C a p í t u l o 1 - Reencuentro

1.8K 147 72
                                    

Giro el pomo de la habitación 526, poso las maletas sobre la maqueta y un ligero temor asciende por mi pecho. Todo se repite.

Hace apenas un día estaba en mi casa, abriendo felizmente los regalos de los reyes magos. Hace apenas unas horas estaba aterrizando, y hace diez escasos minutos me estaba despidiendo de mis padres, tristes ante mi marcha. Y, ahora, me encontraba sola de nuevo ante ese comienzo, ante este internado, sus gentes y sus problemas.

Había echado mucho de menos a mis amigos, pero pensar en todo lo que se avecinaba, en la iniciación que se daría esta noche y en Jota, me producía un vértigo interior. El mismo temor impaciente que sientes al asomarte por una ventana alta y que te invita a saltar.

Se me hace extraño regresar a mi habitación, tener que volver a acostumbrarme al sutil olor a madera, al tacto de estas sábanas, a la característica luz que entra por la ventana. Tras una pausa de varias semanas, voy a tener que volver a esta vida. Pero no como lo era antes, sino como un segundo nuevo comienzo. He vivido tantas cosas aquí, y todo ha cambiado tanto. Luca ya no está, resulta que Hayley es X, la mitad de mis amigas pertenece a una banda y ahora yo también voy a estar en una... en la que finjo salir con Jota. ¿Realmente eso va a salir bien?

Pensar en todo esto me hace sentir como una extraña en este lugar, en mi propio cuarto y estos pasillos, porque ya nada va a poder volver a ser como antes. Es increíble como la perspectiva modifica la vivencia de los lugares y de las personas.

Agradecidamente, esta sensación no perdura mucho. Tan pronto como dejo mis cosas y me apresuro a reunirme con mis amigas en el hall todas mis preocupaciones se esfuman.

-¡Elenna!- nada más salir del ascensor, oigo mi nombre por encima de la bulliciosa multitud de alumnos. Yanet corre y se abalanza hacia mí -. ¡Qué ilusión verte, tía!- me abraza y me da un beso en la mejilla. Yo le devuelvo el apretón cariñoso.

-¡Yanet! Te he echado de menos, tía.

Me suelta y me mira, sonriente. Su oscura melena está más rizada que nunca, luce sus característicos pendientes de aro y lleva una bómber y un chándal multicolor de Adidas.

-¿Qué tal todo? ¿Cómo han ido estos días?

-Bien, mucho mejor de lo esperado. ¿Tú qué tal?

-De puta madre. Me he pasado las vacaciones en La habana con toda mi familia y mis primos. Hacía mucho tiempo que no nos reuníamos, ha estado muy bien.

-¡Hala, qué envidia! Se te nota el moreno, eh.

-Ya te invitaré el próximo verano si quieres- me guiña el ojo mi amiga cubana.

Alguien me abraza por la espalda. Me giro, y es Delila chillando emocionada. Llevaba puesta una chaqueta vaquera y unos amplios pantalones de campana a juego.

-¡Te he echado de menos! ¿Qué tal estás?

-Bien, muy bien, emocionada de estar com vosotras.

-Ay, me he pasado todas las vacaciones con mi familia sin beber ni salir- en un gesto dramático, se lleva la mano a la frente-. Qué ganas tenía de volver para montar una fiesta vosotras de nuevo, ¡de verdad! Esta noche en mi habitación- exclama con ímpetu, y las tres nos reímos.

-Hay cosas que no cambian, eh.

A unos metros veo a Hayley acercándose con cierta timidez. Le sonrío.

-¡Feliz año!- me abraza- ¿Cómo está tu pierna, Lena?- me pregunta amablemente, acordándose de mi accidente de moto del pasado mes de diciembre, en el que acabé hospitalizada y con una escayola.

Internados: Desvelando los secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora