Capitulo 8- Punteria

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Los siguientes dos días el entrenamiento continuó centrado en la pelea cuerpo a cuerpo, con respecto al encuentro con Cuatro, este no quedó en el olvido me había dado cuenta de que me miraba de mas mientras entrenábamos y no era algo que me incomodara. En estos dos días no volví a hablar con Eric y tampoco se había presentado en los entrenamientos algo que me relajaba, no es que no quisiera verle, pero no tenía en mis planes volver a dejar inconsciente a nadie si podía evitarlo.

- ¡Hoy vamos a probar vuestra puntería!- fue lo primero que escuchamos al llegar a la sala donde llevábamos entrenando todos estos días, Cuatro, que es el que había hablado se encontraba al lado de unas dianas de brazos cruzados, a su lado se encontraba Eric, lo que me anunciaba que hoy no sería un día tranquilo- Cada uno tiene una diana y cinco cuchillos, cuando los lancéis todos debéis recogerlos y continuar hasta que decidamos que es momento de parar.- cogió un cuchillo y se colocó en frente a la diana más cercana.- La forma correcta de lanzar un cuchillo a una diana es lanzándola desde encima de la cabeza.- dijo acompañando sus palabras con la acción- Debéis tener claro a donde lo dirigís y usar la fuerza necesaria para que se clave.- finalizó su explicación lanzándolo, consiguiendo así que este se clavara en el centro de la diana, definitivamente, un tiro perfecto.

Antes de empezar a lanzar dirigí mi mirada a mis compañeros: a Josh no se le daba del todo mal, Tom se defendía bastante bien y era gracioso ver su expresión de sorpresa cuando clavaba el cuchillo, Emily lo clavaba casi siempre pero no se acercaba al centro del blanco y Lexi estaba teniendo dificultades para conseguir lanzarlo con la fuerza suficiente por lo que sus cuchillos caían al suelo después de rebotar en la diana.

- ¡¡Mad empieza a lanzar ya!!- el grito de Eric me asustó, no me había dado cuenta de en que momento se había movido hacia mí.

No respondí, simplemente lancé el cuchillo que tenía en la mano recordando los movimientos que había hecho Cuatro en su explicación, consiguiendo que este se clavara en la diana, pero no en el centro.

- Ese tiro deja mucho que desear...- murmuró antes de alejarse.

Sumida en mi enfado, cogí el siguiente cuchillo y sin pensarlo demasiado lo lance con todas mis fuerzas, al final eso era lo que hacía siempre cuando me enfadaba, romper cosas, aunque prefería pegarle al saco.

- Relajate.- dijo Cuatro mientras trataba de quitarme el cuchillo de la mano, cuyos nudillos se estaban empezando a volver blancos debido a la fuerza.- Con los cuchillos las cosas no funcionan así, no es como el combate que puedes usar el enfado para sacar fuerzas, aquí tienes que tener la mente fría.- volvió a extenderme el cuchillo.- Mente fría, no te centres en la fuerza, sino en el blanco.- dicho esto se fue.

Seguí su consejo y cuando acabo el entrenamiento casi todos mis cuchillos daban en el centro de la diana.

- Si sigues tirando así no durarás mucho aquí- la voz de Eric interrumpió mis pensamientos, pero está vez no se dirigía a mi, sino a Lexi que seguía teniendo problemas para clavar los cuchillos.- Ponte delante de la diana.- agregó en tono autoritario.

- ¿Para qué?- preguntó encarando a mi hermano.

- Para que aprendas lo que es un buen incentivo- argumentó con los dientes apretados.

Lexi se dirigió a la diana con paso dubitativo, en su camino nuestras miradas se conectaron, pude ver un sentimiento de confusión con un ápice de ira, supuse que está última iria dirigida a Eric.

- Cuatro échame una mano.- el mencionado se acerco a la mesa donde reposaban los cuchillos de Lexi, su paso era ligero y su cabeza estaba erguida pero había cierta pesadez en sus movimientos lo que me afirmaba que no le agradaba lo que debía hacer.

