Anisa
No podía más con este sentimiento de desolación. Una semana, una maldita semana ha pasado desde ese beso y Xion no tiene el valor de mirarme a la cara. ¿Y yo qué he hecho? Simplemente también he pasado de él.
— Tal vez le dé corte mirarte, porque piensa que no te gustó, ya que te marchaste corriendo. - Dice Marla, observándome atentamente como los otros dos.
— Pero si se lo di yo y además, ¿cómo no me va a gustar el beso?
— Es un chico, se rayan por todo. - Miro hacia Alex y este se ve con cara de rechistar por lo que acaba de decir Mery.
— Eh... - dice Alex con el ceño fruncido.
— Tú también te rayas, asique cállate. - le apunta con el dedo Mery.
— Lo siento Anisa, pero es verdad. No puedo ayudarte. - se encoge de hombros y Mery asiente orgullosa de tener razón.
Resoplo y ruedo los ojos, esto es una tontería. No puedo seguir en esta situación con él. Es un simple beso... cuanto me gustaría que fuera solo eso, pero la verdad es que no es así, para mí ha sido más que un beso.
¿La forma en la que me fui inesperadamente pudo haberle creado inseguridad? Es imposible, un chico como él, seguramente ese beso no fue nada y, sin embargo, para mí lo fue todo.
No puedo dejar de pensar en ese acercamiento y en sus labios. En la forma en la que se sincronizaban con los míos... Pero maravillosamente tuve la idea de salir corriendo, si pudiera volver atrás en el tiempo, no lo duraría, aunque sinceramente no sé qué haría después de besarlo. Huir fue la mejor opción que se me vino a la mente para no estar en una situación incómoda.
A pesar de querer arreglar la situación con él, no podía negar que me picaba la curiosidad por saber cosas sobre él, ya que en todo este tiempo, jamás me había contado nada sobre él.
Se me había ocurrido un plan, pero necesitaba a mis amigos para poder realizarlo. Me los quedo mirando y todos resoplan.
—Anisa, Anisa... esa mirada que nos hechas significa que nos va a hacer nada bueno. - dice Alex suspirando.
— Y que además tienes un plan que seguramente te meta en problemas y nos necesites.
¿Cómo sabían? No les había contado nada. ¿Tan transparente era?
— Necesito vuestra ayuda...
Les cuento el plan y observo cada gesto y cada movimiento de mis amigos.
— Es una locura. - dice Alex con miedo.
— Yo voy a ayudarte. - dice Mery con una gran sonrisa.
— Es muy peligroso. - dice Marla tapándose la cara.
No podía dudar de Mery, porque ambas teníamos maneras de pensar bastante parecidas, pero faltaban dos personas por convencer y esos dos eran Alex y Marla.
— Por favor, hacerlo por mí. - les ruego.
Se miran entre ellos y ante mi cara de súplica, ambos asienten, pero no están muy convencidos.
Por la tarde.
Ya es la hora para realizar mi queridísimo plan. Estamos los 4 en la entrada del edificio, es un edificio con muchas ventanas y dos puertas.
ESTÁS LEYENDO
El espía de mi padre
Romance- Te dije que no era una buena persona, que no te iba a tratar bien, ¿por qué aún así sigues a mi lado? Me mira entre expectante y curioso. Quiere que le dé una respuesta. Bien, pues se la voy a dar. Le voy a decir lo que realmente siento y pienso...