Capítulo 48

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 Tom P.V.

Kiki hablaba y hablaba y hablaba y yo podía jurar que no entendía la mayoría de las palabras que estaba diciendo, mis ojos se clavaban y se perdían en el vaso de vodka que llevaba en las manos, casi vacío y con los hielos derritiéndose.

¿Para qué había traído a Kiki aquí? Honestamente no lo sabía, ni siquiera quería verla, ni siquiera quería hablarle.

-¿Te gusto?.- menciono en voz alta mientras intentaba alcanzar una de mis manos con sus dedos largos.

-¿Perdón?.- inquirí sin ganas y sin sabes de que hablaba.

-El almuerzo.

-Ah, sí.- dije a secas mientras la escuchaba suspirar y yo veía de nuevo mi copa, no tuve que decir nada, ella se acercó con la botella y me la relleno.

La mire por apenas unos segundos y ella dejo la botella en donde estaba antes para ponerse, se quitó el saco y lo dejo sobre la silla, le dio la vuelta al escritorio y se sentó encima del escritorio.

-Estas muy estresado, necesitas relajarte.- no dije nada, me pareció que quería que la observara, pero no quería. Me tomo por la barbilla y me hizo mirarle... se inclinó y me acaricio la mejilla.- Solo necesitas dejar que yo me encargue de ti.

Levanto su trasero del escritorio y busco acomodarse entre mis piernas, quise decirle que no, en el fondo de mi lo quise pero la otra parte de mí que estaba enojada decidió dejarla, me acaricio la cara y sus manos recorrieron mi cuello hasta tomar la solapa de mi traje, me miro con sus ojos azules y se acercó en silencio, sabía que me besaría y por mas preciosa que fuera y más molesto que estaba yo no tenía deseos de besarla, pero igual no la detuve. Sus labios estaban suaves y tibios, y apostaba a que sabrían muy bien, lo recordaba, pero no fui capaz de devolverle el beso, solo fui el cuerpo que recibió algún beso. La empuje con suavidad y ella tenía un semblante apagado y apenado.

-No lo tomes a mal Kirsha.- me miro expectante, probablemente esperaba lo peor, un contundente rechazo.- Pero no estoy muy animado...

-Entiendo, pero... ¿Te gusta que este así contigo? ¿Quisieras mi compañía más tarde?... cuando te sientas mejor.- susurro.

-Dejémoslo para después Kirsha.- acote y ella se levantó son lentitud de mi regazo.

En otro momento probablemente habría reaccionado diferente. Le habría tomado la palabra, pero cada minuto que pasaba en mi regazo, cada vez que suspiraba cerca de mi cara y con cada caricia que me hacía en el cuello, con sus besos no me podía inspirar, lo único que tenía en la mente era la presencia de... estaba sentada ahí afuera y aunque no deseaba verla me preguntaba ¿era esto demasiado? ¿Mi angustia, mi odio, mi coraje y desdicha me estaban cegando? ¿Tenía sentido desquitarme de esta forma? Hasta yo mismo podría responderme. No tenía...

-Te veré luego.- Le quito el seguro a la puerta y salió, no sin antes aprovechar para estirar mi cabeza y ver si ella estaba mirando, ni siquiera estaba.

La puerta se cerró y volví a quedarme solo, sentí deseos de llorar de nuevo al recordar todas las injurias que habían salido de su boca y apreté el vaso, cerré los ojos y suspire, tratando de pensar y de calmarme.

¿Y si no decía mentiras? ¡Mentiras! Tenían que serlo porque Sebastian había estado conmigo en los peores momentos, había sobrepasado cualquier expectativa sobre lealtad que pudiese haber existido. ¿Qué estaría haciendo Sebastian ahora? ¿Y si le hacia una visita? ¿Y si le preguntaba?... solamente para corroborar que todo lo que dijo habían sido mentiras. No era necesario, tenía que confiar en él.

Million Dollar Man (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora