El día se había extendido más de lo que creía posible. Después de descubrir que el mundo se había vuelto machista, estuve tratando de que me dejaran entrenar. No es que lo necesitara pero quería ponerme al día. Había dos chicas entrenando ya, quería ser la tercera. Gabriel me dijo que me iba a dar una respuesta hoy a la noche.
Terminé de lavar los últimos platos, dejé el delantal sobre la mesa y me dispuse a subir a la habitación de Gabriel cuando una chica me choca en el pasillo. Era bastante tarde asique me sorprendió ver a alguien despierto. Ella me miro y puso cara de disgusto.
-¿Tú eres la nueva?-me pregunto.
-Si-le contesté, parecía molestarle mi presencia.
-Bueno-sonrió falsamente-No sé cómo te llamas y no me importa-me miró fríamente a los ojos y yo imité su mirada-Y tampoco me importa que tan buena amiga de Gab seas, pero déjame decirte algo, novata-se acercó para intimidarme-Él es mío y una niñata como tú no me lo va a sacar.
Cuando terminó se alejó y desapareció por los pasillos. Eso había sido extraño y… muy gracioso. Me reí sola de lo que me había dicho. Esa niña creía que podía intimidarme y hacer que termine la amistad que tenía con Gabriel. Estaba convencida hasta los huesos que me asustaría o era realmente estúpida. La segunda opción me convencía más.
Llegué al cuarto y todavía no paraba de reírme, lo que hizo que abriera la puerta y callera sobre un dormido Gabriel. Este se despertó automáticamente sorprendido, lo que hizo que me riera todavía más. Me dolía el estómago. Él se me quedó mirando y al ver que no podía parar y que no me iba a mover, al menos no por mí misma, me alzó y me puso sobre la cama.
Luego de un par de minutos me pude relajar y respiré hondo.
-¿Qué te dijo tu papá sobre que entrenara con los demás?-le pregunté, sabía que podía escucharme, solo se hacía el dormido.
Cuando éramos niños, de vez en cuando, competíamos por contar la mejor historia o broma y ver quién reía más. Él siempre ganaba, pero cuando yo reía, él solo me miraba sonriendo y por más que fueran las tres de la mañana esperaba hasta que me calmara y nos dormíamos al mismo tiempo.
Eso fue hace mucho tiempo ya, pero sabía que seguí siendo igual. Tal vez yo no fuera la misma, pero me tranquilizaba saber que él siempre iba a ser igual, siempre a mi lado, siempre mi mejor amigo.
-Primero quiero saber a qué viene un ataque de risa tan extenso-me dijo y abrió un ojo para mirarme divertido-Ni mis mejores chistes lograron hacerte reir por tanto tiempo. ¿Quién o qué me rompió el record?
-Una chica de pelo corto negro, ojos del mismo color, un poco más alta que yo y delgada-le dije recordando a esa loca.
-Melisa-dijo en un susurro, pero igual lo escuché. Su expresión divertida desapareció-¿Y qué te dijo?-casi parecía preocupado.
-Me dijo que me alejara de vos-sonreí al recordar el momento-Cree que sos suyo. Hasta intentó intimidarme para que dejara de ser tu amiga. ¿La conoces?-le pregunté al ver que en vez de reír se parecía que estaba analizando lo que me había dicho.

ESTÁS LEYENDO
De magia, amor y pérdidas I
FantasyUn mundo controlado por la magia. Un año después del trágico accidente, Rocío intenta olvidar todo lo relacionado con eso. Intente rehacer su vida. Con otro nombre, trabaja de sirvienta para una familia poderosa. Pero durante una fiesta en la mansió...