Meli
Era un miércoles como cualquier otro en la biblioteca, como durante la semana me había tocado trabajar doble turno para cubrir la falta de personal, ese dia solo tenia que trabajar hasta el mediodía y después quedaba totalmente desocupada; Como era de costumbre todos los miércoles salía a recorrer los museos ya que era el unico dia de la semana que eran gratuitos, hoy estaba entre 3 museos y aunque venía hablando todos los días con Joaquín no me animaba a invitarlo a algo que muchos podrían considerar aburrido, sin embargo, como si lo llamara con el pensamiento me llego un mensaje.
<<¿Viste las noticias?, todavía no puedo creer que el presidente decidiera tomar esas medidas.>>
<< Indignante, eso es lo único que te puedo decir, cómo planean que no baje el déficit y confíen en nosotros con tan poca seriedad. >>- no tardé en responderle, esas medidas me molestaron demasiado.
<<Vamos a ser poco serios con nuestros ideales y apoyar a una cadena privada que sigue aportando al consumismo y explotación como medio de ganancia. >> -sonreí sumamente complacida ante su propuesta
<< me estás proponiendo ir al shopping? Esta es la mejor propuesta que me han hecho en años. >> -pregunté simulando asombro
<< si basicamente si, jajaja. comamos y disfrutemos de los lujos de ser clase media jajaj >>
<<salgo a las 12:00, pasas por mi o nos encontramos ahí, para ser dos zurdos desclasados.>>
<<paso por vos jajaja hasta entonces. >> - que caballeroso resultó ser el galán
Deje el celular en la mesa y comencé a plantearme muchas cosas en torno a mi relación con él, era la primera vez que me sentía cómoda haciendo chistes de política o historia y alguien los entendía, que podía pasarme horas leyendo o con la cabeza en las nubes y a el no le importaría ni trataría de llamar mi atención, si algo valoraba mucho era mi espacio personal y sin duda el me lo daba. En definitiva disfrutaba pasar tiempo con Joaquín y esa era una realidad que me asustaba ya que soy alguien a quien el compromiso le causa cierto rechazo, pero estaba dispuesta a disfrutar esto el tiempo que tuviera que durar. Decidí ponerme a leer un libro y despejar mi mente, siempre era más fácil leer los problemas ajenos que pensar en los propios, si es que tener a un chico sexi, que tocara la guitarra y supiera de historia se podía llamar problema.
Para cuando me di cuenta el tiempo había pasado volando y ya tenía a Aldi parada frente a mi, estaba como siempre con una sonrisa de oreja a oreja, pero un gesto de picardía miro la tapa del libro y me dijo
-¿ya llegaste a la parte donde la besa?- dijo señalando la tapa del libro
-¿Donde la besa asi nomas o donde hay salseo ? y sí llegué a las dos - dije sonriendo de la emoción.
y sin más dejé el libro a un costado y nos pusimos a hablar de eso, hasta que escuche el tono de llamada de mi celular, intente buscarlo como loca ya que siempre lo pierdo, cuando lo atendí quise sonar lo más normal y despreocupada posible
-Hola, si , quien habla ?
- El repartidor de pizza, ¿Cómo qué quién habla ? -parecía ofendido.
- Es que no me fije cuando atendí la llamada - mentí.
- Estoy entrando a la biblioteca, ¿En que parte estas?
- A pero miren quien apareció - dijo Aldi conteniendo las ganas de pegarme un codazo - Pero si es Joaquín, debo tomarlo como una coincidencia o de pronto la literatura cobró más interés en tu vida.
- Los libros siempre me interesaron, pero últimamente me dan morbo las bibliotecarias - dijo guiñandome un ojo.
- No te creas todo lo que ves en el porno, la mitad de esas cosas son mentiras, siento romperte la ilusión.
-Dejame adivinar, un amigo te contó -contraataco divertido.
-Bueno ya es mi turno de trabajar así que adiós, no hagan nada que yo no haría- dijo Aldi riendo.
-¿Entonces me puedo acostar con mi amigo?- Dije mirando a Joaquin y este dio una carcajada.
Aldi se puso bordo y empezó a abanicarse con una revista que tenía en la mano, tenía la impresión de que estaba pensando en algo como "Tragame tierra y escupeme en Cancún"
Luego de eso nos fuimos dejando a una pobre Aldi toda acalorada.
El día era perfecto para pasear por el centro, pero el sol estaba en su punto máximo por lo que no era conveniente dar muchas vueltas a esa hora. Las charlas con Joaquin siempre eran muy divertidas y hacian que el tiempo pasara muy rapido, asi que en un abrir y cerrar de ojos estábamos en el centro comercial.
Al entrar pasamos por las grandes escaleras de la entrada y elegimos un buen lugar para sentarnos a comer, el centro comercial como siempre estaba muy concurrido por lo que nos costó mucho encontrar una mesa y mas que estuviera algo apartada.
Al encontrar una decidí ocupar la mesa y Joaquín fue a hacer nuestro pedido de Lomitos, cuando se acerco lo ayude sacando las bebidas, para evitar que se caigan, se sentó frente a mí y justo cuando estaba por darle un gran mordisco a mi lomito, Joaquín hablo.
-¿Brindamos?- dijo levantando su vaso.
-Okey, ¿Por qué?- tomé el mío.
-¿Por la historia? vieja y reciente.
-Me parece bien, por todas las historias- dije elevando mi vaso.
Joaquin chocó su vaso con el mio y me dispuse a devorar mi comida, con mal simulada discreción, él parecía estar tan hambriento como yo, pero maldije internamente su habilidad de verse sexi en cualquier situación <<estupido sexi boy, eso no deberia ser normal>>, el sonríe al ver que lo estoy observando y le hago señas dónde tiene aderezo para que se lo limpie en un triste intento por encontrarlo un poco desalineado o menos perfecto, para mi completa desgracia y como si buscara demostrarme lo contrario, con su mano derecha se limpia suavemente y delineando su labio inferior, para posteriormente mirar su condenado dedo y limpiarlo como si estuviera sacado de una publicidad, al tiempo que me dirija una media sonrisa de completa suficiencia.
-¿Que? está es tu forma de conquistar a una chica- critique con fingida suficiencia.
- ¿Por qué? ¿te gusto?- pregunto divertido sacando una papita.
- En absoluto.
HOLA GENTE BELLA!!!
les pedimos disculpas por tardar tanto en actualizar, teníamos que rendir en la facultad.
Espero que disfruten tanto el capítulo como nosotras
Atte. Las floreros
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Amores de verano.
Romance¿Que harías si te dijera que un día puedes encontrar un libro que hará realidad lo que más deseas? Seguramente pensaran que estamos locas, pero esto nos paso a mis amigas y a mi, durante unos maravillosos meses de calor, donde nuestras vidas cambi...