Me desperté con el horrendo sonido del despertador, hoy cambiaría mi vida pero aún no estaba segura de si encajaría en Osadía o si mi lugar estaba en Erudición, sin embargo, quedarme con mis padres no era una opción.
Me vestí, la ropa era en su totalidad azul, como la de toda la población perteneciente a Erudición. Cuando entré a la cocina, pude ver a mi padre en la mesa leyendo el periódico del día, por otro lado mi madre se encontraba junto a la tostadora, esperando para poder prepararse unas tostadas con mantequilla.
Decidí tomar un desayuno abundante, ya que no sabía qué me depararía el día. Mi padre, Mike, levantó la vista del periódico para mirarme.
- No tienes porqué preocuparte, eres la persona más inteligente de las últimas generaciones que ha visto Erudición, esta claro que este es tu lugar, solo tienes que esforzarte más- afirmó mientras tomaba un sorbo de su café negro.
Existe la costumbre, de hacer un test que muestra el IQ de las personas en Erudición en todas las clases cuando se cumple los 14 años. Nunca entendí la función de ese test, a parte del de crear una mayor competitividad entre los jóvenes, tampoco creía que fuera objetivo el resultado, la prueba no es mas que un examen y no creo que un examen pueda medir la inteligencia de nadie. Recuerdo el día en el que me dieron los resultados, la mirada de orgullo plasmada en los ojos de mis padres y la sonrisa cargada de diversión en el rostro de mi hermano, aun sin palabras sabía perfectamente lo que esa sonrisa significaba "ya verás lo que te espera hermana". Mis resultados habían sido levemente mejores que los de mi hermano, y supongo que fue eso lo que me llevó a plantearme la efectividad de ese test, mi hermano era mucho mejor que yo en una gran cantidad de cosas, el siempre fue más sociable, más practico y yo siempre fui su hermana pequeña, a la que protegía de las miradas odiosas. Esa noche tuvimos una larga conversación en la que Eric me preparó para el siguiente día de escuela, cuando el rumor de mis resultados ya habría corrido por toda la facción y mis compañeros me mirarían con odio y envidia, en definitiva, Eric sabía llevar mucho mejor las situaciones complicadas que yo.
La mirada de orgullo en los ojos de mis padres no había durado mucho, ese mismo año fue cuando Eric se fue de la facción y me rebelé contra ellos. Mirando dos años atrás, ahora sentía que probablemente había sido una reacción exagerada e infantil, pero era una niña de 14 años que necesitaba a su hermano, la persona que nunca me pidió nada más que ser yo misma.
- Claro papá- le sonreí y comencé a desayunar, aún no tenía claro si irme sería la mejor opción, pero lo que tenía claro es que era mi decisión y no dejaría que mis padres se interpusieran en ello.
Cuando llegué al edificio donde se celebraría la Ceremonia de Elección, vi a mi padre alejarse con Jeanine, su jefa y amiga desde la infancia, si es que en Erudición existía la verdadera amistad, desde mi punto de vista, aquí la amistad se basaba en relaciones personales que considerabas que en algún momento podrían ser beneficiosas para ti mismo.
Me coloqué en la fila dedicada a Erudición, me resultaba curioso que ni si quiera en un día como hoy nos permitieran mezclarnos con las otras facciones, como si pudiéramos contaminarnos. Escuché gritos y vítores, me giré para ver a los jóvenes procedentes de Osadía correr, hacía su fila, se veían sonrientes, eran libres, y eso era lo que más anhelaba. En ese momento, tuve claro que por mucho que me asustara equivocarme en mi elección y encontrarme sola en un lugar que no conocía, mi elección sería Osadía, era mi oportunidad de ser feliz y ya no era la niña de 14 años que necesitaba a su hermano mayor para que la cuidara y aconsejara, habían pasado solo dos años, sin embargo, había crecido y madurado, había aprendido que solo me tengo a mí misma y que aunque muchas veces haya querido rendirme, siempre he sabido como afrontar los desafíos que se me han presentado.
Me senté en una de las sillas que se disponían para los que hoy tomarían una elección que cambiaría su vida y mientras Marcus Eaton, el líder de Abnegación, la facción que se encargaba de la política hacía el típico discurso que cada año se repetía en esta ceremonia, miré los cuencos dispuestos de forma ordenada en el palco donde se encontraba.
Los cinco cuencos se encontraban en el centro de la sala, y cada uno contenía un elemento que representaba a cada una de las facciones: piedras grises para Abnegación, agua para Erudición, tierra para cordialidad, carbones encendidos para Osadía y vidrio para Verdad. Cuando me di cuenta ya estaban empezando a llamar a los niños que elegirían su facción, como siempre en orden alfabético inverso.
Estaba perdida en mis pensamientos cuando escuche mi nombre, era mi momento de elegir cuál sería mi futuro. Cuando me levante miré a mis padres, y pude ver cómo con su característico semblante serio asintieron en mi dirección, creían que elegiría Erudición, era lo que todos esperaban. Me dirigí a paso seguro hacia Marcus Eaton, quien con una sonrisa me ofreció un cuchillo, con el cual tendría que hacerme una herida en la palma de mi mano y dejar caer una gota en el cuenco que representara la facción que había elegido. Una vez vi sangre en mi palma fui realmente consciente de que no había vuelta atrás, miré el cuenco de Erudición, sin embargo, acerqué mi mano al cuenco de Osadía y dejé caer allí una gota de sangre.
- ¡Osadía!- gritó Marcus Eaton
Escuché gritos de alegría por parte de los jóvenes de Osadía, cuando me giré vi la cara de perplejidad que surcaba en todos los rostros de Erudición, aunque sabía que la mayoría se alegraban de mi partida, ya que me veían como una enemiga, alguien con quien competir. Por último, antes de sentarme con mi nueva familia, la facción de Osadía, miré por última vez a mis padres, pude ver furia en sus miradas y en ese momento supe que irme había sido lo correcto.
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Divergente (Cuatro/Four)
FanficMadeleine tiene 16 años y ya es el momento de su ceremonia de elección. Le gusta la filosofía de su facción, Erudición, le gusta saber cada día algo nuevo, pero no tiene pensado pasarse la vida estudiando. Su mejor amigo, su hermano mayor, se había...