- Esto es estupido.- dije alzando la voz, esto provocó miradas por parte de mis compañeros con los ojos bien abiertos, Tom incluso tenía la boca abierta consiguiendo una expresión similar a la de El grito.

- ¿Tienes algo que añadir iniciada?- gruñó Eric.

- Ponerte delante de una diana mientras te tiran cuchillos es una estupidez no un incentivo para que se le dé mejor, ¿necesitas otra explicación?- mi paciencia se había colmado debido al comportamiento errático de Eric, sabía que no debía hablarle así a un líder, pero también era mi hermano después de todo, tengo derecho a hablarle mal.

La respiración de Eric se alteró, pareciera que en cualquier momento explotaría, supongo que los ataques de ira son cosa de familia.

- Ponte en su lugar.- dijo Eric inexpresivo, por mi parte no puse resistencia simplemente miré a Lexi y le hice una señal para que fuera con los demás mientras yo me colocaba delante de la diana enfrentando a Cuatro.- Si pestañeas estás eliminada.

Cuatro me miraba con desconcierto ya que mi expresión era ocupada por una sonrisa, la situación llegaba a divertirme, una pelea de hermano como las que llevábamos teniendo toda la vida solo que con cuchillos afilados por el medio, por no mencionar al gran público que eran mis compañeros que parecían no dar crédito a lo que veían.

Cuatro lanzó un cuchillo el cual llegó a unos centímetros de mi pierna derecha, por la expresión de Eric y mi sonrisa que no menguaba, sabía que no había sido suficiente para el.

- Puedes hacerlo mejor.- le dijo a Cuatro.

- ¿Que te parece si le cortamos un poco el pelo?- comentó con Eric como si yo no estuviera ahí, en ese momento me puse nerviosa, no quiero ningún corte de pelo.

- Un poco por arriba- sonrió de lado Eric mirándome, sabía que eso no me estaba gustando.

Antes de que pudiera quejarme un cuchillo voló a la parte alta de mi cabeza, otro en el medio de mis piernas clavándose a la altura de mis muslos, finalmente uno se clavó justo al lado de mi cara, haciéndome en su trayectoria un corte en la oreja. Fue entonces cuando Eric decidió que esta pequeña exhibición había terminado al igual que la clase.

Eric fue el primero en salir de la sala seguido de los demás iniciados. Me disponía a salir de la sala cuando sentí un agarre brusco en mi brazo, al girarme tenía un primer plano del ceño fruncido de Cuatro.

- ¿Estás loca?- su mirada bailaba por toda mi cara como buscando alguna explicación a sus propias sospechas.

- ¿A que viene eso?- pregunté sonriendo ya que su reacción había sido muy graciosa.

- Haces que te tiren cuchillos ¿y solo se te ocurre sonreír?- lo miré invitándolo a continuar, esperando que él entendiera por sí mismo lo acababa de pasar- espera... ¿lo estabas provocando?

- Bueno... puede que un poco... no puedes decirme que no ha sido divertido, porque lo ha sido...- me interrumpió

- ¡Tienes un corte en la oreja! ¿Eso te parece divertido?- su tono ere de reproche pero su mirada reflejaba culpa, mientras me colocaba un mechón de pelo tras la oreja para estudiar la profundidad del corte.

- No te preocupes, he tenido heridas peores.- intenté irme, pero volvió a sujetarme por el brazo evitando que me moviera.

- No tengo ni idea que clase de heridas puedes hacerte en Erudición- si supieras, pensé- pero esas no las provoqué yo.

Cogí su mano para que dejara de mirar el corte, sus manos resultarían ser grandes, mucho más grandes que las mías, casi doblando su tamaño y tenían un tacto áspero, se notaba que trabajaba con ellas. Cuando eleve la cabeza para mirarlo, él miraba desconcertado nuestras manos unidas.

- No me voy a morir, no te martirices por eso- sonreí para tranquilizarlo y sorprendentemente su ceño se relajó.

Divergente (Cuatro/Four)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora