Capítulo Trece

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La casa estaba sola, no había nadie, solo estaba Brynn haciendo su tarea y escuchando música. Apesar de que eran vacaciones ella llevaba tarea cosa que no le agradaba. El timbre suena, frunce el ceño y va abrir. Ahí estaba Lilith con una sonrisa, su tía más joven.

— Hola Brynn, ¿Estás sola?

Ríe.

— Hola, si estoy sola.

Se hace un lado para que su tía pase, caminan a la sala y Lilith toma asiento esperando a que su sobrina traiga algo de beber.

— Estaba cercas de por aquí y me pregunté, ¿Estará Brynn en su casa? Entonces decidí venir a verificarlo y bueno, ¡aquí estás! Además, desde que regresaste no hablamos, eh. Gracias.

Sonríe.

—... De nada. Bueno, estos últimos días he estado sola porque mis papás salen de casa y más ahora que mamá acaba de fundar su nuevo negocio. Y sobre eso de no hablar es porque he estado ocupada.

Lilith asiente. Prefiere no tocar el tema de Maximiliano ni de ella, solo sigue conversando tratando de que la pregunta no llegue a su mente. Su teléfono suena y dice que se tiene que ir porque su madre la necesita, se despide y sale de casa.

Esto de estar en casa le aburría a Brynn, Ashton no podía ir a visitarla ya que había salido de la ciudad, no tenía nada que hacer, su última opción fue llamarle a quien no quería ver pero estaba aburrida.

Si, a Maximiliano.

En este momento los dos iban en el coche rumbo a la playa, bueno, no iban solos si no con el pequeño hijo de su querido tío Maximiliano.

- ¿Puedes callarlo? -. Pregunto fastidiada.

Maximiliano niega sonriendo.

- Es tu primo, ayudame a dormirlo.

- Sigo sin entender por qué rayos lo trajiste. ¡Sabes que lo odio!

Gracias a ese grito el bebé dejo de llorar.

- Bien, se dio cuenta sobre que lo odias y dejó de llorar. Buen hecho prima mayor.

Rueda los ojos.

Cuando llegan, la primera en bajar es Brynn quien corre hasta entrar al agua, feliz. Se deja caer sobre la arena suspirando el aire fresco y la felicidad al llegar aquí.

- Tanto tiempo sin venir, ¿No? -. Pregunta Maximiliano. Abre un ojo.

- Si, extrañaba venir aquí.

Vuelve a cerrar sus ojos acomodándose sobre la arena.

Durante la tarde estuvieron conviviendo bien los dos, ella soportando a su pequeño primo y él riendo ante los gestos de Brynn al escuchar llorar al bebé.

- ¿Por qué lo trajiste? ¿Susana no lo puede cuidar?

- Susana está ocupada, desde que nos casamos ella estuvo insistiendo sobre querer ser modelo

- ¿Cómo que ser modelo? ¿No ve que tiene un bebé?

- Ella lo había pedido antes de que naciera Samuel, entonces la quite de su puesto de secretaria para que pasara a ser modelo. Actualmente es una gran modelo...

- y tú un padre que tiene que cuidar a un niño como si fueras un papá soltero...-. finaliza con una sonrisa.

- Exacto -. Responde incómodo.

La familia Rumfallo amaba a ese bebé, principalmente los abuelos, por fin tenían a un heredero a quien le podrían dejar todo. Claro que a Brynn por ser mujer no la dejarían ser la heredera de la fortuna de los Rumfallo, solo una mitad pequeña la podría tener más no toda ni mucho menos la mitad.

- Ya oscureció y es muy tarde para regresar. Lo mejor será que nos quedemos a dormir en una de las cabañas que hay aquí.

Brynn se tensó.

- Todavía no es tarde.

- Brynn, son las 10:00. Llegaríamos a la ciudad a las 12, son tres horas de ida y de regreso que te recuerdo...- bufa - No sueltes bufidos que si te escucho.

Maximiliano toma a Samuel junto con las cosas que trajo y Brynn también hace lo mismo. Caminan al lugar donde se podía rentar una cabaña, les entregan las llaves y caminan hasta llegar a su hotel.

- Bien, son dos camas, en una duermes tu y en otra duermo yo con Samu.

- Deja de llamarle Samu.

- ¿Tanto odio le tienes? -. Pregunta Maximiliano dejando a su pequeño hijo en la cama tratando de que no despierte.

- ¿Tanto odio me tienes tu para tener un bebé de esa zorra?

- Brynn, deja de llamarle a Susana. Es la madre de mi hijo así que te prohíbo que la insultes.

- Mira, me cae mal así como ese engendro, ¡listo ya lo dije!

- Nunca cambiarás Brynn, nunca.

Rueda los ojos.

Brynn entra al baño para cambiarse y ponerse algo cómodo, después sale y entra Maximiliano a cambiarse. Los dos entran a sus camas y se recuestan. Brynn se voltea y solo escucha como Maximiliano habla con su hijo, rueda los ojos.

- Juro que quien dormirá afuera no seré yo ni tú.

- Brynn, deja por una vez de molestar a Samuel.

- ¡Deja de nombrar a ese engendro! ¡Me tiene harta!

- Pues si mi hijo te tiene harta cuando no te hace nada. Imagínate que tú me tienes harto a mi. ¡Solo molestas a mi hijo!

- ¡Si lo molesto es porque él me molesta! ¡Lo odio!

- ¡Cállate!

- Ojalá que ese niño se muera, ¡Ojalá que ese niño se muera! ¡Ojalá que tú y él se mueran! ¡Ese niño es de una zorra! ¡Una maldita zorra!

- ¡Pues si! ¡Pero esa zorra no es como tú de puta que se mete con un familiar! ¡Espera! Tu te metiste conmigo. Eso sí es ser una zorra.

BrynnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora