Capítulo 10

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Anisa.

No sé donde mierda estoy. Cuando abrí los ojos todo estaba muy oscuro, me dolía la cabeza y veía como borroso. Suponía que era porque acababa de despertar. Sentía que en cualquier momento iba a echar la bilis por la boca, me sentía muy mal. Sentía mis ojos aguados. Sabía que lo que me estaba pasando no era debido al alcohol, estaba segura de aquello. En cuanto me intenté levantar, descubrí que algo estaba mal. Sentía una especie de cuerdas al redor de mis piernas y brazos. Mis brazos estaban atados a una silla.

En ese momento empecé a gritar, grité pensando que alguien vendría a recatarme. Que mal hice, ellos descubrieron gracias a mis gritos que estaba despierta. Escuché pasos y una puerta se abrió. La habitación en donde me encontraba se iluminó y cerré los ojos. Cuando los abrí y se fueron acostumbrando a la nueva luz, deseé volver a cerrarlos. Me encontraba en un sitio abandonado. Había trozos de madera esparcidos por el suelo y la habitación en donde me encontraba era de color rojo.

Inspeccioné todo el lugar para ver si lograba encontrar alguna pista para localizar en donde me encontraba, pero no la encontré.

— No vas a encontrar nada aquí.

Mi vista se situó hacia la persona enmascarada, aparentaba tener unos cuarentantos. Era ancho.

— ¿Qué hago aquí?

— Umm... creo que no estás en condiciones de preguntar.

No era capaz de verle el rostro, pero me imaginaba al sujeto con una sonrisa macabra y un escalofrió se apoderó de mi cuerpo.

— Suéltame o lo lamentarás. Mi padre es muy importante.

Su risa resonó en todo el lugar y se acercó más a mí. Mi cuerpo empezó a temblar. Pero no desvié mi mirada de sus ojos azules.

— ¿Por qué te crees que estás aquí? Tu padre ha hecho mucho mal, muñequita.

Sentí como agarró mi barbilla con su asquerosa y sucia mano. Me entraron ganas de vomitar y llorar al mismo tiempo.

— Mi padre es veterinario... ¿Cómo pudo haber hecho mal? Imbécil.

Sacó la mano de mi barbilla y segundos sentí un dolor fuerte en mi mejilla derecha. Me había pegado una bofetada. Hijo de puta.

— No vuelvas a insultarme o lo lamentarás.

— Espera, ahora es ¿cuándo empiezo a temblar y a rogarte que me dejes ir? Mi padre te matará. Os matará a todos. ¿ME ESCUCHARON? ¡A TODOS!

— No creo que haga tal cosa.

— Eres un cobarde ni siquiera muestras tu cara. Venga, muéstrala valiente.

El hombre cayó en mi trampa y se destapó el rostro, tiene una espesa barba blanca al igual que su cabello.

— Por favor, vuelve a ponerte la máscara. Eres horrible.

Bufa y se pasa la mano por la cara.

— Eres una inmadura.

Le escupí. Él no se le tomó muy bien, podía observar su horrible rostro enfadado y una sonrisa de satisfacción se coló por mi cara.

— Eres una puta. Si pudiera te mataría ya mismo, pero voy a tener que esperar... - pasa una mano por mi rostro, intento que no me toque, pero me agarra con fuerza y dice en mi oído: — Voy a disfrutar matándote. Podrías haber tenido una muerte rápida, pero te lo has ganado, perra.

Después de decirme eso, se marchó. Creo que han pasado 3 horas desde que se marchó. He intentado idear un plan para escaparme, pero estoy sentada en una silla con una puerta la cual seguramente habrá gente vigilándola.

Se cuela por mis pensamientos la imagen de Xion. Maldito idiota, él es mi espía, debería haberme cuidado. A saber, donde estaba.

Detesto a Xion, pero esta vez la culpa es tuya.

