Capítulo veinte

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La fotografía de Brynn circulaba en redes sociales y en la televisión. Nadie sabía dónde estaba, algunos la dieron por muerta, otros que se había escapado, que su familia lo hacía por fama y otros ya habían dejado en el olvido eso.

El verdadero enemigo está entre ellos y cercas.

— Dejame ir... — susurro Brynn.

— Nunca, ahora quiero que te arregles que saldremos del país. He conseguido una casa muy linda, cambié nuestros nombres, todo está listo para iniciar una vida los dos juntos.

Maximiliano hablaba entusiasmado y Brynn solo quería vomitar. Por suerte no logró estar embarazada, porque aborrecía tener un bebé de Maximiliano.

Se llegó el día. Maximiliano dio a conocer que se saldría del país por asuntos de trabajo pero que estaría de vuelta lo más pronto posible.

Viajaron en privado y llegaron al país donde no corrían peligro. La casa donde vivirían era linda, pero para Brynn era una nueva cárcel.

— Ven, aquí dormiremos — Maximiliano toma la mano de Brynn. Dormir juntos, se ríe mentalmente, ya no queria escuchar esa palabra que saliera de la boca de él.

El día transcurre, Maximiliano no está en casa, Brynn tenía prohibido salir. No sabía hablar el idioma de aquí, así que si pedía ayuda iba a ser en vano.

¿Y si termina con su vida ya?

La puerta se abre, Maximiliano entra y la saluda con un beso, pone las bolsas de comida y se sienta a comer, Brynn come en silencio escuchando todo lo que le cuenta Maximiliano, más bien ignorandolo.

Al finalizar la cena, ella lava los platos y se encamina a la habitación donde ya se encuentra un Maximiliano dormido.

Mañana Brynn atacaría, mañana Brynn será libre cómo estos años lo ha querido ser.

— Dulces sueños, tío.

.....

Amaneció.

Después de que Maximiliano había salido al trabajo, Brynn salió al supermercado para comprar veneno para ratones. Estaba lista y segura de lo que haría.

Matando al animal nunca vuelve atacar.

Llega a casa y comienza a preparar la comida, después le pone el veneno. Para ver alguien morir hay que lucir bien, pensó. Se preparó lo más linda posible y tomó asiento.

Llega, apresurate.

Se abrió la puerta. Maximiliano se sorprende al verla así vestida, ella se acerca y le da un beso a él.

— Hoy te vez tan feliz y más hermosa...— admite.

— Gracias.

Toman asiento. Él comienza a comer y admite que sabe delicioso, Brynn lo mira comer y es ahí donde el veneno ataca. Maximiliano comienza a toser, comienza a convulsionar, se deja caer al suelo y Brynn solo lo mira riendo.

— Nos vemos en el infierno, tío.

Se aleja, toma sus maletas y sale de la casa. Era libre, por fin lo era y no era un sueño.

BrynnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora