Capítulo 5

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Xion.

Si se piensa que voy a pensar las preguntas para hacerle está realmente equivocada. Tal vez no haciendo lo que me pide, se deje de interesar por mí. Ella no me interesa, la conozco perfectamente para saber que es una ricachona que lo único que le interesa es el dinero, nada más que el dinero.

No sé porque mierda le intereso tanto, pero voy a lograr que se deje de interesar por mí. No quiero saber nada de ella y no quiero que sepa nada de mí. Tal vez le resulte divertido incordiarme, pero no me hace gracia, quiero volver a mi vida normal. No quiero estar pendiente de esa richachona. Si pudiera elegir no hubiera aceptado, pero necesito ese dinero. Solo quiero hacer mi trabajo no quiero nada de relaciones personales. Las relaciones siempre acaben mal y más cuando es en el trabajo.

La observo llegar hasta mí por el rabillo del ojo, ya que estoy metiendo los libros que no voy a usar en la taquilla.

— Espero que tengas las preguntas. Esta tarde toca.

Me giro para mirarla y gran error lleva una sonrisa en su cara. Algo dentro de mí se remueve e incluso siento algo de dolor cuando pienso que voy a quedar con ella sin haber hecho las preguntas. Tal vez las...

Ni se te ocurra Xion, acuérdate todos son iguales. Todos te van a hacer daño. Solo buscan dinero y formas de divertirse, porque su vida está llena de lujos.

Un acontecimiento pasado se cuela en mi cabeza y asiento. No puedo dejar que ocurra de nuevo. No.

— Ajá...

Digo de una manera desinteresada, ella a pesar de mi desinterés no pierde la sonrisa. Tiene una sonrisa bonita...

Deja de mirarla. Seguramente no es buena persona.

Vuelvo a posar mi vista en mi casillero y por el rabillo del ojo veo por milésimas de segundos una mueca de disgusto por parte de ella. Sonrío internamente, no esperaba esa contestación y está frutrada, tal vez voy por buen camino. Tal vez se canse muy rápido de mí.

Tal vez haciendo eso le crea más curiosidad.

Puede ser, pero después de esa curiosidad está el desánimo.

Voy hacia la clase y me encuentro a mis amigos en la mesa del fondo riéndose entre ellos. Me siento junto a ellos.

— Vaya, pero si está aquí el enamorado.

— ¿Enamorado?

— Es lo que se rumorea bro.

Lo que me faltaba, hay rumores sobre mí y sobre la ricachona.

— Pues son rumores falsos.

— Ya, ya, nuestro pajarito está apalominado.

—Oh, cállate Teo.

Se ríen entre ellos y les hago la peineta. Aparece la profesora y empezamos la clase. Las horas van pasando y yo solo deseaba irme a casa. Pero sabía que eso no iba a ocurrir, porque me iba a estar esperando la ricachona. Debería pedirle el teléfono para decirle que no me espere a la salida que ya se están esparciendo rumores. Es increíble lo rápido que vuelan las noticias. La gente tiene una vida tan aburrida que necesita hablar de los demás.

Las horas se pasan volando y como he dicho, la encuentro esperándome. Es rápida. Voy hacia ella y la gente empieza a cuchichear. Me siento incómodo por las miradas que nos echan. Ella está como si nada. Seguramente está acostumbrada, pero yo no lo estoy y no quiero estarlo. Solo quiero que se le pase la tontería que tiene conmigo de una vez.

—Hola.

— Hey.

— ¿Dónde me vas a llevar?

El espía de mi padreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora