Divided Soul

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De la excursión que estaba dando con su familia, Lan WangJi se había alejado casi a una distancia bastante considerable. Él debe admitir que nada de ello fue su intención, la única explicación que podía dar sería que...

...sentía que aquella sombría cueva lo llamaba.

Podría sonar bastante extraño, lo sabía, pero simplemente se vio atraído por una extraña fuerza y terminó ingresando a ese lugar.

La entrada de la cueva era amplia y no estaba bloqueada, además de ello, debajo de esta había una roca enorme que, según las marcas desde la entrada hasta ahí, pudo deducir que había estado sellándola antes. Al entrar finalmente vio cientos de talismanes pegados por todas las paredes de la cueva. Eran trazos antiguos que recordaba haber visto en uno de los libros de Historia.

Aunque por más tétrico y aterrador que podría mostrarse el lugar, no le causaba ningún miedo o escalofrío permanecer ahí.

Al llegar a donde terminaba la cueva más talismanes estaban pegados, eran tantos que no se llegaba a reconocer lo que había debajo de todos ellos.

Lan WangJi los retiró con cuidado aún sin saber el porqué de sus acciones.

Lo que encontró solo fue una caja de madera. Estaba demasiado gastada debido a todos los años que estuvo ahí, aunque la madera en sí parecía en muy buenas condiciones a pesar de ello. Después, de un segundo al otro, la caja se abrió sola y una esfera oscura salió volando, estrellándose contra la parte superior de la cueva y desapareciendo en destellos rojos.

Una voz sonó en la antes silenciosa cueva.

-Finalmente libre. Gracias~ –la voz era un poco animada, también familiar para su desconcierto– Ahora, como recompensa. Maldeciré a tu hijo.

Y, nada de lo que dijo tuvo sentido para el Lan.

-No tengo un hijo –respondió con sinceridad a pesar de que las palabras dichas debieron haber infundido en él alguna clase de angustia o miedo.

Sin embargo, hay un niño que quiero como uno –no pudo evitar pensar.

-Entonces maldeciré a tu esposa –dijo de nuevo la voz extrañamente demasiado familiar.

-Tampoco tengo esposa –volvió a responder él.

Sin embargo, hay alguien que me gusta –pensó mientras recordaba la brillante sonrisa de esa persona.

-Me rindo~ –una carcajada conocida inundó la cueva– se supone que soy un espíritu resentido y debo buscar venganza de quien sea. ¡Buuu~! –otra vez aquella voz volvió a romper en risas estridentes– Sigo sin entender por qué todos los espíritus malignos de los que me habían contado dicen esas frases. Fue divertido intentarlo pero aún no lo comprendo, siempre maldicen a quien nada tuvo que ver en lugar de él que causó su sufrimiento.

Lan WangJi miró alrededor de la cueva buscando de dónde provenía la voz, aunque lo único que pudo vislumbrar fue la sombra negra y los destellos rojos que se movían de un lado a otro por todos los rincones del lugar.

-Pero bueno, debo decir que tu forma de responder me recuerda bastante a un viejo amigo –cada sombra regada se fue reuniendo lentamente en el centro de la cueva, hasta que finalmente formó la silueta de una persona. La persona frente a él le sonreía de la misma manera que veía cada día en la universidad.

-¿Wei Ying...? –no pudo evitar susurrar, demasiado confundido para poder analizar con detenimiento lo que estaba pasando.

Ya sea la forma de su cuerpo o su rostro, todo era igual. Podía tener su cabello negro bastante mucho más largo, además de unos ojos rojos diferentes de los grises a los que estaba acostumbrado pero, él podía decirlo, la persona frente a él era Wei Ying.

Conjunto de One-shot'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora