Million Dollar Man (TERMINADA)

Capítulo 12

Quería parar y no porque me hubiese arrepentido de decirle que sí, sino porque este hombre definitivamente no era como David. Él no iba a querer parar solo para que yo pueda tomar el valor de coger de una buena vez por todas, él debía estar acostumbrado a encontrarse con una mujer y simplemente hacerlo. Voy a intentar dejarme llevar, para ver si esto funciona.

Me aparto las manos de su cara y las puso a un lado de la mesa, me tomo por la cintura, la apretó y subió apenas un poco mi blusa negra, sobo la piel de mi vientre y espalda baja, se abrió camino hasta mi cuello con sus besos expertos, como si conociese el camino, pero el terreno era nuevo, me estaba tanteando. Incluso yo misma me sentí con dudas por algunos momentos como este, cuando sus besos húmedos me calentaban, me ardían y su aliento tibio me resoplaba en la oreja, todo se focalizaba en mi vientre, en mis pelvis. ¿Por qué no me había sentido tan suelta con nadie más?

Una de sus manos masajeo uno de mis senos, sus propios dientes bajaron el tirante de mi blusa y libero mi seno y sus dedos juguetearon con mi pezón, mientras devoraba con furia mi cuello y el filo de mi clavícula. Quería hacerlo, pero no dejaba de pensar, mi mente maquinaba ideas, mis pensamientos estaban guerra. ¡Ya hazlo! ¡No! ¡Quítate la ropa! ¡Tienes que irte! ¡Pero ve nada más que delicioso! ¡Esto va a salir mal! ¿Cómo le hace la gente para apagar su mente? ¿Cómo ignoran las voces?

Me estaba echando para atrás, ya no correspondía sus besos, dejaba que él me buscara a mí pero no lo buscaba a él, tuve una punzada en el estómago a la par de las que me daban entre las piernas. Me estaba asustando ¿Por qué soy tan estúpida? ¿Ahora cómo me voy a zafar de esto?

Apenas habían pasado unos segundos de besos no correspondidos, de toqueteos y el timbre de la puerta principal sonó ¡Salvada por la campana! Pero a él no le importaba, quería seguir.

-¿Sr. Hiddleston?- El timbre seguía sonando como loco. No atendía. Por más que yo quería apartarlo de mi pecho. Me ignoro.

Su teléfono, otra vez ¡Salvada por la campana! Al menos unas 3 veces timbro y ya para la última él se estaba desafanando de mi cuerpo. Timbro una cuarta y él se separó, casi enojado buscándose el teléfono entre las bolsas de su pantalón.

-¡Maldita sea! ¡Esto es un maldito Hotel de 5 estrellas y ni siquiera pueden dejarte coger en paz!

-Conteste, puede ser algo importante.

Se saco el teléfono y lo vio por unos momentos con el entrecejo fruncido y luego me miro a mi.

-Eres tu.- entro nuevamente a la sala, dejando su teléfono sobre la barra ya que habían colgado, yo me acomode la blusa y me baje, aliviada y desilusionada de mi misma por no tener que consumar el acto. Lo seguí con rapidez y me pare cerca de la barra, por donde podía verse la puerta principal, él se asomó para ver quién era y lo escuche mascullar una maldición. Abrió por completo la puerta y lo perdí un poco de vista, regreso con Caroline colgada de sus hombros, totalmente alcoholizada, la acostó en el sillón y regreso a cerrar la puerta.

- Creo que trae tu teléfono.- me extendió la mano y me lo entrego, efectivamente era el mío.- Esta ahogada en alcohol.

-¿Qué vas a hacer? ¿Vas a llamarle a su padre?.- grite mientras cogía una manta del armario, se la eche encima y mi jefe la acomodo de lado, por si vomitaba.

-Nada. Que pase la noche aquí y se vaya en la mañana.- Le sirvió un vaso de agua y se lo dejo en la mesita de centro.

Asentí, parada a su lado, me miro un rato me sonrió, como decepcionado.

-Te diría que terminásemos lo que empezamos pero, te notaba más distante desde antes. Creí que me ibas a agarrar el paso de nuevo, pero con esto... si se despierta para mañana en la tarde todo California se va a enterar que me acuesto con mi asistente.- Le sonreí, sonó casi grosero eso de "acostarse con su asistente" pero decidí ignorarlo.