Capítulo 52

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Sebastian P.V.

Salí muy temprano de la oficina y con recelo, había sacado mis cosas de ella, cuando me fui ni siquiera estaban los guardias de seguridad, el cielo estaba muy oscuro y de alguna manera había sido mejor, no tenía tiempo para cursilerías de despedidas ni nada, primero porque era estúpido y segundo porque no planeaba darle a Tom el poder de sacarme a patadas de aquí. Me subí en mi auto que había estacionado un par de calles más adelante, a propósito y deje mis cosas en la cajuela del auto y me saque un cigarrillo de la bolsa del abrigo, lo encendí y mientras presionaba el botón y el engrane del encendedor me di cuenta que mis manos temblaban, estaba un poco nervioso.

-Carajo.- termine de encender el cigarrillo y lo fume para poder tranquilizarme.

Metí la mano de nuevo en la bolsa de mi abrigo y palpe lo que llevaba guardada en ella, suspire y mire por un momento al frente, con el sol saliendo, pero opacado por la bruma del invierno... No era momento de remordimientos.

Levante mis caderas para sacar mi teléfono y busque en mi lista de contactos, cuando encontré el contacto que necesitaba, le llame.

-¿La oferta sigue en pie?

Danielle P.V.

Yo ya tenía muchas cosas en cajas, así que cuando le pedí a David que me ayudara a ponerlas en el auto no tuvimos mucho problema para liberar espacio en la que era mi habitación. No me llevaba muebles, se suponía que ahí había algunos y que podría utilizarlos por un tiempo.

-Cuídense.- musito David cuando nos paramos frente a frente antes de que empezara a conducir.

-No me hables así.- No me gustaba que me hablara en plural, aun no me hacía a la idea y no sabía que iba a pasar en el futuro.

-Perdón...- agacho la cabeza y suspiro, cuando volvió la vista hacia mi el abrió sus ojos y abrió sus grandes brazos para envolverme, le sonreí y le correspondí el abrazo, me dieron ganas de llorar, pero aun podía contenerlas, duramos así unos segundos y cuando nos soltamos y lo mire de frente me di cuenta que tenía lágrimas en los ojos y le escurrían por sus enrojecidas y regordetas mejillas sonrientes.

-¡Hey! No llores, vas a hacerme llorar a mí también...- le reproche mientras sonreía y le limpiaba las lágrimas con mi guante.- Además, te vas a congelar.- él se rio y se limpió a sí mismo.

-Lo siento, me acostumbre a tenerte aquí... te voy a extrañar.

-Yo también Dave, espero verte para año nuevo.

-Tenlo por seguro...- Dave se metió las manos en la chaqueta, no llevaba guantes y debía sentir que se le caían a pedazos por el frio.

-Debo irme.- Me metí las manos en el abrigo también y comencé a jugar con charco pequeño que estaba justo entre nosotros.

-Sí. Es mejor, así llegaras temprano.- busque las llaves en la bolsa y las sujete para ir en cualquier momento hacia mi asiento y emprender mi camino hacia Boston.

-Te llamare cuando llegue.-David asintió y me sonrió mientras yo ya había comenzado a alejarme. Cuando estuve frente a mi puerta, la abrí y antes de subirme le di un último vistazo a la sonrisa de David, genuina y familiar, le sonreí y al respirar el aire gélido me calo en los pulmones, era eso o en realidad iba a empezar a llorar en cualquier momento. Tenía que entrar al auto ahora y lo iba a hacer pero lo escuche carraspear.

-¡Ah, Danielle!... ¡Feliz Navidad!.

-¡Feliz Navidad!.- Entonces caí en la cuenta de algo que ya sabía pero más bien no quería recordar, hoy era noche buena y si todo hubiese salido bien yo ya estaría en una cabaña con Tom festejando la víspera de navidad con un árbol junto a la chimenea. Me subí al auto y cerré la puerta, suspire y encendí el auto, lo deje calentarse unos minutos y emprendí mi camino.

Million Dollar Man (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora