Capítulo 6

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Anisa.

Me he pasado toda la mañana, intentando pensar algo que le haga cambiar de opinión sobre la forma que tiene de verme Xion. A pesar de que la vocecilla de mi cabeza me decía que no debía demostrarle nada que era un cretino, no le hice caso y seguí maquinando un plan. No sé porque quiero que me acepte, tal vez porque quiero que alguien me mire de verdad y no el simple papel que estoy representando.

Parece que por tener dinero ya tengo que comportarme y ser perfecta, cuanto me gustaría que la gente me mirase por mis propios méritos y no por los méritos que tiene mi padre.

He decidido llevarle a ese lugar, porque hace tiempo que no voy y ellos son los único que no me juzgan por mi apariencia.

— ¿Por qué estamos en un orfanato?

Miro a mi acompañante y observo su ceño fruncido. No entiende porque estamos aquí y es normal.

— Tu pregunta será respondida en cuanto entremos.

— No pienso adoptar un niño contigo.

¿Qué? Ahora es mi turno de fruncir el ceño. ¿De verdad se piensa que haría algo así? No adoptaría a un niño como si de un objeto se tratara.

— De verdad Xion eres un idiota.

— Pues me voy.

Le agarro del brazo por instinto y al hacerlo nuestros rostros quedan muy cerca, solo un poquito más y nuestros labios se tocarán, solo...

Anisa, ¿qué haces? Es un cretino, aléjate.

Recobro el sentido y me separo de él, pero sin soltarle, no vaya a ser que se marche. Lo llevo hasta la entrada, no me puedo creer que quisiera besarlo. ¿Qué me pasa?

— Te puedo soltar o ¿vas a salir corriendo?

— Suéltame.

En el momento que lo hago, se marcha corriendo varios metros y se para. Es peor que los críos que están aquí.

— Xion, deja de ser un crío.

Me cruzo de brazos y me lo quedo mirando seria.

— ¿Por qué estamos aquí?

— Pasa y te lo explico.

— Mmm...

— Xionnn

— Está bien.

Abro la puerta de la entrada y la recepcionista en cuanto me ve me da una sonrisa cálida.

— Anisa, ¡pero cuanto tiempo sin verte! Loa niños se pondrán muy contentos al verte. Vaya, incluso has traído a tu novio.

— No es mi...

No puedo acabar la oración, porque Clara se marcha corriendo, supongo que para avisar a Olivia de que estamos aquí. Olivia es la dueña de este orfanato. Muchos orfanatos son traumáticos para los niños, pero este sin duda es todo lo contrario. Aquí los niños juegan, estudian, corren. Es como entrar en un nuevo mundo. Incluso mucho de los niños vuelven al orfanato acompañados de sus nuevos padres para mirar a sus amiguitos.

Xion está sumido en sus pensamientos. Me pregunto que es lo que pensará de este lugar. ¿Le gustará? De repente aparece ante mí Olivia. Me da una sonrisa y su pintalabios rojos se define en la forma de sus labios. Viene hacia mí y me da un caluroso abrazo.

— ¡Es una alegría verte! Vienes ayudarnos, ¿verdad? Los niños van a llevarse una alegría al verte.

— Sí, he venido aquí a ayudar y él también.

Xion sale de su trance y me observa con el ceño fruncido. Le doy una sonrisa inocente, pero no cambia su gesto. Ruedo los ojos, de verdad, es insufrible. Es malhumorado y un terco.

— Que bien joven. Esperemos verte mucho más a menudo por aquí. Sigánme chicos

—Yo espero no volver nunca...

Escucho lo que dice Xion y le doy un codazo. Espero que Olivia no le haya escuchado. Él rueda los ojos. Olivia nos guía hasta donde se encuentran los niños de tres años. Hay tres plantas. En la más alta están los niños más grandes, en la segunda están los niños de entre 3 a 7 años y en la primera están los bebés, ya que necesitan los cuidados necesarios.

Olivia nos lleva a la segunda planta, a pesar de que yo he cuidado a los de la primera planta, sería demasiado para Xion, ya que no está acostumbrado a tratar con niños. Espero que se divierta.

Los niños en cuánto me ven entrar por la puerta, dejan todo lo que están haciendo y vienen hacia mí, me abrazan, gritan, corren alredor de mí... Yo me siento feliz, los niños son los más puros y más buenos del mundo. Yo me los llevaría a todos si pudiera.

— Tita Anisa, ¡te extrañabamos!

Dice Irey, uno de lo más pequeños, no me puedo creer que me recuerde, es muy pequeño.

— Y ¿tú quién eres?

Dice Mery mirando a Xion, de forma desconfiada. Es una niña muy lista. Siempre lleva dos trenzas con lazo y vestidos. Es muy presumida.

—Mery, él es Xion.

De repente Xion se inclina a la altura de la niña y esta le toca la cara, él esboza una pequeña sonrisa. Me sorprendió el gesto que ha hecho. Pensé que se iba a quedar como una estatua como es él siempre. Me alegro que sea así.

Sin darme cuenta estoy esbozando una sonrisa, la mirada de Xion se encuentra con la mía y vuelve a ponerse serio. Desvío la mirada, ya vuelve a ser el mismo de siempre.

Nos quedamos en le orfanato hasta que anochece. El tiempo aquí pasa volando. Hemos jugado al escondite, al pilla- pilla, hemos pintado, hemos cantado.

No sé como estará Xion, pero yo estoy realmente cansada. Al principio cuando empezamos a jugar Xion estaba como siempre, pero poco a poco fue embrujada por cada uno de los niños y se dejó de llevar. He visto un lado muy tierno de Xion. Mi plan de conocerlo más ha funcionado.

Se está despidiendo de cada uno de los niños, ellos se ponen triste cuando nos vamos, pero les decimos que pronto volveremos a ese lugar.

— ¿Qué tal te ha parecido este día?

Necesito saber su opinión. Los niños para mí son muy importantes, no sé como explicarlo con palabras. Estoy en este orfanato por voluntad propia, no fui obligada por mis padres. Quería darles a los niños felicidad y lo que he conseguido es una felicidad mutua. Porque ellos son felices y yo también. Los niños transmiten felicidad a través de sus pequeños ojos. Esa energía que tienen de vivir es pura magia.

— No ha estado mal.

Le sonrío y a pesar de toparme con su semblante serio, no me importa. Creo que podría acostumbrarme a su cara.

— Espero que me acompañes más veces.

— Puede que venga más veces... pero no contigo.

— ¡Oye!

— Esos niños están embrujados por ti, si le dices de matarme lo harían sin pensarlo. No quiero arriesgarme.

Ruedo los ojos y bufo.

— Bueno, que sepas que tienes que firmar varios papeles.

Salimos del edificio, después de despedirnos de Clara y Olivia. El chófer está esperando. Miro a Xion, ¿podrá volver a casa? Me da una mirada rápida y dice:

— Llamaré a un amigo, puedes irte.

— Si quieres, me quedo.

— No quiero estar más tiempo contigo.

Suspiro, ¿algún día será amable y dulce conmigo?

—Está bien, mañana nos vemos.

— Adiós ricachona.

— Hasta luego estúpido.

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La cuenta de Instagram en la que hablo sobre la novela, donde hago adelantos y hablo con vosotros es: @uxia_om

El espía de mi padreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora