Pídeme

Cabaña

Después de su beso a la luz de luna y a la orilla de la playa, caminaron hacia donde estaba estacionado el carro, ambos felices de por fin hablar de sus sentimientos y mejor aún de ser correspondidos.

Todo el camino fueron agarrados de la mano, todavía sin creer que aquello estaba pasando. Pasaron 20 minutos, para llegar a la cabaña, un lugar muy bonito en palabras de Stiles.

Cuando el lobo le dijo cabaña, se imagino algo pequeño, pero era de dos pisos y no podía verlo, pero estaba seguro que estaba a orillas del mar.

Derek aparcó el carro enfrente y se apresuró para ir a abrirle la puerta a su Stiles.

- Te dije que no soy una chica - recordó al lobo, aparentemente enojado, pero ambos sabían que estaba finjiendo.

- Y yo te dije que lo tengo muy claro, solo que quiero ser el mejor novio, para que nunca pienses en dejarme - confesó Derek.

- No pienso hacerlo, no te preocupes por eso Sourwolf. No quiero que pienses cosas negativas, llevo años enamorado de ti y cada día lo hago un poco más - lo animó dejando un beso en la mejilla - pensé que sería más pequeña - señaló el lugar con el dedo.

Derek lo tomo de la mano y caminaron hasta la entrada del lugar.

- Busqué la mejor de la ciudad, espero que te guste - dijo mientras buscaba las llaves en los bolsillos de sus pantalones.

- Aunque fuera al aire libre, en el bosque o en cualquier lugar, si es contigo será el lugar perfecto Sourwolf - respondió feliz.

El lobo sonrió ante la sinceridad del humano. Era el compañero perfecto, de eso no había duda.

Stiles estaba seguro de que las mejillas le dolerían demasiado al día siguiente, pues no ha dejado de sonreír en ningún momento e incluso su sonrisa se hizo más grande cuando vio el interior.

Todo demasiado decorado, igual que en la playa. Lleno de velas y un camino de rosas que se moría por descubrir a dónde llevaban.

Un escenario completamente romántico y si Derek quería ser detallista tenía el lugar número uno ganado.

El lobo lo abrazo por detrás, posando sus manos en su cintura y apoyando su rostro en el hombro del humano. Stiles unió sus manos con las de Derek.

- Hueles a felicidad y a exitación ¿Eso significa que te gusta?

- Eso significa que me gustas, me encantas, me fascinas tú, todo tú Der - explico mientras depositaba un beso uno inocente en los labios del lobo.

- Vayamos a la cama, ya es demasiado tarde y debes estar cansado, tengo que cuidarte - recordó Derek en cuanto se separaron.

Stiles asintió con cabeza y tomados de la mano, empezó a seguir el camino hecho por la rosas. Llegaron a las escaleras, dándose cuenta que se dirigían a la parte de arriba y el chico, domado por la curiosidad, apresuró el paso.

Cuando llego al último cuarto de la derecha, abrió tan rápido como pudo. Vió el lugar y por primera vez, alguien logró dejar sin palabras a Stiles Stilinski.

Después de varios minutos en los que no dijo nada, Derek se empezó a preocupar, no quería que el castaño mal pensara de sus intenciones. Quería hacerle el amor pero cuando Stiles esté listo.

El cuarto era el más grande del lugar, iluminado con las velas y con la luz de la luna, pues contaba con un gran ventanal que iba desde el techo hasta el suelo. Sobre la cama había pétalos de rosas que formaban un corazón y en medio de éste, se encontraban las iniciales de sus nombres.