Amores de verano.

un café de confeciones

Es sábado a la tarde, Mile, Meli y Aldi se encuentran preparándose en la casa para una salida de amigas, con el objetivo de comprar ropa para el cumpleaños de una de ellas que ya se avecinaba. 

Después de dar muchas vueltas probándose ropa y maquillándose para salir, como de costumbre la única que ya estaba lista era Aldi, ya sea por su practicidad o su facilidad para decidir que ponerse, mientras que Meli todavía dudaba si ponerse un pantalon cargo o una pollera de tablas y Mile que por suerte esa parte ya había pasado, ahora estaba entre un delineado discreto pero elegante o una maquillaje casual. 

Pasado media hora de esta última instancia Mile ya estaba lista, se había decidido por un vestido rosa pastel que tenía un lazo con un moño pequeño, blanco justo abajo del busto y una caída de falda plato, con unas chatitas del mismo color del moño y una vincha en su pelo que iba a tono. En cuanto al maquillaje se decidió por uno casual. Aldi por otro lado optó un short con una sudadera del club de fútbol Belgrano y unas zapatillas converse clasicas negras, con un peinado recogido  en una cola alta. en cuanto al maquillaje llevaba algo sencillo ya que prefiere siempre lo natural, por ello solo se hizo un delineado muy discreto y se puso un labial natural. Meli, fue la última en estar lista, había optado por un pantalón cargo verde militar con un top negro lizo, en cuando a los pies llevaba unas zapatillas blancas con plataforma a la moda y  al pelo lo llevaba suelto pero peinado, cuando se maquillo se puso un rimel para realzar sus pestañas, brillo labial y un delineado suave. 

Ya listas emprendieron su camino al centro de Córdoba, haciendo un tour por varias tiendas de ropa, probándose una y otra prenda mientras se ponían al día entre chismes y anécdotas  graciosas.

-Pasó algo importante con Marco, Mile?? - pregunto Aldi de forma casual

-te beso ? hubo lengua? olvidalo... no  contestes, Marco  no es de esos que se andan con preliminares. Allí hubo lengua gagarantizado.

-No, no - dijo apuradamente poniéndose roja - nada de eso, no hubo beso.

-A por dios! nadie se cree eso - increpó meli impaciente- es sabido que durmieron juntos y ahora se supone que no paso nada? 

-Que hicieron cuando estaban solos?? Jugar a las cartas?

-Vimos Harry Potter, comimos pizza y helado -responde Mile sin importancia.

-Pero eso mismo hacemos nosotras, con él chico que me gusta... haría otra cosa. -dice Aldi con picardía

Mile busco evitar la conversación embarazosa, así que corrió al Ateneo, los libros la protegerían de las conversaciones embarazosas, y con eso admitir en voz alta lo mucho que le gustaba Marcos.

-Es odioso lo mucho que nos conoce- dijo Aldi resoplando.

-Sabe que ninguna se niega a nuevos libros- dijo Meli entrando a la librería.

Las chicas estuvieron recorriendo la gran tienda por una hora, cada una buscando los libros que le gustaban o llamaban su atención. La librería era la más grande de Córdoba, tenía grandes estanterías, con libros separados por secciones y compartía su espacio con una cafetería donde podías sentarte a leer mientras tomabas algo. Luego de un tiempo terminaron cada una sentada en una silla con un libro, Mile pidió un frapuccino de chocolate y se ensimismo en la lectura de una autora que le gustaba mucho,  mientras tanto Aldi le tomaba fotos a su licuado de frutilla y Meli mandaba mensajes mientras esperaba su pedido. De repente Aldi le arrebató el celular de las manos y evitó las manotadas ansiosas de Meli por recuperarlo, pero temor a hacer una escena hicieron que recurriera a la diplomacia.

-Podrías por favor darme mi teléfono- dijo con la dignidad de una reina.

-Por que tan nerviosa, ¿asustada Ángel?- contraataco Mile.