Spencer se encontraba tras el vidrio de la sala de interrogaciones, viendo al sospechoso sentado del otro lado. Hotchner no dejó que entrara a interrogarlo, ya que la distracción que traía el rubio últimamente podría afectar en gran medida con el caso.
Pudo ver como JJ y Emily entraban por la puerta de la otra habitación y tomaban asiento frente al hombre.
- Señor Anderson, ¿sabe por qué está aquí? -empezó la pelinegra.
- No, nadie me ha dicho algo. Solo llegaron a mi casa y me arrestaron -dijo un tanto molesto el hombre.
- Está aquí por el caso de Alex Walker.
- Lo dije hace cinco años y lo vuelvo a decir hoy, NO TENGO NADA QUE VER CON LA DESAPARICIÓN DE ALEX.
- Y me imagino que dirás lo mismo de todas ellas -JJ mostró al menos quince fotos de las chicas desaparecidas a lo largo de esos últimos años que encajan con la descripción física de Alex Walker.
- ¿De qué hablan?
- Vamos Erick, confiesa que mataste a Alex Walker y secuestraste a todas éstas chicas, así nos ahorramos el tiempo en buscar evidencia que nos dirá lo mismo.
- Ya dije que no he hecho nada -reiteró de manera tranquila.
- ¿Qué fue lo que sucedió? ¿Alex quería dejarte y por eso la mataste? Y no conforme con ello, empezaste a buscar a chicas iguales a ella para repetir lo mismo una y otra vez, porque sentías una excitación cada vez que lo hacías, ¿no? -concluyó Prentiss.
El hombre solo la miró, sonrió y no dijo nada más. Mientras que Reid lo miraba desde el otro lado del cristal, molesto y ansioso.
- Definitivamente tiene algo que ver, pero no va a hablar -dijo Morgan.
- No, pero yo lo descubriré -dicho esto el rubio salió de la habitación.
***
- ¿Y qué se supone que buscamos? -preguntó el moreno mirando a su alrededor.
- Cualquier pista que nos diga a dónde lleva a las chicas -le respondió Spencer mientras se ponía unos guantes.
El doctor se acercó al clóset y empezó a revisar prenda por prenda en busca de alguna pista. Pero no halló nada, solo basura de ropa, zapatos y cajas con papeles y chucherías, no había señales o indicio sobre el paradero de Liliana.
Finalmente decidió que no encontraría nada en esa habitación, así que empezó a recorrer la casa, mirando y analizando cada rincón con la mirada. Era una casa promedio, para un hombre soltero de treinta y tantos años, nada fuera de lo normal, a simple vista. Se habría ido si no fuese por una pequeño libro que le llamó la atención bajo la mesilla junto a uno de los sofás individuales. Cuando lo tomó se dio cuenta de que éste no era un libro, más bien era un álbum de fotos, el cual se notaba había sido manipulado muchas veces. Miró su contenido y todas eran fotos de Alex Walker junto a Erick Anderson; se veían felices.
- ¿Qué es eso? -lo sorprendió Morgan.
- Un álbum de fotos -le respondió sin mirarlo.
- Wow, cualquiera que viera esto no creería que tenían problemas.
Reid ignoró a su amigo moreno y continuó mirando foto tras foto, hasta que llegó a una que le llamó bastante la atención. Ambos estaban en ella, se veían muchos árboles, y en el fondo, casi que ni se veía, una pequeña cascada. Fue como si algo dentro de su cabeza hiciera click cuando vio aquello.
- Volvamos -fue lo único que le dijo a Morgan antes de salir de la casa.
Pero antes de si quiera abrir la puerta del auto vio la camioneta del sospechoso estacionada en el porche, con las ruedas cubiertas de tierra, dándole aún más razones para creer en sus sospechas.
Llegaron rápidamente a Quántico, por lo que Spencer se dirigió directamente a la oficina de Garcia.
- Hey, necesito que busques algo.
- Vaya, no tardaron nada. ¿Qué necesitas chico maravilla?
- Todas las propiedades de Erick Anderson, algo que se encuentre a las afuera de la ciudad.
Dicho eso, la chica empezó a teclear rápidamente en su computadora; concentrada, haciendo muecas de vez en cuando.
- Solo tiene su casa, no hay nada más a su nombre.
- ¿Y de Alex Walker?
La chica volvió a buscar.
- Nada a su nombre, y de sus padres solo hay una casa en la ciudad.
- Okey. Quiero que busques algo más.
- Soy toda oídos.
- Hay un bosque a las afuera de la ciudad, por la ruta sesenta y seis.
Penélope solo asintió y volvió a trabajar en su computadora. En la pantalla apareció la imagen de un mapa de un bosque junto a la carretera nombrada por el rubio, con las tierras demarcadas en parcelas y con los nombres de sus dueños.
- Bien, ahora busca algún parentesco o amistad entre alguno de ellos con Alex o Erick.
- Tengo a uno, Daniel Clinton. Es primo de la madre de Erick, el único familiar vivo que tiene es Erick. La última vez que usó sus tarjetas fue al menos dos meses antes de la desaparición de Alex, pero nadie dio aviso de desaparición. ¿No creerás que...?
- Yo creo que sí. Bien, gracias Garcia -fue lo último que dijo antes de salir de la oficina de la chica.
Entró a la sala de reuniones y habló con los que se encontraban del equipo, pero no entró en detalles sobre cómo había llegado a la deducción de la parcela a fueras de la ciudad, porque no tendría cómo explicarle todo lo que le había estado sucediendo las últimas semanas.
Finalmente, Hotch le indicó a Rossi y Morgan que fueran a hablar con Erick, y en cuanto tuvieron suficiente indicio del sospechoso se dirigieron al lugar.
Spencer se sintió ansioso en todo el camino. Por su cabeza solo pasaba la imagen de una sonriente Liliana, corriendo por aquel bosque. Quería despertar y verla sana y a salvo, pero no sabía cómo hacerlo.
- Spence -lo llamó JJ-, ya llegamos.
Había estado tan metido en sus pensamientos que no se había percatado de que ya habían llegado al lugar. Se bajó del vehículo y frente a ellos había una casa bastante antigua, que parecía a punto de caer; rodeada de muchos pinos.
Algo dentro de él le decía que no se acercara, pero lo hizo; también le dijo que no abriera la puerta y nuevamente no le hizo caso. En cuanto abrió la puerta cerró los ojos intuitivamente, y antes de abrirlos escuchó un susurro.
Spencer.
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Hola lectores. ❤️
Lamento la demora y por si hay alguna falta ortográfica. 🙏🏻
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Más allá de los sueños | Spencer Reid
Fanfic- Spencer -escuchó una voz susurrarle. Miró a su al rededor, pero no vio a nadie llamarle. - Spencer -otra vez, pero esta vez se dio cuenta que la voz provenía de entre los árboles. Reid empezó a correr y sus propios pies lo guiaron hasta aquel luga...