En el descanso de la media mañana me junté con Delila, Gio y Clementine, y bajamos al patio con el resto de alumnos a dar una vuelta. Hacía frío, y había una capa de nieve sobre el césped.
-Oye, Delila, tú estabas liada con Dylan, ¿no?- preguntó Clementine. Aquella chica era la mejor estudiante de su curso, siempre sacaba sobresalientes. Era bajita, bastante enérgica y siempre llevaba el pelo recogido en una coleta.
-Ah, sí, estuvimos de rollo el semestre pasado, pero me acabé cansando.
-¿Ya no te gusta?
-Qué va. Si sólo me lié con él por joder a Fiona.
Me acordé de aquello, que salió a la luz en una fiesta. Todo estaba planeado por Delila, y derivó en una discusión bastante grande. Para vengarse le contó a Megan que estaba saliendo con Jota, y después de eso no nos volvió a hablar. Es algo que me da bastante pena, pero tampoco se le puede hacer nada.
-Entonces, ¿no te importa si me lío con él?
-¿De verdad me lo estás contando?- elevó la voz, entusiasmada- ¡No tenía ni idea de que te gustara! Tu adelante, tía. Mañana en la fiesta te lanzas, ¡seguro que lo consigues!
-Ay, no sé... No creo que le guste.
-Los tíos son la cosa más fácil del universo, créeme.
-Ah, ¿así que vosotras también vais a la fiesta de mañana?
-Claro, irán todas las bandas de aquí, y las de Saint. Brigitte- aclaró Gio.
-¿Saint. Brigitte?
-Es el colegio rival. ¿Nunca has oído hablar de él?
Negué con la cabeza.
-Siempre acabamos compitiendo en concursos y deportes estudiantiles, y también nos juntamos en las fiestas. El beef y los cotilleos que se crean son buenísimos, de verdad- afirmó con la cabeza.
-Es una bebé, nunca ha ido a una fiesta fuera del Internado- mi amiga me agarró por el hombro y me zarandeó- ¡Este semestre vas a descubrir un mundo nuevo! ¡Qué emoción, Elenna!
-Qué guay. Ojalá pudiera ir con vosotras en vez de con mi grupo. Qué pereza, de verdad.
-¿Por qué lo dices? ¿No quieres ir con tu novio?- preguntó extrañada Clementine, y yo maldije para mis adentros. Por un momento había bajado la guardia y me había olvidado de fingir.
Yanet y Delila ya sabían que aquello era una farsa, que sólo lo hacíamos para poder encubrirme. Se extrañaron bastante de que Jota rompiera su matrimonio únicamente por ello, por un aparente motivo sin amor ni beneficio propio. También se preguntaban cómo lo había conseguido, ya que se suponía que su padre lo obligaba a ello. Tenían razón en eso, eran cuestiones a resolver. Pero yo no tenía respuestas, apenas habían pasado tres días desde el nuevo comienzo de las clases, y no había encontrado un momento para verme con Jota. Necesitaba hablar con él, que me contara cómo estaba y que me explicara cómo funcionaba todo, pero había estado muy ocupado con unas cosas suyas. Menuda cosa.
Mas allá de ellas dos, el resto del internado pensaba que estábamos saliendo. Desde la bienvenida del lunes todos habían comenzado a hablar. Las noticias volaron con demasiada rapidez, y todo el mundo especulaba y se preguntaba si estábamos saliendo. Habían vuelto las miradas indiscriminadas en los pasillos, y gente con la que nunca había hablado me había preguntado por mi relación. Incluso Minerva, la chica que había vuelto de intercambio, me había hablado esta mañana. Estaba entrando en clase a primera hora, cuando me paró en la puerta.
-Tú eres Elenna, ¿no?
Se apoyaba contra la pared y mascaba chicle, otra cosa que supuestamente estaba prohibida, y que a ella le permitían por estar enchufada.
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Internados: Desvelando los secretos
Romance| Segunda parte de la saga "Internados" | Contra todo pronóstico, Elenna Leiva ha conseguido superar con éxito su primer semestre en el Internado Rowhamsphire rompiendo todas y cada una de las normas. Se ha metido en incontables líos con sus nuevas...