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El aire quedó retenido en mis pulmones. Sentí como toda la sangre se concentraba en mis orejas.

-¿Qué? ¿Por qué me preguntas eso? -dije intentando no tartamudear.

-No lo se, es que noto como algo de... tensión entre vosotras. Desde hace tiempo. -dijo tranquila.

-Lily, conocemos a Billie desde que éramos unos mocos, es mi mejor amiga. Nada más. -dije calmando mi respiración.

-Lo sé, pero no tiene nada de malo que te guste tu mejor amiga de la infancia. -dijo. -Puedes contármelo todo, ya lo sabes.

-No, amo a Billie pero como amiga. Además, ¿cuando te he dicho yo a ti que me gustasen las chicas? -pregunté peinando mi pelo.

Se encogió de hombros.

-Nadie es 100% hetero. -guiñó su ojo. -Tu misma lo has dicho.

-Ya, bueno. No me gusta Billie, ¿bien? -dije levantándome de la cama y buscando mi pijama.

-¿Y si no te gusta porqué te has puesto roja? -dijo aún desde la cama.

La miré y entrecerré mis ojos.

-No estoy sonrojada. -dije.

-Sí, sí lo estás. -se levantó de la cama. -Te gusta Billie.

Se acercó a mi y me mostró la lengua haciendo una mueca.

-Que no me gu...

Salió corriendo de mi habitación mientras reía y no me dió tiempo a pillarla.
Maldita Lily, ¿cómo me va a gustar Billie? Tonterías.

No recuerdo cuando me quedé dormida, pero esa mañana desperté porque escuché gritos provenientes del salón.

-Beth. -dijo alguien desde mi puerta. Era Lily. -Beth, levántate.

-¿Qué pasa? -me senté en la cama y me puse los calcetines.

-¡Te dije que no lo hicieras más! -escuché gritar de fondo. Era David.

Miré a mi hermana, se veía asustada.

-Están discutiendo. -dijo. -Me da miedo, Beth.

-Tranquila, vayamos a parar esto.

Mientras bajábamos las escaleras, quise escuchar la conversación. Así que detuve a Lily en la última escalera y los apoyamos en la pared.

-¡Es el padre de mis hijas! -gritó mi madre. -Cada mes tengo que verle, me da el dinero para la manutención y se va. ¿Qué tiene de malo eso?

-No me da la gana que te veas con tu ex. ¿Sigues enamorada de él? -dijo David.

-¡No! Yo te quiero a ti, pero tengo dos hijas en común con ese hombre, y no puedo hacer nada para evitarlo.

-¡Pero el sí te quiere maldita sea! -se escuchó un golpe. Probablemente golpeó a mesa con la mano pero mi hermana y yo nos asustamos.

-No voy a seguir discutiendo. Es una tonteria. -dijo mi madre.

-Tu no te vas a ningún lado.

-¡Suéltame! ¡Me haces daño!

-¡Te ordeno que no lo veas más! -gritó.

De un salto bajé la última escalera y me acerqué a David hecha una furia.

-Suéltala. -dije apretando mis puños.

La estaba sujetando demasiado fuerte del antebrazo.

-Tú no te metas. -dijo David demasiado calmado.

Todo quedó escrito || Billie EilishDonde viven las historias. Descúbrelo ahora