Un amanecer juntos

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Se acercó, me levanto por la cintura y a pesar de toda la resistencia que puse entre gritos, quejas, patadas y demás, se lanzó conmigo al agua. Sentí aguijonazos helados en toda la piel, odiaba el agua helada.

-Salvaje! y Rocas pensó que eliminó a todos con la campaña del desierto- Dije indignada, entre risas.

El estallo en risas y contraataco.

-Entonces no me va a quedar más remedio que hacerte mi India Blanca (mujeres blancas que se enamoraban de los indios que las raptaban)

Su respuesta me tomó por sorpresa y de pronto olvide lo helada que estaba el agua.

-Ahora tenemos otra cosa en comun, yo tambien amo la historia.

-Bueno , lo único que nos queda para reforzar nuestro salvajismo es tirarnos desde la punta de ese risco- Dijo , como si fuera lo más emocionante del mundo.

Yo lo mire como si de pronto mutara y le salieran siete cabezas.

- Mira corazón , puede que no tengas ni un poquito de aprecio a tu vida , pero te garantizo que yo le tengo mucho apego, así que Brutus vaya solito a su muerte.

-Ya sabía que le tenías aprecio a mi vida- dijo guiñando un ojo, dio media vuelta y comenzó a nadar.

Yo lo observaba desde el agua escalar y pensaba que jamás el alpinismo había sido tan interesante, el desde la cima de ese risco grito.

-¿Que tal la vista ?, ahora viene el verdadero espectáculo- y sin mas se tiro.

sus brazos se elevaron sobre su cabeza , como si fueran alas y se convirtió en la representación de un ángel volando debajo del sol, y con un salto limpio cayó al agua. Como si fuera sacado de una pelicula , salio , movió la cabeza y se peinó con los dedos.

Así pasamos la tarde entre risas, competencias y charlas; Al cabo de unas horas tenía algunas certeza , realmente disfrutaba pasar tiempo con Joaquín , era una excelente compañía, teníamos muchas cosas en común y por supuesto ni hablar del espectáculo visual que me proporcionaba esa sonrisa pícara.

Cuando faltaba muy poco para la puesta de sol, le propuse ponernos en marcha , armar la carpa y después buscar ramitas secas, ramas y un tronco para la fogata. El armado de la carpa no fue realmente difícil ya que las iglu prácticamente se arman solas, inflamos el colchón de dos plazas que el habia traido, pusimos las cosas a dentro de la carpa, una lámpara portátil adhesiva a un costado, nos colocamos una campera porque comenzaba a hacer frío y nos fuimos a buscar las cosas para la fogata, al cabo de una hora ya teníamos la fogata armada. Yo saque un tupper que tenía con fiambre, un sachet de mayonesa y unas barillas de pan y se los iba pasando para que él hiciera los sanwiches.Saque unas botellas de cerveza y brindamos por las salidas improvisadas, pero había un pequeño detalle que omití contarle a Joaquín y era sobre mi debilidad hacia la cerveza, yo podía tomar de todo y quizá nada me pegaria tanto como lo hacía un mísero vaso de cerveza, muestra de eso fue sentir su efecto a los pocos minutos e inspirada por el alcohol que circulaba por mi cuerpo, el calor del fuego del la fogata y su brillante idea de ponerse a cantar con la guitarra, decidí ponerme a bailar alrededor del fuego.

Mis pies se movían formando círculos y mi cuerpo parecía tener vida propia, se movía entre la música como si hiciera algo más que escucharla, Joaquín pareció sentir lo mismo, por que ahora la guitarra producía los sonidos acorde a mis pasos, como si fuera mi compañera de baile, así que yo levantaba los brazos, alternaba el equilibro en las piernas seguía girando, dejaba que el calor del fuego me calentara el cuerpo y la música guiara mis pasos. Pero en un momento desperté de repente de ese hermoso sueño, y no pude controlar mis pasos, me sentí caer y me prepare para recibir el impacto que nunca llegó, cuando abrí los ojos temerosa tenía los brazos fuertes de Joaquín sosteniéndome, sus ojos me miraban preocupados.

Amores de verano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora