Capítulo 7: Mascarada

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Holis!!!

Perdonen pòr haber tardado tanto en subir este nuevo cao. Mi máquina se rompio y me mintieron al decir que en un par de días estaria arreglada. Y como recompensa por su espera, aquí les traigo un capítulo más largo.

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-¡Detesto los vestidos!-grité con toda mis fuerzas. Estaba apoyada contra la pared, pero cada tirón del corsé hacía que me fuese para atrás.

-No grites, ni te muevas-dijo Érica mientras mientras Nora ajustaba más el corsé a mi cuerpo.

-¡¿Acaso quieren matarme?!-volví a gritar.

-La tortura se escucha desde abajo-dijo Gabriel entrando a la habitación.

Estaba vestido con un traje negro, parecido al que llevaba en la mansión Caster. Él se sentó al borde de la cama y me miró con una sonrisa de lado. Era la primera vez en tres días que se acercaba tanto a mí y sonreía.

Gabriel sabía que iba a devolverle el haberme atado, y por eso se había estado cuidando la espalda; algo en lo que Zeke, muy divertido por la situación, había ayudado. Cuanto más lo hiciera esperar, más paranoico él estaría. Era como una lenta venganza, y la estaba disfrutando hasta que dijeron que ya era hora de prepararse.

-Ya está listo-dijo Nora suspirando.

-Ahora tenemos que poner el vestido.

Me despegué de la pared y me senté, con mucha dificultad y casi sin aire, al lado de Gabriel. Este me miró fijamente, lo único que llevaba era el corsé y la enagua.

Érica y Nora salieron de la habitación.

-¿Piensas vengarte en algún momento o vas a seguir torturándome con la espera?-dijo Gabriel mirando un punto fijo en la pared.

-No voy a contestar esa pregunta-le dije riendo. Él me miró, pero no había gracia en su irada, sino duda. Parecía debatirse algo, y debía ser importante, se le notaba en su postura rígida.

-Quiero decirte algo importante-me dijo serio. Esperó mi contestación y asentí con la cabeza. Quería saber de que se trataba ya que muy pocas cosas lo ponían de esa forma-El día del incendio, el día en que te fuiste…

-El día en que mi hermana regresó a donde pertenecía-dije amargamente, recordando.

-Sí-respiró hondo varias veces-Ese día tenía pensado ir al mercado con mi padre pero…-se cortó a sí mismo y pensó mejor lo que iba a decir-¿Te acuerdas de lo que me dijiste la noche anterior? Mientras estábamos en la fogata y Martín contaba una historia.

-No recuerdo muy bien lo que hice hace un par de semanas-le contesté-¿Y tú pretendes que me acuerde de algo que dije hace más de un año?

Gabriel arrugó la nariz en señal de disgusto.

-Me dijiste que ser honestos con lo que sentimos es el acto de valentía más grande que existe en el mundo, ya que las probabilidades de ganar esa batalla nunca son favorables. E insististe en que yo siempre lo tuviera en cuenta porque eso me llevaría muy lejos.

Me le quedé mirando sorprendida. Esas eran palabras muy sabias para que yo las hubiera dicho, pero de todas formas me acordaba de ese día.

No s habíamos enterado que una chica se había casado hacía pocos días, pero lo había hecho por dinero, ya que era un matrimonio arreglado, y con el corazón roto. El chico con el que salía no le había demostrado el verdadero amor que sentía por ella y no detuvo la boda porque pensó que sería lo mejor para ella. Pero al final ambos terminaron con el corazón hecho trisas.

De magia, amor y pérdidas IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora