Ultimo capitulo

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—Pero me llamaste así la primera vez que hicimos el amor.
—Ya entonces eras mía —él asintió—. Creo que me enamoré de ti esa misma noche.
—¡Justin! —ella se lanzó en sus brazos con los ojos inundados de lágrimas—. Te amo.
Él tembló de emoción contra su cuerpo y deslizó las manos hasta la barriga. Cuando habló, lo hizo con la voz entrecortada.
—¿Cómo está nuestra hija?
—Es tuya, Justin —____(tn) cerró los ojos—. Te lo juro. No me he acostado con ningún otro hombre. Sólo contigo. Por favor, dime que me crees. Sé lo que dicen los resultados, pero se equivocan.
—Te creo, yineka mou —él la miró a los ojos y tragó saliva con dificultad.
Ella volvió a cerrar los ojos y se abrazó a él con fuerza.
—Siento haberte hecho daño, ____(tn). No volveré a hacerlo. Te doy mi palabra.
—Hay algo que debo contarle —dijo ella con calma.
Él se tensó y, lentamente, se apartó de su mujer mientras la miraba con incertidumbre.
—Será mejor que te sientes.
—Cuéntame lo que sea. No hay nada que no pueda solucionarse.
—Espero que no te enfades al saber lo que he hecho —ella sonrió.
—Lo solucionaremos. Lo que sea. Juntos, yineka mou.
—Vine a Miami en busca de Eric —ella le tomó las manos entre las suyas.
—¿Por qué? —Justin se quedó de piedra.
—Pensé que necesitabas cerrar esa puerta. Pensé que, si le veías feliz y contento, podrías conservar ese recuerdo y no el del bebé que chillaba y lloraba cuando su madre se lo llevó.
—¿Y lo encontraste? —preguntó él, su voz delatando la ansiedad que sentía.
—Sí —contestó ella con dulzura—. Lo encontré. Joanna lo abandonó hace dos años.
—¡Cómo! —la ira estalló como un volcán y Justin se levantó del sofá de un salto—. ¿Por qué no lo envió conmigo? Sabía que yo lo amaba. Sabía que lo acogería.
—No lo sé, Justin —____(tn) sacudió la cabeza con tristeza—. Fue incluido en el programa de acogida.
—Hay que solucionarlo. No permitiré que siga así. No le sucederá lo que a ti, yineka mou.
—¿Cómo has sabido lo mío? —ella le acarició un brazo.
—Kirk me lo contó. Fui a San Francisco a buscarte. Theos, me arrepiento tanto de cómo te traté.
—Justin, Eric está aquí —dijo ella con dulzura.
—¿Aquí? —preguntó él estupefacto.
—Duerme en su cuarto —ella asintió—. Verás, no podía permitir que permaneciera en acogida. Busqué a Eric antes de abandonarte. Por eso entré en tu despacho aquel día. Iba a contarte que lo había encontrado. Pensé que podríamos volar los dos juntos a Miami a buscarle.
—Y yo te eché de mi lado —Justin cerró los ojos—. Y tú viniste sola para hacerte cargo de él.
—Está aquí, y necesita una madre y un padre.
—¿Lo harías? ¿Acogerías a un hijo que no es tuyo? —preguntó él.
—¿No es eso lo que piensas hacer tú? ¿No es eso lo que pensabas hacer cuando creías que nuestra hija no era tuya?
—Te amo, yineka mou —él la abrazó con fuerza—. No me vuelvas a dejar. Aunque me lo merezca.
—No lo haré —ella rió tímidamente—. Otra vez me quedaré y lucharé, como debía haber hecho. No te desharás tan fácilmente de mí.
—Me alegro —gruñó él—. Y ahora, vamos a ver a nuestro hijo.


FIN!

Una Aventura ClandestinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora