserven frescas , en especial las rosas que son las numero uno de San Valentin.
Con ayuda de lo chicos, nos encargos de empezar a organizar los arreglos florales encargados con antelación hasta la apertura a las ocho de la mañana, eso incluye los de la cafetería donde Eros trabaja , los primero clientes pasan por sus arreglos apenas abrimos y los demás en el transcurso del día hasta las diez de noche cuando cierro vuelta un trapo viejo del cansancio.
Siempre me llegan clientes de todo tipo y lo clasificare en tres: los primero son los que organizan todo para que no llegue la fiesta sin todo listo, son metódicos y quieren todo perfecto, los segundos son los que llegan corriendo y compran las flores no importa cual sea, me enojan porque todas son fantásticas ademas quieren apurarlo a uno, con eso hago un máster en paciencia, y dejando de ultimo y no menos importantes están los que me cuentan una historia y me piden las flores si yo fuera su amor o se desahogan conmigo como si yo fuera esas personas, estos atrasan mi trabajo pero son los que mas me divierten al menos.
Durante las horas abierta la tienda todo es una locura, salen y entran personas, siempre trabajamos para que todos salgan contentos, de pronto mientras estoy en mi trabajo de sacar unas cuentas, entra un hombre que viene bien vestido hacia a mi, parece un empresario y yo me acomodo en mi silla cuando se acerca:
-Buenas tardes, vengo por una flores para mi esposa, cuales me recomendaría, ella es algo caprichosa y siempre dice que le llevo flores pensadas para otra mujer - dice con una voz grave y muy masculina-.
-Bien, eso piensa su esposa,¿ alguna vez le pregunto a ella que flores le gustan? -digo mientras lo miro, su rostro se me hace familiar pero intento no distraerme con ese hombre que se ve comestible aun a sus aparentes cincuenta años, Dios debo dejar de pensar en eso.
-Si, cada día durante 3000 a...días, si días, pero llegamos siempre al mismo punto -dice y se detiene en mi escote, comienzo a toser para que vuelva a mi cara- si, como le decía así que los años de esta eternidad casados le llevo las flores que dice que le gustan y me responde lo mismo.
-Mmmm ok, entonces por que no le lleva un ramo con cada una de las flores que ella le ha dicho que le gusta, así ella sabrá que en realidad usted la escucha siempre, -digo y luego me levanto de la silla- me puede decir cuales , puedo ayudarle a escoger las especiales para ella -camine hasta donde teníamos la flores, me sentía por dentro enojada porque este hombre teniendo esposa,no deja de mirar mi trasero mientras voy escogiendo lo que me va diciendo-.
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Eros y Él (En edicion)
Random¿Que pasa cuando quieres enamorar a alguien y le pides el favor a un dios griego? Y no, no hablo de un dios griego por su belleza, porque lo es al menos ante mis ojos y los de muchas, pero además es el mismísimo Eros dios de la atracción sexual, el...