Intento recordar que fue lo que pasó para llegar hasta aquí, pero lo último que recuerdo es quedarme bailando con mis amigas.

Tiene que haber algo más.

De repente, aparece de nuevo el hombre. Se vuelve a acercar a mí. Demasiado. No sabe lo que es el espacio personal.

— ¿A ti de pequeño no te enseñaron lo que es el espacio personal?

Observo como aprieta la mandíbula y se acerca más a mí. Me echo hacia atrás todo lo que puedo de la silla.

— Si sabes que te gusta que esté así de cerca, a las putas como tú les gustan hacerse las duras, pero en realidad te mueres por mí.

Mi estómago se retuerce y hago una mueca de repulsión. El tipo se acerca más a mí y pasa su asquerosa lengua por mi cuello. Como está lo suficientemente cerca levanto las piernas golpeando sus partes bajas. Él grita de dolor. Un sentimiento de satisfacción se apodera de mi cuerpo, jódete hijo de puta.

Cuando se levanta del suelo, su expresión es de pura rabia. Trago saliva.

— Te vas a arrepentir. Te lo has ganado tu solita.

Se marcha casi corriendo y mi estómago es una bola de nervios. ¿Qué he hecho? Busco desesperadamente algún utensilio para salir de ahí. Pero no hay nada.

De repente van entrando en la habitación varios hombres. Mis ojos se abren con horror, mi mente me hace imaginar miles de situaciones catastróficas. Se van acercando cada vez más y me doy cuenta de que llevan bates y palos en las manos. Empiezo a negar con la cabeza. Esto no puede estar pasando. En cualquier momento me voy a despertar y está pesadilla se va a acabar, estoy segura. Sí, eso debía ser...

Pero al recibir el primer golpe, me doy cuenta de que aquello era la realidad. Grito de dolor, grito de la impotencia. Me empiezan a golpear y grito con cada golpe. Me dan en todas las partes del cuerpo, me siento un saco de boxeo, me siento pura basura. Siento el estallido de algunos de mis huesos. Cuando terminan siento que voy a desfallecer. Siento como los mechones rubios se pegan a mi piel debido a la sangre. Quiero morirme. A lo lejos veo a un chico que se parece a un amigo de Xion. Pero es imposible. ¿Qué haría él aquí? Mis ojos se van cerrando y todo se vuelve oscuro.

Siento agua en mi rostro e intento abrir los ojos. Siento el ojo izquierdo hinchado. Los mismos sujetos están a mi lado, aunque ahora llevan máscaras. Uno de ellos sostiene un móvil. ¿Qué va a pasar ahora?

— Es hora de que le digas a tu papi que quieres que te salve.

El flash de la cámara sale y hablo: —PAPÁ NO VENGAS, NO HAGAS NINGÚN TRATO CON ELLOS.

Uno de los tipos habla y otro me calla con la mano. Intento forcejear, pero me duele todo el cuerpo, siento que me voy a desmayar de nuevo por el dolor.

— Vaya, se ve que tu hijita es una suicida. Queremos 1,000,000. Si la quieres recuperar ven tú con el dinero, ven solo.

Dejan de grabar y se marchan, dejándome ahí. Debido al dolor me vuelvo a desmayar.

Escucho gritos, quiero abrir los ojos, pero mis ojos no cooperan con mi voluntad. Escucho mi nombre de una voz conocida. Siento como llegan hasta mí. Me llevan y gimo de dolor. Me duele todo.

— Todo va a estar bien. Menos mal que por fin estás a salvo. Soy un idiota, perdóname.

Es una voz conocida, pero ahora mismo no recuerdo de donde viene. Pero es una voz preocupada.

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Eh tú, si tú si no has comentado ni votado, porfavor hazlo, me harías la persona más feliz del mundo.

No quiero lectores fantasmas quiero veros vivir mi novela, no se tarda nada en dar un voto y comentar. 😔

El espía de mi padreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora