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Beth's POV

Billie se fué hace unas horas, en un rato llegaría Lily y mamá para verme y estar un rato conmigo.
Comenzaba a agoviarme por no poder moverme, extrañaba salir a la calle y que el viento chocara en mi cara.

Mientras esperaba a que vinieran, no podía dejar de pensar en todo lo que Billie me había leído estos últimos días. Sobretodo en las partes que leyó hoy.

¿Por qué me sentía así cuando estaba con ella?
No recordaba nada pero mi cuerpo actuaba por sí solo. Me gustaba coger su mano y entrelazar sus dedos con los mios, me gustaba ver su sonrisa, ver como me miraba fijamente transmitiéndome todo ese amor a través de sus ojos azules.
Era tan extraño todo que a veces cuando pensaba demasido me dolía la cabeza.

No quería forzar mi memoria demasiado, pero necesitaba respuestas.
Cada vez que Billie me miraba sentía como que quería decirme algo, cada vez que ella me decía algo bonito mis mejillas se sonrojaban por sí solas. A veces me he quedado mirándola y he tenido el impulso de acariciar sus labios con mis dedos y necesitaba saber porqué, necesitaba saber quién era la Beth de dieciocho años o acabaría volviéndome loca.

Cerré mis ojos y una imagen pasó por mi mente tan rápida como un rayo. Recordé un nombre: David.

Abrí mis ojos y me senté en la cama con la respiración acelerada. En ese momento entraron mi madre y Lily.

-¿Beth? ¿Estás bien? -dijo mi madre acercándose a mi y cogiendo mi mano.

Me llevé la mano al pecho e intenté calmarme.
Algo grave estaba recordando mi memoria, porque los sudores en mis manos y mi respiración errática no eran normales.

-¿Quién es David? -pregunté mirando a Lily.

Las dos se quedaron estáticas en el sitio, con la mirada sorprendida.

-¿Recuerdas quién es? -preguntó Lily sentándose a mi otro lado.

Negué con la cabeza y cerré mis ojos fuerte, me indigné porque quería recordar quien era y por qué vino ese nombre a mi cabeza.

-Decidme quién es. -dije. -Por favor.

Miré a mi madre y tragó hondo.

-David fué mi pareja desde hace cuatro años hasta hace poco. -dijo mi madre. Miré a Lily.

-Él comenzó a maltratar a mamá durante este último año. -añadió mi hermana.

En mi mente apareció un hombre alto, robusto, con el pelo negro y mirándome con enojo con esos ojos negros como el carbón.
Cerré mis ojos y me acomodé en la cama, las imagenes pasaban a mil por hora.
Recordé como ese hombre me cogió por el cuello, recordé cuando salí corriendo tras él y me subí en una moto.

Abrí mis ojos de repente, me costaba respirar.

-Él fué la causa de mi accidente. -dije.

Mi hermana se llevó las manos a la boca y sus ojos se humedecieron. Miré a mi madre quien comenzó a llorar.

-Beth... -dijo cogiendo mis manos. -Que recuerdes eso es demasiado bueno.

Mis ojos se llenaron de lágrimas. Estaba recordando el motivo por el que casi muero y mi cuerpo se llenó de terror.
Recordaba chocar con un coche y ver todo a cámara lenta mientras veía el suelo acercarse cada vez más.

-Fuí estúpida... -sollocé. -Lo siento, lo siento...

Cubrí mi cara con mis manos y comencé a llorar.
Inmediatamente mi madre y mi hermana me abrazaron.

-Podría haberme puesto casco, o no conducir tan rápido, o simplemente haberme dado cuenta de que David frenaría en seco en ese semáforo en rojo. -dije con la voz rota. -Podría haber muerto y os hubiera hecho mucho daño...

Me abrazaron más fuerte.

-Lo importante es que estás viva cariño. -dijo mi madre acariciando mi pelo. -Lo estás y vas a recuperar al 100% tu memoria.

-No te culpes Beth. -dijo mi hermana. -Que estés aquí abrazándome ahora mismo es lo mejor que me ha pasado nunca. Si tu hubieras muerto... yo... tu eres mi otra mitad hermanita, pero estás viva y me siento completa.

Después de ese recuerdo, el último de todos, me quedé dormida y cuando desperté, Lauren estaba allí.

-Pero bueno, la bella durmiente ha despertado. -dijo acercándose y besando mi frente. -¿Como estás?

-Me duele muchisimo la cabeza. -dije. -¿Es normal?

-Nos ha dicho el doctor que tu mente está intentando recordar todo, y eso puede provocar dolores de cabeza. Si sientes algún pinchazo en las sienes dínoslo. -asentí. -Me han dicho que recuerdas... el momento del accidente.

-Sí... es horrible recordarlo. -contesté.

-¿Recuerdas algo más? -preguntó.

-Por ahora solo he visto eso en mi mente, nada más... -dije. -Oye, Lauren.

Levantó su vista de mi pierna vendada y me miró.

-¿Billie está bien? -pregunté. -La veo muy cansada y delgada...

Suspiró y cogió mi mano. Sus ojos me miraban con preocupación.

-Ella te quiere demasiado, Beth. Como todos, pero ella... ella lo está pasando demasiado mal porque casi te perdemos, y ahora que te tenemos viva es como si hubieramos vuelto atrás y el hecho que tu no recuerdes ciertas cosas pues a ella... a ella le duele.

Entrecerré mis ojos.

-¿Qué quieres decir con eso? -pregunté curiosa.

-¿Habeis leído todos tus diarios? -preguntó y negué con la cabeza. -Entonces cuando leas los últimos, entenderás.

Suspiré y me dejé caer en la cama.

-Necesito salir de aquí. Quiero moverme... -supliqué mirándola.

-No me mires así... sabes que yo no puedo hacer nada. -contestó triste. -O alomejor sí, déjame que hable con Marcos.

Me dió un beso en la frente y salió de la habitación.
En mi interior sabía que algo me unía a Billie de una manera especial y fuerte, como un lazo que jamás podrá romperse.
¿Pero qué eran todas esas sensaciones que sentía?

Todo quedó escrito || Billie EilishDonde viven las historias. Descúbrelo ahora